Viernes, 30 de Noviembre de 2019

Los sabios tienen sobre los ignorantes las mismas ventajas que los vivos sobre los muertos; que la sabiduría es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad. Aristoteles.

Los únicos goces puros y sin mezcla de tristeza que le han sido dados sobre la tierra al hombre, son los goces de familia. G. Mazzini.

Los viejos desconfían de la juventud porque han sido jóvenes. William Shakespeare.

Llamamos destino a todo cuanto limita nuestro poder. R. W. Emerson.

Malgasté el tiempo, ahora el tiempo me malgasta a mí. Terencio.

Manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra. George Clemenceau.

Mantén tus ojos en las estrellas, y tus pies en la tierra. Theodoro Roosevelt.

Mantente ávido por saber y tal vez llegarás a ser sabio. Isocrates.

Más allá de cierto limite la tolerancia deja de ser virtud. Julio A. Falleg.

Más podemos conocer de una persona por lo que ella dice de los demás, que por lo que los demás comentan de ella. Emerson.

Más te ama quien te corrige por los defectos que tienes, que quien te alaba por cualidades que no tienes. Biblia.

Más vale ceder el paso a un perro que dejarse morder por él. Abraham Lincoln.

Mayor soy y para mayores cosas he nacido que para ser esclavo de mi carne. Séneca.

Me dan miedo esas grandes palabras que nos hacen tan infelices. James Joyce.

Me interesa el futuro porque en el voy a pasar el resto de mi vida. Nicolás Mancini.

Mejor es oír el reproche de un sabio que escuchar las cantinelas de los necios. Biblia.

Mi libertad consiste en tomar de la vida lo que me parece mejor para mí y para todos; y en darlo con mi vida. Juan Ramón Jiménez.

Mi pesimismo no es sino una variedad del optimismo. Jean Cocteau.

Mientras vamos en pos de lo incierto, perdemos lo seguro. Plauto.

Mira dos veces para ver lo justo. No mires más que una vez para ver lo bello. Henry F. Amiel.

Miremos más que somos padres de nuestro porvenir que no hijos de nuestro pasado. Miguel de Unamuno.

Muchas cosas eran algo, dejándolas fueron nada. Baltasar Gracian.

Muchas veces las cosas no se le dan al que las merece más, sino al que sabe pedirlas con insistencia. Arthur Schopenhauer.

Muchas veces las leyes son como las telarañas; los insectos pequeños quedan prendidos en ellas; los grandes las rompen. Anacarsis.

Mucho ha experimentado el hombre desde que somos un diálogo [nos cuestionamos las cosas] y podemos oír los unos de los otros. Holderlin.

Muchos son los buenos si se da crédito a los testigos; pocos si se toman declaraciones a sus conciencias. Quevedo.

Muchos son los llamados y pocos los escogidos. San Mateo.

Muéstrame un buen perdedor y te enseñaré un perdedor. Paul Newman.

Nacer es únicamente comenzar a morir. Teofilo Gautier.

L. A. SÉNECA:

  • Un solo bien puede haber en el mal: la vergüenza de haberlo hecho.

  • Bastaría por remedio ser mejores que los malos.

  • No es muy grande el ánimo a quien deleitan cosas terrenas.

  • Procuramos olvidar lo que, traído a la memoria, nos entristece.

  • Necesarios son nuevos favores de la fortuna para conservar la felicidad.

  • Con facilidad se adquiere lo preciso para la vida.

  • Doloroso es que comencemos a vivir cuando morimos.

  • Necesaria es la experiencia para saber cualquier cosa.

  • El valor es siempre ambicioso de peligros.

  • Pequeño aparato basta para vivir bien.

  • Argumento es de ser casta el ser fea.

  • No hay nadie tan humilde, que no tenga para dañar.

  • Prueba es de virtud el desagradar a los malvados.

  • Tenemos en mucho precio los beneficios que hacemos.

  • Industria [útil] es la aparente simpleza.

  • Ajeno es todo lo que nos viene en deseo.

  • El que siempre busca grandezas, alguna vez las encuentra.

  • Amarga es la pena que nace de vergüenza.

  • Mozos fueron primero los que ahora son hombres.

  • Más dañosa es la abundancia que viene sobre gran codicia.

  • Reino en lugar ajeno no está seguro.

  • Más dura la memoria de las injurias recibidas que de los beneficios.

  • Extremadísima crueldad es dilatar el castigo.

  • Para bien obrar, el que da debe olvidarlo luego y el que recibe, nunca.

  • Un amor apaga otro amor, y un temor otro temor.

  • No es necesaria la fortuna para sólo subsistir.

  • Desde la infancia da señales el ingenio.

  • Aunque amor sea virtud, algunas veces perjudica.

  • Los demasiados frutos no llegan a madurar.

  • Sé útil primero a los demás, si quieres ser útil a ti mismo.

  • La sencillez y claridad distinguen el lenguaje del hombre de bien.

  • Muy pocos aciertan antes de errar.

  • Espera que te hagan a ti lo que tú haces a otro.

  • Amor por nuestra voluntad se toma, mas no por voluntad nuestra se deja.

  • Debe amarse al padre si es bueno, y sufrirle si malo.

  • Tuyo haces el vicio que a tu amigo disimulas.

  • El que disputa con un beodo, disputa con un hombre ausente.

  • La mala nueva luego se cree.

  • Buena es la mujer cuando abiertamente es mala.

  • El avaro nunca hace cosa acertada sino cuando muere.

  • La edad se descubre más cuando se disimula con arte.

  • Útil es al joven amar, e indecoroso al viejo.

  • La llaga de amor, quien la sana, la hace.

  • El que súbito se determina, súbito se arrepiente.

  • Muchas veces es valor el conservar la vida.

  • La ambición por la honra nunca mira obstáculos.

  • Recibe beneficio el que lo hace al que lo merece.

  • Con buena suerte hemos nacido si no la malogramos.

  • El beneficio que a todos se hace, a ninguno se hace.

  • Siempre el esperar, aunque sea el bien, da cuidado.

  • Feliz quien desprecia la fortuna.

  • Desdichado es el que por tal se tiene.

  • La inconstancia acorta los días de nuestra vida.

  • Las buenas costumbres se conforman unas con otras, y por eso duran.

  • Doble valor tendrá el beneficio que otorgues sin que te lo hayan pedido.

  • Vende su propia voluntad el que recibe ajeno beneficio.

  • Pide ajeno beneficio el que refiere el suyo.

  • Bueno es tener fama, pero más seguro es tener dinero.

  • Dos veces vence el que en la victoria se vence a sí.

  • El liberal, aún para dar busca ocasión.

  • Lo que de raíz se aprende, nunca del todo se olvida.

  • Buena es la riqueza si la manda la razón.

  • Ofensa hace a los buenos el que a los malos perdona.

  • Quien puede ser injusto quiere serIo.

  • Alivia el trabajo del camino el compañero elocuente.

  • El buen suceso disculpa la temeridad.

  • La desgracia es a veces ocasión de virtud.

  • Causa es de obrar mal el haber obrado.

  • Curioso es naturalmente nuestro ingenio.

  • En obligación nos pone de dar el haber dado.

  • Despreciable cosa es el hombre cuando no se levanta sobre su esfera.

  • Tanto más crece el esfuerzo, cuanto más consideramos la grandeza de lo emprendido.

  • Ninguna esperanza queda de virtud, cuando no solamente deleitan los vicios, sino que se aprueban.

  • Cruel es quien al afligido reprende.

  • No hay cosa que mucho tiempo agrade al que en ninguna tiene asiento.

  • La poca templanza del enfermo hace al médico ser cruel.

  • La virtuosa mujer manda a su marido obedeciéndole.

  • Difícilmente se hallan palabras que retraten al vivo las grandes desdichas.

  • Merece salir engañado el que, al hacer un beneficio, tenía cuenta con la recompensa.

  • El peligro que no se teme, más presto viene.

  • Cuando alguna parte del todo cae, la que queda no está segura.

  • La diversidad de libros distrae el entendimiento.

  • Arrojo nos da la ira.

  • Consuelo es en las grandes desgracias el que no pueda sobrevenir otra mayor.

  • Determínese despacio lo que para siempre se resuelve.

  • Para morir, el mejor de los tiempos es el próspero.

  • No perdemos lo que ignoramos haber perdido.

  • El que desee vencer, prepárese para la guerra de mucho tiempo.

  • No todas las cosas están bien a todos.

  • Los males dudosos atormentan más.

  • Tarde se olvida lo que se aprende por mucho tiempo.

  • Las lágrimas del heredero son risas encubiertas.

  • Ha de llevarse en paciencia la voluntad del príncipe, en lo justo y en lo injusto.

  • Conceder los ruegos que son en daño del rogador es bondad cruel.

  • Hasta el que se aparta de la virtud, la reconoce.

  • La carencia de una cosa le da precio.

  • La amistad y la enemistad proceden de la voluntad.

  • Hasta de males hay ambición.

  • Debe esperarse la muerte que la naturaleza ordena.

BLAISE PASCAL:

Nuestra incapacidad de conocer la verdad es consecuencia de nuestra corrupción, de nuestra decadencia moral.

A la verdad se llega no sólo por la razón, sino también por el corazón.

Al no poder conseguir que sea forzoso obedecer a la justicia, se ha hecho que sea justo obedecer a la fuerza.

Aquel que duda y no investiga, se torna no sólo infeliz, sino también injusto.

Burlarse de la filosofía es ya filosofar.

Cuando no se ama demasiado no se ama lo suficiente.

Cuando uno se queje de su trabajo, que lo pongan a no hacer nada.

Cuanto más talento tiene el hombre, más se inclina a creer en el ajeno.

¿Después de todo que es el hombre en la naturaleza?, nada en relación con la infinidad, todo en relación a la nada. Un punto central entre la nada y el todo e infinitamente lejos de entender la diferencia entre estas dos posturas.

Decidor de frases ingeniosas: mal carácter.

Descripción del hombre: dependencia, deseo de independencia, necesidad.

Dicen que el hábito es una segunda naturaleza. Quien sabe, empero, si la naturaleza no es primero un hábito.

Dos extremos: excluir la razón y no admitir más que la razón.

El amor no tiene edad; siempre está naciendo.

El amor tiene razones que la razón no entiende.

El arte de persuadir consiste tanto en el de agradar como en el de convencer; ya que los hombres se gobiernan más por el capricho que por la razón.

El egoísta odia la soledad.

El hombre está dispuesto siempre a negar todo aquello que no comprende.

El hombre es una caña, la más débil de todas, pero una caña que piensa.

El hombre está visiblemente hecho para pensar. En ello radica su fin y su esencia (…). Pero ¿en qué piensan las gentes? Jamás en esto, sino en bailar, cantar, hacer versos, correr sortijas [juego], construir seres, hacerse reyes sin saber lo que es ser rey y ser hombre.

El hombre, por naturaleza, es crédulo, incrédulo, tímido y temerario.

El hombre se supera a si mismo infinitamente porque siempre está en camino hacia la plenitud infinita.

El hombre tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que lo sostiene.

El mundo está lleno de buenas máximas y vacío de gente que las aplique.

El orgullo contrapesa todas las miserias. O bien las oculta o, si las descubre, se glorifica a sí mismo por haberlas conocido.

El pasado y el presente solamente son medio para nosotros: el futuro es siempre nuestro fin. Por eso nunca vivimos realmente, sino que esperamos vivir. Alucinados siempre por esta esperanza de ser felices algún día, es inevitable que no lo seamos nunca.

El placer de amar sin osar confesarlo tiene sus penas, pero también sus dulzuras.

 

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