¿Los deseos elevados producen progreso?

Progreso y deseo

El cambio de deseos [el deseo, es una forma de manifestarse y de reforzarse el Yo –la idea inadecuada que tenemos de nosotros y con la cual nos identificamos], el cambio de sensaciones, la multiplicación de experiencias que el cambio de sensaciones produce es lo que llamamos progreso [no progresamos cambiando de deseos sino comprendiéndolos y cuando se comprenden desaparecen. El necio desea, el sabio evita los males]. Supongamos que vemos un sombrero en una tienda y deseamos poseerlo; habiendo obtenido ese sombrero, anhelamos alguna otra cosa: un automóvil, etc. Después nos volvemos hacia los anhelos emocionales y pensamos que, cambiando de este modo nuestro deseo de un sombrero por una sensación emocional, hemos crecido. De la sensación emocional nos volvemos, entonces, a las sensaciones intelectuales, a las ideas, a Dios, a la verdad. O sea, pensamos que hemos progresado, gracias al constante cambio de experiencias, desde el estado de desear un sombrero al estado de anhelar y buscar a Dios. Por lo tanto, creemos que mediante las experiencias, mediante la opción, hemos progresado. Y bien, para mí esto no es progreso, es meramente un cambio de sensación: sensaciones más y más sutiles, más y más refinadas pero que, no obstante, siguen siendo sensaciones; por consiguiente, son superficiales. Sólo hemos cambiado el objeto de nuestro deseo; primero era un sombrero, luego eso se cambió por Dios, con lo cual pensamos que hemos hecho un progreso tremendo. Es decir, pensamos que por intermedio de este proceso gradual de refinar [cambiar cuando nos cansamos] la sensación, descubriremos qué es la verdad, Dios, la eternidad. Yo digo que jamás encontrarán la verdad cambiando gradualmente el objeto del deseo. Pero si comprenden que sólo en la percepción inmediata, en el discernimiento instantáneo se encuentra la plenitud de la sabiduría, entonces desaparecerá esta idea del cambio gradual de los objetos del deseo [como dice Nikos Kazantzakis ‘¿No se colma tu sed cada instante?  En tal caso, debes saber que ni siquiera la eternidad saciará tus anhelos’] (12).

Creemos progresar cuando pasamos de un deseo a lo que llamamos ‘deseo superior’; pero el deseo, sea él elevado o bajo, siempre es una contradicción, una fuente de conflicto y de gran sufrimiento (63).

 

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