Sábado, 13 de Abril de 2024

Georg Ch. Lichtenberg:

 

La invención del lenguaje es anterior a la filosofía y esto es lo que vuelve a ésta difícil, sobre todo cuando se la quiere hacer comprensible a otros que no piensan mucho por sí mismos.  Cuando habla, la filosofía se ve siempre obligada a usar el lenguaje de la no filosofía.

Qué soy yo, qué debo hacer, qué puede creer y esperar.  A esto se reduce la filosofía.

Cuanto más contribuya un comentario a convertir la Biblia en un libro común y corriente  mejor será.  Todo esto hubiera ocurrido hace ya tiempo si nuestra educación, nuestra irrefrenable credulidad y la situación actual del asunto no se opusieran a ello.

Escribir es una excelente ocupación para despertar las potencialidades que dormitan en cada hombre.

Perdió esa confianza en sus propias fuerzas que sirve de instinto a la valentía.  Frase de Federico II que se puede aplicar en todo orden de cosas.

Los sueños representan el resultado natural de todo nuestro ser, sin la coacción de una reflexión muchas veces artificial.

Un  maestro de escuela o un profesor no pueden educar individuos sólo educan especies.

¡Vaya honra que tienen las mujeres!, a media pulgada de distancia del ano.

Yendo a la iglesia y leyendo la Biblia el hombre común toma los medios por el fin.

Un camisón de novia tras la primera noche de bodas: vulva pinxit, penis sculpisit (la vulva lo pintó, el pene lo esculpió).

No cabe duda que junto con el agua, la vida es lo mejor que tiene el hombre.

El acicate del talento es la esperanza de ser útil.

Dada nuestra lamentable educación, tras la que debemos olvidar en la segunda mitad de la vida lo que aprendimos en la primera, escribir con simplicidad exige un esfuerzo.  De ahí que acabemos creyendo que todo cuanto exige un esfuerzo es simple y bueno.

Las personas no asisten ellas mismas a las reuniones sociales sino que envían en su lugar a un muñeco vestido al que decoran como quieren.

La lectura asistemática ha sido siempre mi mayor placer.

Johnson solía decir: una silla de taberna es el trono de la felicidad humana (se refiere a la biografía del Dr. Samuel Johnson escrita por John Hawkins).

Los hombres cambian espontáneamente cuando no se intenta cambiarlos de forma expresa, sino que, discretamente, se les ofrece la oportunidad de ver y oír.

Mariveaux a un mendigo sano: ¿no puede Vd. trabajar?  ¡Ah mi querido señor!  Si supiera Vd. lo perezoso que soy, seguro que se apiadaría de mí.  Esta sinceridad le gustó tanto que le dio una limosna.

El tiempo es la verdadera fortuna del sabio. J. A. Murray (médico y botánico sueco).

En todas las clases sociales, la Ilustración consiste realmente en tener conceptos precisos de nuestras necesidades esenciales.

Saber utilizar en provecho propio los sucesos inesperados de la vida de modo que la gente crea que uno los había previsto y deseado, significa a menudo felicidad y forma al hombre en el mundo.

Quien tiene menos de lo que desea, ha de saber que tiene más de lo que vale.

Cuando uno piensa mucho por sí mismo, descubre mucha sabiduría contenida en el lenguaje.  Es sin duda improbable que sea uno mismo quien lo aporte todo, en él hay ya muchísima, no menos que en los refranes.

Le preguntaron a Fontenelle a qué se debía que tuviera tantos amigos y ningún enemigo: por estos dos axiomas: todo es posible y todo el mundo tiene razón.

La mejor manera de alabar a vivos y difuntos es disculpando sus debilidades.

La mayoría de los teólogos defienden sus principios no porque estén convencidos de la verdad de los mismos, sino porque alguna vez los han afirmado.

Tras una guerra de 30 años consigo mismo llegó finalmente a un acuerdo, pero el tiempo era irrecuperable.

No hay  criatura más pérfida ni insidiosa bajo el sol que una prostituta que, por su edad, se vea obligada a convertirse en beata.

Para predicar verdades útiles a los hombres es lícito todo lo que no perjudique ni ofenda a nadie, es decir, también los cuentos de hadas.

Hay muchísimos hombres más desdichados que tú.  La frasecilla no te proporciona un techo bajo el cual vivir, de acuerdo, pero sí el suficiente para refugiarte cuando cae un aguacero.

Los niños y los locos dicen siempre la verdad… el mejor autor satírico tiene siempre algo de ambos.

La naturaleza ha armado casi instintivamente al hombre contra el miedo a la muerte: mediante la creencia en la inmortalidad.

La simpatía es una mala limosna.

La moderación presupone el goce; la abstinencia no.  De ahí que haya más partidarios de ésta que de aquélla.

La naturaleza creó la mujer de forma que no pueda actuar según principios sino en base a sensaciones.

Hay algunos que no oyen hasta que les cortan las orejas.

Hobbes: una democracia es una aristocracia de oradores interrumpida a veces por la monarquía de un solo orador.

Antes me enfadaba con una sensación de fuerza; ahora con una de angustiosa pasividad.

Laboriosidad alemana: con este título suelen guarnecer sus esfuerzos áridos y espiritualmente paralizantes aquellas cabezas nada proclives a pensar por su cuenta… En Inglaterra se respeta poco a estos coleccionistas de literatura secundaria.  En Alemania en cambio, el hombre que está al tanto de lo que se ha escrito sobre cualquier cosa disfruta ya de cierta consideración…

Mi cuerpo es aquella parte del mundo que mis pensamientos pueden transformar… en el resto del mundo, mis hipótesis no pueden perturbar el orden de las cosas.

Ante la pérdida de personas queridas no hay otro lenitivo que el tiempo y ciertas distracciones racional y cuidadosamente elegidas.  Esto sin que nuestro corazón pueda reprocharnos nada.

A las mejores leyes sólo se las puede respetar y temer, mas no querer.

Aplazar ha sido mi mayor fallo desde siempre.

Soy extraordinariamente sensible a cualquier tipo de ruido, que, sin embargo pierde su carácter desagradable en cuanto va unido a algún objetivo razonable.

El entendimiento comprende bien la teoría; el juicio decide sobre su aplicación.  Es algo que le falta a mucha gente, con frecuencia a los grandes eruditos y sobre todo a los teóricos.

Para  gozar de las ventajas de la belleza en el mundo es preciso que otras personas lo crean a uno bello; en el caso de la felicidad, esto no es en absoluto necesario, basta simplemente con que uno mismo lo crea.

El hecho de no poder aprender nada cuando se es mayor guarda una relación y muy estrecha con el negarse a ser mandado cuando se es mayor.

La vigilia parece consistir en la distinción drástica y convencional entre lo que está dentro y fuera de nosotros.

La firme convicción de que si se quisiera, se podría, es la causa de la inactividad de más de una cabeza inteligente y no sin razón.

El orgullo, una pasión noble, no es ciego frente a sus propios errores, pero la arrogancia sí lo es.

Hacer  un voto es un pecado más grave que romperlo.

Antes de censurar siempre habrá que ver si no se puede disculpar.

El hombre ama la compañía aunque sólo sea la de una velita encendida.

Creo que el hombre no se conoce tan bien así mismo como los conocen los demás.

La cuestión de saber si las mujeres se ruborizan en la oscuridad es muy compleja, una cuestión que, al menos, no se puede resolver con luz.

 

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