Miércoles, 3 de Abril de 2024

Georg Ch. Lichtenberg:

 

La enfermedad es la mayor imperfección del hombre.

Descubrir pequeños fallos ha sido desde siempre el rasgo distintivo de aquellas cabezas que se encuentran poco o nada por encima de la mediocridad.  Los sensiblemente superiores callan o sólo dicen algo contra el conjunto y los grandes espíritus se limitan a crear y no critican.

El que la gente emita con tanta frecuencia juicios falsos, no se debe sólo a una falta de perspicacia y de ideas. Se debe a que no ponen bajo el microscopio cada punto de la frase y reflexionan.

Un sano apetito y la alta consideración por las mujeres que normalmente va unida a él.

Miradas nuevas, a través de viejos agujeros.

Del primer poeta del mundo al fabricante de versos…

Hasta aquellos rasgos que llamamos feos pueden volverse bellos a nuestros ojos.

Triste amor es aquel en que los amantes se acuestan por primera vez en la tumba.

Hay que sacar partido de los estados de debilidad para luego parecer fuerte entre los débiles.

Respira firme: ten en cuenta el fin.

La inteligencia de un hombre puede medirse por el cuidado con que medite sobre el futuro o el fin de algo.

Cuanto más monótonas son nuestras ocupaciones más largos se nos hacen los días y más breve el tiempo transcurrido, cuando más variados son los acontecimientos ocurre al revés de lo anterior.

El Ton Jones de Fielding es una de las mejores obras jamás escritas.  Su camino ha de seguir el que quiera ser el mejor escritor.

Cuando a un condenado a muerte le regalan una hora, ésta vale toda una vida.

Todos los inventos son fruto de la casualidad. Si no fuera así, mucha gente inteligente podría sentarse y hacer inventos como quien escribe cartas.

La ocasión y el motivo son los inventores y la ambición la rectificadora.

La confianza en las propias fuerzas da fuerza, tanto en el matrimonio como en el mundo científico.

La felicidad duradera sólo se encuentra en la sinceridad.

Una norma de lectura es condensar en pocas palabras la intención del autor y sus ideas principales.

Dar a conocer las debilidades de los grandes hombres es una especie de obligación. Con ello se alienta a miles de personas, sin perjudicar a aquellos.

La sopa tenía un sabor tan atroz que para creer en una eventual tentativa de envenenamiento habría bastado con ser un gran general o un rey.

Young Edward poeta inglés: el lamento o pensamientos nocturnos sobre la vida, la muerte y la inmortalidad.

Quien se conoce bien a sí mismo, tarda muy poco en conocer a todos los demás hombres.  Todo es reflejo.

Nunca se debe juzgar al hombre por lo que haya escrito, sino por lo que diga en presencia de otros hombres que estén a su altura.

Donde la moderación es un error, la indiferencia es un delito.

Qué feliz viviría más de uno si se preocupase tan poco de los asuntos ajenos como de los suyos propios.

En cada hombre hay algo de todos los hombres.  Distinguir con la debida exactitud ese algo que se tiene de todos es un arte que por lo general han comprendido los grandes escritores.

Todo defecto en el cuerpo humano suscita en quien lo padece un esfuerzo por demostrar que no le resulta opresivo: el débil mostrar su fuerza…Esto es para el escritor una fuente inagotable de verdades.

Hay gente capaz de creer en todo lo que quiere: ¡son criaturas felices!

Hay muchísima gente que lee para no tener que pensar.

La gente más sana, bella y normalmente constituida es la que lo acepta todo. En cuanto alguien tiene algún defecto, tiene también su propia opinión.

Un gran genio raramente hará sus descubrimientos siguiendo las huellas de otros.  Cuando descubre cosas, en general  descubre también los medios para hacerlo.

El género más triste de escritores es aquel que no contiene el razonamiento suficiente para convencer ni el ingenio suficiente para deleitar.

Sería útil presentar al mundo escritores que, aún conociendo a otros anteriores a ellos, se han inspirado sólo en sí mismos.  Sólo de ellos se aprende y son sin duda muy pocos, por lo que cualquier podría leerlos fácilmente.

La simplicidad en la escritura es algo recomendable ya por el hecho de que ningún hombre honesto recurre al artificio o la sutileza en su forma de expresarse.

Tal vez un género superior de espíritus vea a nuestros poetas como nosotros vemos a los ruiseñores y canarios, y su canto les guste precisamente porque no lo entienden.

A menudo es preciso observar las cosas con la intención de descubrir en ellas algo que los demás aún no hayan visto.

Hacer que cada momento de nuestra vida sea el mejor posible, independiente de qué mano del destino provenga: en esto consiste el arte de vivir y el verdadero privilegio de un ser racional.

Decir mucho en pocas palabras: meditar primero sobre el tema y de lo meditado decir luego lo mejor de forma que el lector juicioso advierta lo que uno ha desechado.  Significa dar a entender, con el menor número de palabras, que uno ha pensado mucho.

Si alguien reuniera las ocurrencias felices que ha tenido en su vida, haría con ellas un buen libro… vemos, pues, lo importante que es anotarlo todo.

… Los gorriones parecen ser los más familiarizadas con los campesinos, aunque ninguna especie es tan odiada por éstos como aquella.

La tendencia a juzgar importantes las pequeñas cosas, ha producido grandes cosas.

Leer mucho vuelve orgulloso y pedante; ver mucho vuelve sabio, sociable y útil.  El lector desarrolla excesivamente una sola idea.

Al que está enamorado de sí mismo, su amor le ofrece al menos la ventaja de que no llegará a tener muchos rivales.

Lo he observado varias veces que la gente con una profesión suele ignorar lo mejor de ella.

El estilo metafórico es tan natural como el más simple… cuando el alma se halla en las condiciones idóneas para percibirlas.

Las cartas de un hombre inteligente contienen siempre el carácter de las personas a las cuales escribe.

Las mujeres bonitas son contadas hoy en día entre los talentos de sus maridos.

No quiero juzgar en qué medida el doble de las campanas contribuye a la paz de los difuntos; para los vivos es horrible.

Puedo imaginarme una época a la que nuestros conceptos religiosos le resulten tan extraños como a la nuestra el espíritu caballeresco.

No es extraño que los gobernantes del género humano tengan un rango superior a los educadores del mismo.  Esto permite ver qué animal tan esclavo es el hombre.

Si el mundo logra durar un número incontable de años, la religión universal será un spinozismo depurado.  La razón abandonada a sí misma no conduce a ninguna otra salida y es imposible que pueda hacerlo.

Siempre enseñamos verdadera filosofía, con el lenguaje de la falsa.

Todo el que habla un idioma es un filósofo popular y nuestra filosofía universitaria consiste en una serie de restricciones de aquella.

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