Sábado, 18 de Mayo de 2019

Su fracaso se alzó sobre los éxitos de los demás. Película Alejandro Magno. 

Toda su vida luchó tratando de liberarse del miedo y a través de eso, se volvió libre.  Película Alejandro Magno.

Su tragedia fue la de su soledad e impaciencia con todos aquellos que no podían entenderle. Película Alejandro Magno.

Aquellos que aman demasiado lo pierden todo. Aquellos que aman con ironía perduran.  Película Alejandro Magno.

El alquimista que pueda extraer de su corazón las esencias de la compasión, el respeto, la añoranza y la paciencia, el arrepentimiento, la sorpresa y el perdón y reunirlas en un todo, podrá crear ese átomo llamado amor. Kahlil Gibran.

Querer ser un microcosmos (Goethe). Este proceso, mediante el cual el mundo grande, el macrocosmos, se concentra en un foco espiritual de carácter individual y personal, el microcosmos; este convertirse en mundo una persona humana, por el amor y el conocimiento, no son sino dos expresiones para designar dos direcciones distintas en la consideración del mismo hondo proceso plástico, que se llama educación cultural o cultura. Max Scheler.

Amor en Platón: anhelo, nunca satisfecho, de íntima unión y simpatía con las esencias cósmicas de toda especie, el cual dio de una vez para siempre su nombre a la philosophia o amor a las esencias. Max Scheler.

El arte perdido de escuchar. Michael P. Nichols:

  • Cuando la gente no dice demasiadas cosas es más probable que no confíe en el interés del oyente o en su tolerancia frente a lo que tiene que decir, que en el hecho de que no encuentra nada que decir.

  • Cuando nos interesamos más por nuestros oyentes nosotros mismos nos volvemos más interesantes.

  • En ocasiones las personas no nos oyen porque han tenido un mal día. Es probable que estén preocupadas por algún comentario airado o por todo el trabajo extraordinario que tienen que hacer y, por lo tanto, no pueden prestar atención a nada más. Tal vez se sientan desconectadas de nosotros por cualquier motivo, o están convencidas de que les estamos hablando porque queremos conseguir algo, o que vamos a hacer un discurso o que, en realidad, no estamos interesados en ellas. A menudo, los oyentes no escuchan porque tienen una noción preconcebida de lo que vamos a decir. O bien, no pueden oírnos porque son incapaces de dejar a un lado sus propias necesidades o porque lo que les decimos les provoca ansiedad. En resumen, cuando nuestra intención de ser escuchados fracasa, las razones pueden ser muchas y muy variadas, aunque nuestros sentimientos heridos puedan tentarnos a inculpar a otra gente por su terquedad.

  • Puede resultar de ayuda comprender que entre el hablante y el oyente existen dos filtros para el significado.

  • La buena comunicación significa conseguir el impacto que pretendía, es decir, intención equivale a impacto. Pero cada mensaje debe pasar, en primer lugar, a través del filtro de la claridad expresiva del hablante, y en segundo lugar, a través de la habilidad del oyente para escuchar lo que se le ha   Por desgracia, hay muchas ocasiones en las que el intento no equivale al impacto, y hay muchas razones por las que no es así. Algunos de los motivos que explican los desacuerdos son simples y susceptibles de mejorarse, como sucede al aprender una destreza. Por ejemplo al aprender a reaccionar frente al hablante, el oyente le demuestra el impacto de su mensaje, dándole la oportunidad de aclarar su intención.

  • Las fuerzas principales que contribuyen al filtro del oyente son su propia programación [condicionamiento], las nociones y las suposiciones preconcebidas y las reacciones emocionales defensivas.

  • Cuando el sentimiento de no ser comprendido se manifiesta como enfado, la manera de calmar las cosas es escucharlo, no taparse los oídos ni defenderse.

  • Cuanto más te esfuerces en escuchar y reconocer lo que la otra persona está diciendo, más fácil te resultará comprender cómo se siente.

  • Recuerda: no eres responsable de los sentimientos de los demás. Aun si ellos te culpan, lo que en verdad necesitan es ser comprendidos.

  • Si alguien te replica de forma brusca, enfadada y agresiva, ¿cómo puedes escuchar con una mente cerrada? La respuesta obvia es escuchar lo que la persona está intentando decir a través de la descarga emocional.

  • Algo que te puede ser de ayuda para distinguir una petición de un ataque, es invitar a la otra persona a explicar de qué forma le molesta.

  • Escuchar las críticas es una de las cosas más difíciles que tenemos que hacer. Lamentablemente, aunque estallar no deja de ser comprensible, sólo empeora las cosas. Para evitar que suceda, prepárate a escuchar con sensibilidad: presta atención, aprecia lo que la otra persona está criticando y acéptalo.  Para esto necesitas práctica, pero con el tiempo, es posible convertirlo en un hábito. El esfuerzo positivo que haces para escuchar te ayuda a evitar una posición reactiva.

  • La reactividad se origina en la ansiedad que supone la expresión de la propia personalidad y en la necesidad de ser comprendido. Cuanto más nos oyeron nuestros padres, nos tomaron en serio y respetaron nuestras opiniones y sentimientos, más seguros y dueños de nosotros mismos seremos. Cuanto menos nos oyeron y más intolerantes y críticos fueron, más inseguros y ansiosos nos volvimos. Cuanto más condicionados estábamos a esperar un ataque o una discusión, más aprendimos a ponernos a la defensiva. Lo que aumenta nuestra disposición a defendernos son las cosas que nos hicieron nuestros padres y que nos hicieron sentir criticados, ignorados o puestos en entredicho.

  • Al principio, la mayoría de las relaciones son bastante equilibradas y relajadas. Las dos personas pueden hablar y escuchar sin que se interponga una emotividad destructora; si no fuera así, la relación no habría llegado hasta este punto. Sin embargo, estas circunstancias tienen un tiempo limitado. Las relaciones, como los componentes químicos inestables, tienden a deteriorarse. Una vez que se calientan con la reactividad emocional, requieren a veces enfriarse con distancia emocional: evitación del otro o, al menos, de los temas potencialmente perturbadores en el trato con él. Pero si ambos están encerrados en un mismo lugar o intentan discutir temas cargados de emotividad, uno o ambos empiezan a derramar ansiedad.

  • Mientras alguien se sienta acobardado por la emotividad del otro, y este otro continúe intentando expresarse con la misma reactividad de siempre, los dos actúan sin saberlo para preservar este infeliz equilibrio.

  • La presencia de conflictos no resueltos, contribuye a los temporales.

 TEXTOS DE DONALD LOFLAND (Extraídos de Elimina los virus mentales con PNL):

3 fases naturales en la evolución de la relación amorosa:

  • Experiencia de resorte inicial. Nos sentimos profundamente atraídos por el otro, eufóricos, como si, de pronto, partes fragmentadas de nosotros mismos se hubiesen acoplado. Compartimos con nuestra pareja una sutil sensación de familiaridad.

  • Retirada (sentimientos de decepción, desilusión, ira y traición). A esta fase se la suele llamar la lucha por el poder. Es el punto en que vemos todos los defectos del otro y dejamos de ver las grandes cualidades que nos atrajeron mutuamente. La mayoría de las relaciones se rompen durante la segunda fase.

  • Se caracteriza por el compromiso, la resolución y el equilibrio. Somos muy conscientes de los defectos de nuestro compañero/a y los aceptamos.

Las cinco minas terrestres que destruyen el goce y la excitación inicial que reúne a las parejas y que acaban con la mayoría de las relaciones íntimas.

  • Desencadenantes agotados y estrategias rutinarias: Los desencadenantes iniciales que despertaron los sentimientos de novedad y excitación comienzan a desvanecerse. Aun así, todo parece ir bien con nuestra pareja, aunque nos encontramos atrapados por el trabajo, las facturas, el cuidado de los niños y la colada. Las rutinas son estrategias que nos permiten llevar a cabo tareas diarias de manera expeditiva.

  • Desencadenantes negativos: si pasáis mucho tiempo con vuestra pareja, habrá momentos en que os sentiréis irritados, temerosos, dolidos o deprimidos y puede que estos estados no tengan nada que ver con vuestra pareja.

  • La atracción y las estrategias amorosas: cada persona tiene una secuencia única de experiencias externas e internas (una estrategia) para sentirse intensamente atraído por una pareja potencial y otra estrategia para sentir un profundo sentimiento de amor. Es muy sencillo descubrir por qué nuestra pareja se siente atraída hacia nosotros y qué cosas desencadenan los sentimientos de amor profundo. Estas estrategias suelen ser inconscientes.

  • Creencias y valores en conflicto: cualquier discusión, desacuerdo o incidente en una relación se basa en creencias y valores en conflicto. Uno de los dos espera que el otro actúe de una determinada manera y no sucede así.  Hay ocasiones en que dos personas pueden incluso tener el mismo valor, pero diferentes creencias o normas acerca de lo que se necesita para realizar ese valor.

  • Espejo esquivo: enamorarse es como encender la luz para vernos a nosotros mismos. Cuanto mejor sea la iluminación, mejor perfilada estará la sombra… la promesa inicial del amor romántico consiste en recuperar la plenitud primordial a través de nuestra pareja.

VIRUS [estructuras condicionadas] MENTALES DE LA INFANCIA:

  • La máscara: rasgos que tuviste que desarrollar cuando eras niño para agradar a los demás. Esta parte se origina en creencias de la infancia acerca de lo que se necesita para despertar amor y aceptación en padres y adultos.

  • La sombra: jamás seré capaz de… no estás dotado para…. Estas afirmaciones indican unas limitaciones autoimpuestas (virus restrictivos) basadas en fracasos anteriores y en sugerencias de los padres, los hermanos y los educadores.  En cierto sentido, dejamos estas habilidades naturales a nuestras espaldas, con nuestra sombra.

  • Los puntos ciegos: al adoptar una máscara que incluye creencias y valores de nuestros padres y otros adultos, también asumimos parte de esos rasgos negativos sin ser conscientes de ello. Si otros nos critican… lo negamos porque no somos conscientes o porque somos ciegos ante el hecho de que adoptamos estas cualidades. Se trata de creencias restrictivas o de virus desencadenantes invisibles para nosotros… una de las maneras más rápidas y asombrosas para tener al menos un atisbo de cómo sería la recuperación de ese estado de plenitud es a través de una relación íntima.

Como sostenía Carl Jung, el amor íntimo puede ser un instrumento poderoso en nuestra búsqueda de partes integrantes, de plenitud y pensamiento coherente.  Sin embargo, se nos planteará un dilema. Nuestras necesidades para ser más plenos son probablemente las mismas que las de nuestro compañero/a, y lo que más necesitamos de esa persona probablemente sea lo que menos es capaz de darnos. El lado bueno es que si damos a nuestro compañero/a lo que nosotros más necesitamos, experimentamos el estado que deseamos. Si nos situamos en el estado que queremos y a la vez ayudamos a nuestro compañero/a, estamos propiciando nuestra curación e integración.  Si lo que más necesitas es cuidado, cuida de tu compañero/a. si lo que más necesitas es estimulación intelectual, actúa de manera intelectualmente estimulante. Si necesitas admiración, admira a tu compañero/a. si necesitas amor, da amor.

En resumen, el amor es uno de los caminos más rápidos hacia la plenitud (saber situarnos en el mundo y desarrollarnos espiritualmente).

Cuando se trata de escribir, muchos nos quedamos atrapados en el mecanismo de crear ideas y corregirlas simultáneamente. Esto nace de la creencia restrictiva de que, incluso cuando comenzamos a crear, es necesario escribirlo bien desde el principio, sin errores en la sintaxis, el estilo o la expresión lógica.  Desde el punto de vista neurofisiológico, esto es casi imposible, porque la escritura creativa implica un funcionamiento equilibrado de los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro, mientras que la corrección es fundamentalmente un proceso de hemisferio izquierdo.

El amor romántico ha sido definido de múltiples maneras, ya sea como ‘el sistema energético más grande de la psiquis de Occidente’ (reemplazando así a la religión como vía hacia la plenitud, el éxtasis, el sentido y la salud psicológica) o como una mera ilusión y un puro narcisismo.

Catherine Johnson realizó un estudio con cien parejas casadas que habían convivido entre 7 y 55 años. A pesar de una creencia muy difundida de que el amor más profundo y perdurable crece poco a poco con el tiempo, Johnson descubrió que casi todas las parejas se habían sentido bien juntas desde el principio, lo cual es una característica del amor romántico.

Ningún otro ámbito de la existencia humana proporciona un mejor caldo de cultivo para los virus condicionamiento] mentales que las relaciones amorosas.

Carl Jung también sostenía que si descubrimos la herida psíquica de un individuo o de una sociedad habremos descubierto la vía más rápida para sanar y allanar el camino al desarrollo de nuestra conciencia.

Cuando las cosas no van bien en una relación amorosa, la mayoría de las personas se quejan de que no se sienten amadas, porque su pareja no es tan amante como era al comienzo de la relación. El doctor Harville Hendrix desarrolló un conjunto de ejercicios para permitir que las parejas revivieran las maneras de expresarse mutuo amor. Al cabo de un tiempo, las personas que practicaron los ejercicios reconocieron que su pareja realmente las quería más, y muchas relaciones mejoraron de forma espectacular. Sin embargo, unas cuantas relaciones en realidad empeoraron. Para algunas personas, lo que más desean de una relación, aquello que se quejan que no reciben -sentirse profundamente amadas-, puede empeorar las cosas si finalmente lo consiguen.

COMUNICAR EMOCIONES:

  • Preparar el escenario: obtener el permiso de tu pareja para compartir tu malestar y no irrumpir en escena con todo un cúmulo de sentimiento.

  • Establecer sintonía: las personas que se encuentran en una relación intensa tienen tendencia a imitar o a ser espejo inconscientemente el uno del otro. Estas personas asumen posturas similares, usan gestos y modos de hablar similares y establecen un contacto visual más prolongado.  Una de las expresiones más poderosas de sintonía es la respiración sincronizada.

  • Reflejo auditivo: una de las cosas que más deseamos cuando estamos en conflicto con nuestra pareja es que nos escuche. Dos normas: a) no proferir insultos b) expresar sólo aquello que otros no puedan discutir ni sobre lo que puedan tomar partido.

  • Descubrir normas y valores para el emisor: la emoción básica que subyace a la ira, la frustración, la decepción y la tristeza suele ser el miedo.

  • Descubrir normas y valores para el receptor: cambiar vuestros respectivos papeles… actuar con espontaneidad, de manera impredecible.

  • El salto creativo: el receptor pregunta al emisor; ¿cómo podemos cambiar nuestras conductas o nuestras normas para que tú tengas… (los valores del emisor) lo que deseas y yo pueda tener (los valores del receptor) que yo quiero? Buscar alternativas creativas que puedan añadirse a la lista de demandas de cada uno de vosotros

Virus receptor del amor: Harville Hendrix y otros investigadores han observado que algunas relaciones empeoran cuanto mayores son las expresiones de amor.  Cuanto más amor compartimos con nuestra pareja, más incómodos nos sentimos. Esto puede resultar frustrante y desconcertante para nuestra pareja.

La comunicación es el gran instrumento con que contamos para solucionar los defectos del pensamiento que destruyen las relaciones.

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