Miércoles, 10 de Noviembre de 2021

SIGMUND FREUD:

Un hombre como yo no puede vivir sin un caballo de batalla, una pasión que le consuma, un talento. Yo he encontrado mi talento y es el servicio. No conozco límites. Mi talento es la psicología.

En todo ser humano hay deseos que no querría comunicar a otros, y deseos que no quiere confesarse a sí mismo.

Si quieres poder soportar la vida, debes estar dispuesto a aceptar la muerte.

La función del arte en la sociedad es edificar, reconstruirnos cuando estamos en peligro de derrumbe.

La naturaleza no hace nada en vano, y entre los animales, el hombre es el único que posee la palabra.

Nuestros complejos son la fuente de nuestra debilidad; pero con frecuencia, son también la fuente de nuestra fuerza.

Y pensar que lo que menos hice en mi vida fue tener sexo.

No puedo pensar en ninguna necesidad en la infancia tan fuerte como la necesidad de la protección de un padre.

Es necesario que haya uno o varios principios y aun, en caso de existir uno sólo, que éste sea inmóvil e inmutable.

Contemplar las flores es sedante. No despiertan emociones ni conflictos.

Hay una historia detrás de cada persona. Hay una razón por la que son lo que son. No es tan solo porque ellos lo quieren.

Algo en el pasado los ha hecho así, y algunas veces es imposible cambiarlos.

Si no puedo doblegar a los dioses del cielo, moveré, al menos, a los del infierno (Virgilio, Aen 7, 312). Freud tomó como lema de su vida estos dos versos de Virgilio.

El progreso del psicoanálisis se ve demorado por el terror que siente el observador corriente de verse reflejado en su propio espejo.

Ni en mi vida privada ni en mis escritos jamás he mantenido en secreto el hecho de ser un abierto y completo no-creyente.

Ni los demonios ni los dioses existen, son todos productos de las actividades psíquicas del hombre.

Los hombres viven, en general, el presente con una cierta ingenuidad; esto es, sin poder llegar a valorar exactamente sus contenidos.

La función capital de la cultura, su verdadera razón de ser, es defendernos contra la naturaleza.

La inmoralidad ha hallado siempre en la religión un apoyo tan firme como la moralidad.

Los hombres, no obstante que se les hace imposible existir en el aislamiento, sienten como un peso intolerable los sacrificios que la civilización les impone para hacer posible la vida en común.

Yo he preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado.

Si aspiras a encontrarte a ti mismo, no te mires al espejo, porque allí encontrarás solamente una sombra, un extrañó.

No existe ningún punto de partida si no se sabe bien a donde ir.

Recordar es el mejor modo de olvidar.

Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla.

Cada uno de nosotros tiene a todos como mortales menos a sí mismo.

Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco.

El primer humano que insultó a su enemigo en vez de tirarle una piedra fue el fundador de la civilización.

El que ama, se hace humilde. Aquellos que aman, por decirlo de alguna manera, renuncian a una parte de su narcisismo.

Existen dos maneras de ser feliz en esta vida: una es hacerse el idiota y la otra serlo.

He aquí la gran incógnita que no he podido resolver, a pesar de mis treinta años de investigación sobre el alma femenina: ¿Qué es lo que quiere la mujer?

He sido un hombre afortunado en la vida: nada me fue fácil.

La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas.

La civilización está permanentemente amenazada por la desintegración debido a la hostilidad primaria del hombre.

La incapacidad para tolerar la ambigüedad es la raíz de todas las neurosis.

La más clara prueba de que existe vida inteligente en otros planetas es que aún no han venido a visitarnos.

La religión es una ilusión que deriva su fuerza del hecho de que satisface nuestros deseos instintivos.

Los buenos son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen realidad.

Los sentimientos de amor y temor de Dios no tienen su origen en Dios, sino en los seres humanos. Son sentimientos de frustración dirigidos por el hombre a un ser imaginario que pretende que sea su padre.

Lo mejor es enemigo de lo bueno.

¡Menudo progreso hemos logrado! En la Edad Media, me hubieran quemado. Ahora les basta con quemar mis libros.

Ningún crítico es más capaz que yo de percibir claramente la desproporción que existe entre los problemas y la solución que les aporto.

Nos moriremos todos, pero nuestras obras permanecerán.

Quien piensa en fracasar, ya fracasó antes de intentar; quien piensa en ganar, lleva ya un paso adelante

A la representación de una organización coherente de los procesos anímicos en una persona, le llamamos nuestro yo.

Sería muy simpático que existiera Dios, que hubiese creado el mundo y fuese una benevolente providencia; que existieran un orden moral en el universo y una vida futura; pero es un hecho muy sorprendente el que todo esto sea exactamente lo que nosotros nos sentimos obligados a desear que exista.

Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos.

Si quieres vivir, prepárate para morir.

Sólo la propia y personal experiencia hace al hombre sabio.

Uno puede defenderse de los ataques; contra el elogio se está indefenso.

Una vez que el primer hombre hubo descubierto la posibilidad de que mejorar su destino en la tierra estaba literalmente en sus manos, mediante el trabajo, no puede haberle resultado indiferente el que otro hombre trabajara con él o contra él. El otro hombre adquirió para él, el valor de un compañero de trabajo con quien resultaba útil convivir.

 

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