Martes, 18 de Enero de 2022

FELICIDAD:

Los finales felices son historias sin acabar. Película  Sr. y Sra. Smith.

No hay más que una manera de ser feliz: vivir para los demás. Leon Tolstoi.

En el sentimiento del amor existe algo singular capaz de resolver todas las contradicciones de la vida y de dar al hombre aquella felicidad total cuya consecución es el fin de la vida. Leon Tolstoi.

Recibir, tomar y pedir: ése es, en tres palabras, todo el secreto. Pierre-Augustin de Beaumarchais.

¡Ah, ah! ¡Qué buena vida! Cansarme poco, divertirme bastante, y tener en el bolsillo siempre algún doblón. Pierre-Augustin de Beaumarchais.

Su felicidad tiene a veces la fisonomía del crimen. Película El rojo y el negro.

¡Quién me hubiese dicho que encontraría placer en verter lágrimas! (JULIEN SOREL). Película El rojo y el negro.

Amor, ¿qué locuras no consigues que nos produzca placer? (Carta de una religiosa portuguesa). Película El rojo y el negro.

Mas si tomo ese placer con tal mesura y prudencia ya no me será placer (Lope de Vega). Película El rojo y el negro.

Si el alma está preocupada en sentir vergüenza y en superarla, no puede sentir placer. Stendhal.

Para ser feliz hasta un cierto punto, es preciso que hayamos sufrido hasta el mismo punto. Edgar Allan Poe.

No dura ni llega a su fin sino la felicidad que viene poco a poco. Séneca.

Del mismo modo que no tenemos derecho a consumir riqueza sin producirla, tampoco lo tenemos a consumir felicidad sin producirla. George Bernard Shaw.

No podemos saber que es libertad hasta que no alcanzamos el estado de plenitud. ¿Como podemos ser libres, mientras sintamos que nos falta algo, que hay obstáculos que se oponen a nuestros deseos y que nuestra felicidad depende de cosas, personas o circunstancias sobre las cuales no tenemos ningún control? Sri Ramakrishna.

La vida que conduce al cielo no es una vida de retiro del mundo, sino de acción en el mundo. Emanuel Swedenborg.

No quiero labrar mi felicidad; quiero realizar mi obra. F. Nietzsche.

No hay orden sin justicia, y el orden ideal de los pueblos reside en su felicidad. Albert Camus.

Nadie puede ser feliz sin participar en la felicidad pública, nadie puede ser libre sin la experiencia de la libertad pública, y nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse y formar parte del poder político. Hannah Arendt.

Se puede ser feliz sin talento, pero no sin pasión. José Narosky.

Todo soñador tiene asegurada una porción de felicidad. José Narosky.

Quién cambia felicidad por dinero no podrá cambiar dinero por felicidad. José Narosky.

Creí cantar mi felicidad. Pero mi felicidad era mi cantar. José Narosky.

Un hombre sabio es aquel que no sufre por las cosas que no tiene, sino que disfruta de las que sí posee. George Eliott.

El hombre FELIZ no es el hombre que ríe, sino aquel cuya alma, llena de alegría y confianza, se sobrepone y es superior a los acontecimientos. Los elementos de la dicha son: una buena conciencia, la honradez en los proyectos y rectitud en las acciones. Séneca.

Te deseo una vida larga y llena de felicidad. Película El médico.

Son felices las mujeres, los niños y los animales, pero los seres humanos no lo somos. Película Secreto tras la puerta.

Si cifras tú felicidad en deseos que alcancen a todos, seguro que tú felicidad será mucho más duradera. Anónimo.

La felicidad nace, como la rosa; de las espinas y trabajos. Anónimo.

No puede haber felicidad si las cosas en que creemos son distintas de las que hacemos. Anónimo.

Sólo nuestro corazón labra su felicidad o su desventura. Goethe.

La felicidad no llega de forma automática, no es una gracia que un destino venturoso puede concedernos y un revés arrebatarnos; depende exclusivamente de nosotros. No se consigue ser feliz de la noche a la mañana, sino a costa de un trabajo paciente, realizado día tras día. La felicidad se construye, lo que exige esfuerzo y tiempo. Para ser feliz hay que saber cambiarse a uno mismo. Luca y Francesco Cavalli-Sforza.

Todo hombre quiere ser feliz; pero, para llegar a serlo, habría que empezar por saber qué es la felicidad. Jean Jacques Rousseau.

Llamamos felicidad a algo complejo y confuso,  a uno de esos conceptos que la humanidad ha querido dejar en el terreno de la vaguedad para que cada cual lo precise a su manera. Henri Bergson.

Los sociólogos definen la felicidad como el grado según el cual una persona evalúa positivamente la calidad de su vida tomada en su conjunto. En otras palabras, la felicidad expresa hasta qué punto le gusta a una persona la vida que lleva. Matthieu Ricard.

 

Krishnamurti. Biografía. Pupul Jayakar:

“¿Cómo investigan ustedes?”, preguntó. Para él había tres modos: “Es posible, no es posible, y puede ser posible”. Las primeras dos respuestas ponen fin a la investigación, porque están limitadas por sus certidumbres y así están contenidas en el tiempo. Es sólo con un sondeo tentativo en “lo que puede ser posible” que se revela la verdadera investigación. En sus pláticas, en las discusiones, en la mesa del desayuno y del almuerzo, hablaba una y otra vez de la necesidad de una mente nueva; una mente que sólo podría surgir “del vacío, de la completa negación, en un estado de revolución, cuando la mente está por completo sola [descondicionada]”.

“Viendo que sus oyentes estaban perplejos, dijo: “El tiempo impide la percepción. Una mente que piensa en la distancia como espacio de aquí hasta allá, como devenir, como logro, una mente así no puede ver una cosa en totalidad”.

El inquiría dentro de la ‘mente’ descubriendo percepciones de lo ‘nuevo’, como observó: “La cualidad de ir más allá de uno mismo pertenece a la mente nueva que se halla libre del tiempo ‑el tiempo como proceso psicológico interno-­. El tiempo de la psique produce temor y así limita el caudal. Para comprender la enorme naturaleza penetrante del temor, para ver las complejidades en que la mente está enredada, uno tiene que comprender el tiempo. El temor y el tiempo marchan juntos”. Percibiendo sombras en los rostros de quienes le escuchaban, Krishnaji, dijo. “El miedo es la energía destructiva en el hombre, marchita la mente”.

“Cuando la mente científica se abre paso por las limitaciones de lo conocido, entonces tal vez se aproxima a la mente religiosa”.

Nosotros somos el resultado de las influencias externas. La mente científica es precisa y clara en su investigación. No es una mente compasiva, porque no se ha comprendido a sí misma.

Solamente cuando negamos toda creencia o no‑creencia, vemos el hecho y la falsedad de la reacción y de pertenecer a algo; sólo así se halla la mente en un estado de negación ‑lo cual quiere decir que la mente está sola, que carece de autoridad y meta alguna [está descondicionada]; por lo tanto, no se encuentra en un estado de temor, que implica reacción.

“La mente religiosa no es ritualista. Es capaz de pensar con precisión, no en términos de lo negativo y lo positivo; por lo tanto, esa mente contiene en sí a la mente científica. Pero la mente científica no contiene a la mente religiosa, porque se basa en el tiempo, en el conocimiento; tiene sus raíces en el éxito y en la realización personal.

Viendo la verdad de que cualquier condicionamiento es destructivo para la percepción, ¿puede la mente abrirse paso sin reacción alguna? Ese abrirse paso hace accesible todo el campo del conocimiento propio”.

La mente humana, así como es ahora, es el resultado del medio. La mente tiene que desembarazarse a sí misma de todas las influencias a fin de descubrir lo ‘intemporal’.

Al hablar sobre lo desconocido, sobre el vacío ‑únicamente desde el vacío puede emerger la mente nueva­ dijo: “La mente no puede llegar a aquello; la mente que se mide a sí misma en el tiempo, debe limpiarse del tiempo y penetrar en aquello sin conocerlo. Ustedes no pueden conocerlo.  Todo lo que pueden hacer es saltar fuera de lo viejo, y ni siquiera entonces ‘conocerán’ aquello, porque serán parte de ese estado extraordinario”.

“Lo que se necesita es una mente nueva que funcione de manera total. La mente científica es direccional; la mente religiosa se expande explosivamente sin dirección predeterminada. El conocimiento propio es esencial, porque sólo mediante el conocimiento propio, sólo comprendiéndose a sí misma, la mente vieja se marchita para que la mente nueva pueda ser”.

“¿Cómo observan? ¿Cómo escuchan? Si la observación, el escuchar, son directos, entonces están observando, escuchando negativamente. Entonces la mente no tiene conclusiones, ni opuestos, ni directivas. En ese mirar, puede ver lo que está cerca y lo que está muy lejos. En ese mirar existe una terminación. Una mente así es la mente nueva. Ha estallado sin una dirección. Una mente así es la mente religiosa”.

“La mente que se expande de manera explosiva sin una dirección fija, es compasiva, y lo que el mundo necesita es compasión, no esquemas”.

“La mente nueva no está dentro del campo del conocimiento. Es ese estado creativo que se encuentra en explosión constante. Por eso, todo conocimiento tiene que llegar a su fin”.

“La mente nueva no puede surgir con la autoridad, con los maestros y los gurús. Con una mente apagada no puede uno dar con la mente nueva. Se necesita una mente fresca, apasionada, viva”. Después dio la clave. “Lo que libera la energía es la percepción directa. La mayor parte del cerebro es el residuo de nuestra herencia animal, y la parte restante es indefinida. Vivimos nuestra vida en la parte muy pequeña. Jamás investigamos. La sensibilidad surge cuando observamos un árbol, un pájaro, un animal, una hormiga. Obsérvense, vean cómo caminan, cómo se bañan, cómo visten. Es importante observarnos a nosotros mismos. Si uno observa así, si observa cómo florece cada pensamiento y cada emoción, entonces el cerebro es muy sensible: de ese modo comienza el florecimiento de la mente. Eso es la mutación”.

“Vigilar, observarlo todo, es percibir la totalidad, sin limitar jamás ningún pensamiento, permitiendo que todo florezca. Sólo una mente que está por completo quieta, sin reacción alguna, es un instrumento de observación. Está viva, es sensible”.

“La mutación es posible solamente cuando uno ha llegado a esto mediante la percepción alerta, sin ningún esfuerzo. El reto del momento y de cada instante, si uno está despierto, es responder totalmente a lo nuevo”.

“La creación no es invención. El universo no es producto de la invención”.

 

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