Sábado, 5 de Octubre de 2019

Las tres cualidades que habrán de conducir a un cambio fundamental en nuestro modo de ser, si las cultivamos, son la gratitud, el arrepentimiento y el perdón. … el agradecimiento, el arrepentimiento y el perdón desmantelan el ego, permiten que nuestros sentimientos naturales vuelvan a fluir de nuevo y comiencen a sanar nuestra relación con el mundo, reconciliándonos con los demás. David Brazier.

 

La sabiduría de la inseguridad. Mensaje para una era de ansiedad. Alan Watts.

Enfrentarse a la inseguridad no significa comprenderla. Para comprender la inseguridad no hay que enfrentarse a ella, sino incorporarla a uno mismo… comprender que no hay seguridad es mucho más que estar de acuerdo con la teoría de que todas las cosas cambian, más incluso que observar la transitoriedad de la vida. La noción de seguridad se basa en la sensación de que hay en nosotros algo que es permanente, algo que se mantiene inmutable a través de los años y los cambios de la vida. Nos esforzamos para asegurar la permanencia, la continuidad y la seguridad de ese núcleo duradero, ese centro y alma de nuestro ser que llamamos ‘Yo’. Pues creemos que eso constituye el hombre auténtico, el que piensa nuestros pensamientos, el que siente nuestros sentimientos y el que conoce nuestro concomimiento. No comprenderemos realmente que la seguridad es una quimera hasta que nos demos cuenta de que ese ‘Yo’ no existe.

La comprensión tiene lugar a través de la conciencia [darse cuenta de los contenidos mentales conscientes]. ¿Podemos entonces abordar nuestra experiencia, nuestras sensaciones, sentimientos y pensamientos, con toda sencillez, como si nunca los hubiéramos conocido hasta ahora, y, sin prejuicios, observar lo que sucede? Quizá se pregunte usted: ‘¿qué experiencias, sensaciones y sentimientos debemos observar?’. La respuesta es que debe observar aquellos que tiene ahora.

Usted no observa en absoluto el pasado real, sino un rastro del pasado que está en el presente. Es como ver las huellas de un ave en la arena. Veo las huellas presentes, pero no veo al mismo tiempo al ave que imprimió esas huellas una hora antes. El ave ha volado y no tengo conciencia de ella. Infiero de las huellas que ahí hubo un ave. Inferimos de los recuerdos que ha habido acontecimientos pasados, pero no somos conscientes de ningún acontecimiento pasado. Sólo conocemos el pasado en el presente y como parte del presente… este momento está siempre aquí, ya que el único momento que conocemos es el momento presente, que siempre agoniza, siempre se convierte en pasado con más rapidez de lo que puede concebir la imaginación.  No obstante, al mismo tiempo está siempre naciendo, es siempre nuevo, emerge rápidamente de este desconocido absoluto que llamamos el futuro. Pensar en ello casi nos quita la respiración… la experiencia que uno ha tenido se ha desvanecido de un modo irrecuperable, y todo lo que queda de ella es una especie de estela o huella en el presente, que es lo que llamamos memoria… la experiencia que tiene lugar ahora es, por así decirlo, un niño recién nacido que se desvanece incluso antes de que pueda empezar a crecer.  Mientras está usted observando esta experiencia presente, ¿es consciente de que alguien la observa? ¿Puede descubrir, además de la experiencia en sí misma, un experimentador?

Ser consciente, es tener conciencia de pensamientos, sentimientos, sensaciones, deseos y todas las demás formas de experiencia… podríamos decir, que el ‘Yo’ que piensa, es este cuerpo y cerebro físicos. Pero este cuerpo no está en modo alguno separado de sus pensamientos y sensaciones…la noción de un pensador separado, de un ‘Yo’ distinto de la experiencia, procede de la memoria y la rapidez con que cambia el pensamiento… No podemos comparar esta experiencia presente con una experiencia pasada. Sólo podemos compararla con un recuerdo del pasado, que es una parte de la experiencia presente.

La vida es por entero momentánea, no hay permanencia ni seguridad y no existe ningún ‘Yo’ que pueda protegerse.

Relato chino. Alguien se presentó ante un gran sabio y le dijo: ‘no tengo paz de espíritu; por favor, pacifícamelo’. El sabio le respondió: ‘tráeme tu mente (tu ‘Yo’) y lo pacificaré’. El hombre replicó: ‘durante todos estos años he buscado mi espíritu, pero no puede encontrarlo’. ¡‘Entonces está pacificado!’, respondió el sabio.

El verdadero motivo por el que la vida humana puede ser tan exasperante y frustrante no es la existencia de hechos llamados muerte, dolor, temor o hambre. Lo absurdo del asunto es que cuando tales hechos están presentes, damos vueltas, nos movemos inquietos, nos contorsionamos y arremolinamos, tratando de extraer el ‘Yo’ de la experiencia. Actuamos como si fuéramos amebas y tratamos de protegernos de la vida dividiéndonos en dos. La cordura, la entereza y la integración radican en la percepción de que no estamos divididos, de que el hombre y su experiencia presente son la misma cosa y que no puede encontrarse ningún ‘Yo’ o mente separados.

Mientras permanece la noción de que estoy separado de mi experiencia, hay confusión y tumulto. Esta es la causa de que no exista conciencia ni comprensión de la experiencia y, por ello, ninguna posibilidad real de asimilarla. Para comprender este momento no debo tratar de separarme de él, sino que he de ser consciente de él con todo mi ser… para comprender la música hay que escucharla, pero mientras pensamos ‘Yo’ estoy escuchando esta música’, no la escuchamos.  Para comprender la alegría o el miedo, hay que ser conscientes de ello de un modo total, sin divisiones [observar sin observador, sin YO].  Mientras lo llamemos de un modo u otro y digamos ‘soy feliz’ o ‘tengo miedo’, no somos conscientes de ello.  El temor, el dolor, el pesar y el hastío seguirán siendo problemas si no los comprendemos, pero comprenderlos requiere una mente única y no dividida [entre el Yo y la experiencia].

Nuestra vida se caracteriza por la contradicción y el conflicto, porque la conciencia debe abarcar tanto el placer como el dolor, y esforzarse por conseguir el placer excluyendo el dolor es, en efecto, esforzarse por la pérdida de conciencia. Dado que esta pérdida es, en principio, equivalente a la muerte, esto significa que cuanto más luchamos por la vida (como placer), tanto más matamos realmente aquello que amamos.

La vida es un proceso que fluye; el cambio y la muerte son sus partes necesarias. Esforzarse por su exclusión es esforzarse contra la vida…El verdadero problema no procede de ninguna sensibilidad momentánea al dolor, sino de nuestros maravillosos poderes de memoria y precisión, en  una palabra, de nuestra conciencia del tiempo [el Yo crea el tiempo].

Ouroboros [la serpiente que se muerde la cola] es el símbolo perenne de todos los círculos viciosos, de todo intento de dividir nuestro ser y hacer que una parte conquiste a la otra. Por mucho que luchemos, la ‘fijación’ nunca dará sentido al cambio. La única manera de hacer que el cambio tenga sentido consiste en sumergirse en él, moverse con él, participar en el baile.

Cuando trabaja adecuadamente, el cerebro es la forma más elevada de ‘sabiduría instintiva’. Debería trabajar como el instinto de las palomas mensajeras y la formación del feto en la matriz, sin verbalizar el proceso o saber ‘cómo’ se hace. Cuando el cerebro es consciente de sí mismo, lo mismo que cuando el corazón se hace notar, es que hay un trastorno, y se manifiesta en la aguda sensación de separación entre ‘Yo’ y mi experiencia. El cerebro sólo puede comportarse de la manera adecuada cuando la conciencia hace aquello para lo que está diseñada: no contorsionarse y remolinear para salir de la experiencia presente, sino ser consciente de ella sin esfuerzo.

Donde la ignorancia es bienaventuranza, es una locura ser sabio.

 

El blanco de las investigaciones es el conocimiento de la naturaleza de los seres; la proposición, pues, en que se explicase esta naturaleza, es decir la definición debiera ser la última que emitiese el autor. En la definición está la ecuación que presenta despejada la incógnita, y en la resolución de los problemas esta ecuación es la última. Jaime Balmes.

Creo que en buena medida el sufrimiento depende de cómo se responda ante una situación dada. Por ejemplo, descubrimos que alguien habla mal de nosotros a nuestras espaldas. Si se reacciona ante este conocimiento, ante esta negatividad, con un sentimiento de cólera o de dolor, es uno mismo el que destruye su propia paz mental. El dolor no es sino una creación personal. Por otro lado, si uno se contiene y evita reaccionar de manera negativa y deja pasar la difamación como un viento silencioso al que no se hace caso, se está protegiendo de sentirse herido, de esa sensación de agonía. Así pues, y aunque no siempre se pueden evitar las situaciones difíciles, sí se puede modificar la extensión del propio sufrimiento. A veces, los  terapeutas decimos de este proceso que es una ‘personalización’ de nuestro dolor, es decir, la tendencia a estrechar nuestro campo de visión psicológico mediante la interpretación, acertada o errónea, de todo aquello que nos afecta. Dalai Lama. El arte de la felicidad. Howard C. Cutler.

La infelicidad sobreviene porque creemos ser el centro del mundo, porque tenemos la mezquina convicción de que únicamente nosotros sufrimos, y con una intensidad insoportable. La infelicidad consiste en sentirnos siempre aprisionados en nuestra piel, en nuestro cerebro. El arte de la felicidad. Dalai Lama. Howard C. Cutler.

Si al interrogarte alguien pregunta por el ser contéstale con el no ser. Si pregunta por el no ser contéstale con el ser. Si pregunta por el hombre corriente contesta hablándole del sabio. Si pregunta por el sabio contesta hablándole del hombre corriente. Con este método de opuestos en relación recíproca se produce la comprensión del camino Intermedio. A cada pregunta que te haga contesta hablándole de su opuesto.  Hui-neng.

 

Sigue tu naturaleza y acuerdo con el Tao;

Continúa vagando y deja de preocuparte.

Si tus pensamientos están ligados arruinas lo genuino (…)

No te opongas al mundo de los sentidos,

Pues cuando no te opones a él,

Resulta ser igual al completo Despertar.

La persona sabia no se esfuerza (wu-wei [no acción]);

El ignorante se sujeta a sí mismo (…)

Si obras con tu mente sobre tu mente,

¿Cómo podrás evitar una inmensa confusión?

Seng-ts´an.

AMOR:

  • ¡Que grande es el amor! Hace ligero todo lo pesado y soporta todo lo difícil; lleva el peso sin fatiga y todo lo amargo lo vuelve dulce y sabroso. Tomás de Kempis.

  • Quien espera gratitud a cambio de su amor, es que no ama de verdad. H. Wolfgang Seidel.

  • El día que ya no ardáis de amor, muchos se morirán de frío. François Mauriac.

  • El amor no es tanto un sentimiento como un servicio. Laurence Sterne.

  • Sólo el que ama es fuerte y capaz de hacer todas las obras buenas que el mundo necesita. Mary Ward.

  • La ley del amor, más que un mandamiento, es una invitación a ser felices. Hermann Hesse.

  • El amor es espontáneo, siempre nuevo; encuentra siempre formas nuevas de manifestarse, no se deja codificar, inventa sin cesar salidas imprevisibles. Chiara Lubich.

  • El amor es la única mercancía que se paga con una moneda acuñada por él mismo. Stendhal.

  • El amor no tiene edad; siempre está naciendo. Blaise Pascal.

  • Las mujeres que se arrepienten de sus locuras se arrepienten de su amor. Honoré de Balzac.

  • La amistad es el amor, pero sin sus alas. Lord Byron.

  • Si oís a una mujer hablar mal del amor y un literato de la fama, decid que la mujer está perdiendo sus encantos y que el literato pierde su talento. Denis Diderot.

  • El mayor contrario que el amor tiene es el hambre y la continua necesidad. Anónimo.

  • Amor y deseo son dos cosas diferentes; no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama. Anónimo.

  • El amor nunca hizo ningún cobarde. Anónimo.

  • Es tan corto el amor y es tan largo el olvido. Pablo Neruda.

  • A las batallas de amor, campos de plumas [los problemas se arreglan en la cama]. Luis de Góngora.

  • Acomódate a las cosas que la suerte te ha destinado, y ama con verdadero amor a los hombres con los que debes convivir. Marco Aurelio.

  • El amor comienza cuando una persona siente que las necesidades de otra son tan importantes como las suyas. Harry S. Sullivan.

  • La edad no protege del amor, pero el amor protege de la edad. Jeanne Moreau.

  • Paraliza a tus enemigos con el amor. Peter Rosegger.

  • Suelen las fuerzas de amor sacar de quicio a las almas. Cervantes.

  • El amor es deseo de belleza. Anónimo.

  • Al amor antojadizo no busca cualidades, sino hermosuras. Anónimo.

  • El amor y la aflicción con facilidad ciegan los ojos del entendimiento. Anónimo.

  • Los frutos maduran con el sol; los hombres, gracias al amor. Julius Langbelm.

  • El amor da y no pide, recibe y no rechaza, perdona y no duda; lo único que le duele es ser tan limitado. Peter Lippert.

  • Amar a alguien, es esperar siempre en él. Gabriel Marcel.

  • No se ama sólo para ser felices; se ama simplemente para ser. Christian Chabanis.

  • La medida de vuestra vida será la de vuestro amor. Alfred de Musset.

  • El amor endereza los entuertos. Santa Catalina de Genova.

  • El que ama, hace lo posible para que no sufran los demás; porque el amor es como un manto real que sabe ocultar muy bien los fallos de los hermanos y no permite que nos creamos mejores que ellos. Cura de Ars.

  • No hay porqué ser millonarios en dinero; pero millonarios en amor, podemos y debemos serlo. Ernst Thrsolt.

  • Ante el amor, palidece todo lo demás. Clemens von Brentano.

  • El dolor es el primer alimento del amor. Maurice Maeterlink.

  • Sólo los detalles concretos muestran la fuerza del amor. Johann W. von Goethe.

  • En el amor, si tienes que pedir es que algo va mal. Hay que dar sin esperar nada a cambio. Querer es aprender a querer lo que no te gusta. Anónimo.

  • Ésta es realmente la edad de oro; con oro se compran casi todos los honores; con oro se consigue amor. Ovidio.

  • Ningún amor puede sustituir al amor. Marguerite Duras.

  • Oír con los ojos es una de las agudezas del amor. William Shakespeare.

  • Juramentos de amor y humo de chimenea, el viento se los lleva. Refrán.

  • No es el amor lo que hace volverse ciego, sino el amor propio. Voltaire.

  • Cuando aceptas esos detalles que preferirías que no tuviera la persona que quieres, es cuando el amor se abre, cuando todo empieza a apuntar bien. Anónimo.

  • Si no fuera por el amor, la vida sería un navío que no valdría la pena botarlo. Edwin A. Robinson.

  • El amor es un juego; el matrimonio es un negocio. Alberto Moravia.

  • Ama y sé amigo del que, cuanto todos te abandonen, no te abandonará ni permitirá que perezcas. Tomas de Kempis.

  • El amor no es un elemento de la vida; es la vida misma. Hermann Hesse.

  • El amor verdadero habla poco: actúa. Hermannn Bezzel.

  • El que quiera recoger amor, tiene que sembrar amor. Jeremías Gotthelf.

  • El amor es lo más grande que hay en el mundo; y sin embargo, es difícil imaginar algo más pequeño. Mahatma Ghandi.

  • El amor es ser consciente de dar y recibir alegría. Honoré de Balzac.

  • Del mismo papel en que un juez ha escrito una sentencia contra un adúltero rasgará un pedazo para escribir unas líneas amorosas a la esposa de un colega. Michel E.de Montaigne.

  • El amor es como la luna; si no está en cuarto creciente, está en cuarto menguante. Vizconde de Ségur.

  • Dos son las cosas que hacen madurar al hombre: el amor y el sufrimiento. Johann Messner.

  • El amor es la única fuerza capaz de transformar a un enemigo en amigo. Martín Luther King.

  • Cuanto más renuncias a ti mismo, tanto más grande y sincero es tu amor. Ludwig Feuerbach.

  • … el amor del hombre depende de un bien que está en la persona amada. Santo Tomas de Aquino.

  • Sólo el amor te hará “hombre” en el pleno sentido de la palabra. Phil Bosmans.

  • El amor que no se concreta, no es amor. Ricarda Huck.

  • Solo se vive cuando se ama. Claude-AD. Helvetius.

  • Cuando estés triste, haz un gesto de amor. Te sentirás inmediatamente mejor. Peter Rosegger.

  • El mal brota siempre donde falta el amor. Hermann Hesse.

  • En el reino del amor, no hay llanura que valga; siempre se sube o se Fulton J. Sheen.

  • El amor es la única fuerza invencible en el mundo. Fedor M. Dostoievski.

  • Amor es alegrarse con la alegría de los demás. G. Leibniz.

  • Un mundo sin amor es como una tierra sin sol. Johannes Leppich.

  • El amor tiene un poderoso hermano: el odio. Procura no ofender al primero porque el otro puede matarte. F. Heumer.

  • El amor y el vino sacan al hombre de tino [cordura]. Refrán.

  • El casado por amor vive vida de dolor. Refrán.

  • El amor es una fuente de energía. Simone Weil.

  • El odio nunca es vencido por el odio, sino por el amor. Buda.

  • El amor y la razón son dos viajeros que nunca moran juntos en el mismo albergue. Cuando el uno llega, el otro parte .Walter Scott.

  • El orgullo no quiere deber y el amor propio no quiere pagar. F. de la Rochefoucauld.

  • El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece. Jacinto Benavente.

  • El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro. Friedrich Nietzsche.

  • El amor es como una ganzúa que abre todas las puertas del prójimo. Theodor G. Hippel.

  • El amor a la libertad es amor al prójimo; el amor al poder es amor a sí mismo. William Hazlitt.

  • El amor no quiere consejo. Anónimo.

  • El valor es como el amor: necesita una esperanza que lo alimente. Napoleón.

  • Cualquier tiempo no consagrado al amor es tiempo perdido. Torcuato Tasso.

  • Es triste condición de la humanidad que más se unen los hombres para compartir los mismos odios que para compartir un mismo amor. Jacinto Benavente.

  • Aquel que no es celoso no está enamorado. Agustín de Hipona.

  • El amor tiene dos leyes, amar a los otros y eliminar de nosotros aquello que impide a los otros amarnos. Carrel Alexis.

  • El amor me impulsa y me hace hablar así. Dante Alighieri.

  • El único cemento sólido para unir a los hombres es el amor. La sociedad debería encerrar o suprimir a aquellos que siembran la discordia o el odio. Alexis Carrel.

  • En cuanto al amor, no existe más que una sabiduría: creer. Y tal sabiduría es una locura. Paul Bourget.

  • El amor es la más noble flaqueza del espíritu. John Dryden.

  • La magia del primer amor consiste en nuestra ignorancia de que pueda tener fin. Benjamin Disraeli.

  • No basta un gran amor para retener a la persona que se ama, si al mismo tiempo no llenamos su existencia de un rico contenido, incesantemente renovado. André Maurois.

  • El amor es como el fuego y si no se comunica se apaga. Anónimo.

  • ¿Por qué tomas por la fuerza lo podrías lograr por el amor? Amerindio Powhatan.

  • El jardinero por amor a la rosa es esclavo de mil espinas. Anónimo.

  • La alegría y el amor representan alas para los grandes hechos. La Bruyere.

  • Amor es una bondad sublime. Plutarco.

 

 

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