Jueves, 29 de Marzo de 2018

La mayor riqueza del hombre consiste en tener un ánimo suficientemente grande para no desear la riqueza. Johann W. Goethe.

El amor comienza cuando el querer termina. A. Sabattini.

Para ver entera una cosa es preciso que la persona tenga dos ojos, uno de amor y otro de odio. F. Nietzsche.

Sólo existen dos días en el año en los que no se puede hacer nada, uno se llama ayer y otro mañana. Dalai Lama.

Quién tarde aprende sabe inútilmente. Marcelino Palingenio Stellato.

Solo es útil el conocimiento que nos hace mejores. Sócrates.

Si miramos atrás hacia nuestra vida pasada, y especialmente si consideramos nuestros pasos en falso y sus consecuencias, pasa que no alcanzamos a comprender cómo pudimos hacer tal cosa o cómo pudimos omitir de hacer otra; casi parece que un poder extraño hubiera guiado nuestros pasos. Goethe dice en Egmont: el hombre cree dirigir su vida y determinarse a sí mismo; pero en realidad es su destino el que atrae, de modo irresistible, a lo más íntimo de su ser. Arthur Schopenhauer. 

Quien es incapaz de comprender a un dios lo percibe como un demonio. Joseph Campbell.

Si todavía no has visto al diablo mira tu propio yo. Rumí el persa.

El silencio escuda y suele encubrir la falta de ingenio y torpeza de lenguas.  Fernando de Rojas.

La vida es un largo verso interminable. Gerardo Diego. 

Alexandre Dumas (padre) y Auguste Maquet (El conde de Montecristo):

La gloria es un juguete que sólo satisface a los que persiguen ilusiones.

Cuando se perdona se perdona todo y más lo imperdonable.

El buen tiempo es una anomalía entre estados lúgubres, fríos, lluviosos.

¡No creo en Él (Dios)! Le grita al abate Faria.  No importa, le responde éste. Él cree en ti.

Deseoso de venganza (Dios me dará justicia es la frase que escribe, remarca y después olvida en el muro de su celda).

¿Qué quieres comprar? (Jacobo a Dantés, después de encontrar el tesoro de Faria).  Venganza (su respuesta).

Sois demasiado alegre y despreocupado para comprender lo que es la desesperación.

Quien entra a mi servicio debe ser tratado como yo me trato.

No es la fortuna la que me concede derechos sino mi infortunio.

Cuando Lázaro salió de su tumba nadie le hizo preguntas.  Hay que respetar el silencio de los muertos.

La mayor imprudencia señor mío es discutir mis órdenes.

Un hombre siempre necesita un buen amigo.

Vuestra confesión será más ligera si afronto el frío de la noche sin ceder a la tentación de entrar.

-Al menos no será inmoral el despacho [mensaje] que queréis mandar.

-Se trata de justicia no de moralidad.

El perdón aguanta menos que la venganza.

Somos reyes o peones. Napoleón Bonaparte.

La gloria es un juguete que sólo satisface a los que persiguen ilusiones.

Soy un mago. Tú dormías y yo te desperté.

Porque he engendrado en vuestro corazón un sentimiento que antes no abrigaba: la venganza.

Siempre habrá labios que digan una cosa mientras el corazón piensa otra.

La pólvora no explota sin estar comprimida; la cautividad ha reunido en un solo punto mis facultades y han entrado en contacto en un espacio reducido, y como no ignoráis, del choque de las nubes resulta la electricidad, de la electricidad el rayo, y del rayo la luz.

(…) para las notas particulares, y que deseo llamen la atención, me punzo los dedos y escribo con mi sangre.

-A cambio de tu ayuda, te ofrezco algo invaluable.

-¿Mi libertad?

-Nos pueden quitar la libertad, como tú ya sabes. Te ofrezco el conocimiento. Todo lo que he aprendido.

¡He substituido a la Providencia para recompensar a los buenos. Que el Dios vengador me ceda ahora su puesto para castigar a los malvados!

Lo más curioso que hay en la vida es el espectáculo de la muerte.

Los malos no mueren así, porque Dios parece protegerlos para hacerlos instrumentos de sus venganzas.

(…) yo no me ocupo jamás de mi prójimo, no procuro proteger nunca a la sociedad que no me protege, y diré aún más, que no se ocupa generalmente de mí sino para perjudicarme, y retirándole mi estimación, y guardando la neutralidad frente de ella, es todavía la sociedad y mi prójimo quienes me deben agradecimiento.

El primer sentimiento fue el de la repugnancia, el segundo fue el de la indiferencia, y el tercero la curiosidad.

Mi reino es grande como el mundo, porque no soy italiano, ni francés, ni indio, ni americano, ni español; soy cosmopolita.

No es el árbol quien abandona a la flor; sino la flor la que abandona al árbol.

Vivid, pues, y sed dichosos, hijos queridos de mi corazón, y no olvidéis nunca que hasta el día en que Dios se digne descifrar el porvenir al hombre, toda la sabiduría humana estará resumida en dos palabras: ¡Confiar y esperar!

Procuro [en las mazmorras] llenar de luz el cerebro [instruirme] y de esperanza el corazón [salir de allí]. 

SALUD:

  • Nada perturba tanto la vida humana como la ignorancia del bien y del mal. Cicerón.

  • A medida que el hombre exterior se destruye, el hombre interior se renueva. Montaigne.

  • ¡Qué pena que beber agua no sea un pecado! ¡Qué bien sabría entonces!  Giacomo Leopardi.

  • La indigestión es la encargada de Dios de predicar la moral al estómago. Victor Hugo.

  • El sentido común se acomoda al mundo; la prudencia trata de estar de acuerdo con el cielo. J. Joubert.

  • Aburrirse en el momento adecuado es signo de inteligencia. Glifton Fadiman.

  • La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad. Francis Bacon.

  • Cierra los ojos y verás. J. Joubert.

  • Yo mismo, en el momento de decir que todo cambia, ya he cambiado. Séneca.

  • El único predicador que aprovechamos es el Tiempo. Nos da exactamente el mismo espíritu que las personas de edad se esforzaron, en vano, e inspirarnos. Jonathan Swift.

  • Una comida bien equilibrada es como una especie de poema al desarrollo de la vida. Anthony Burgess.

  • Esfuérzate para llegar a ser viejo con tiempo si deseas se viejo durante mucho tiempo. Cicerón.

  • Con el espíritu sucede lo mismo que con el estómago: sólo puede confiársele aquello que pueda digerir. Winston Churchill.

  • A los viejos les espera la muerte a la puerta de su casa; a los jóvenes les espera en acecho. San Bernardo.

  • Toma consejo en el vino, pero decide con agua después. B. Franklin.

  • Yo quisiera morir en un atardecer, bajo un cielo teñido de rosa, con una hermosa frase, digna de una hermosa causa, en los labios. Edmond Rostand.

  • La muerte no viene más que una vez, pero se deja sentir en todos los momentos de la vida.  De la Bruyére.

  • El que parte y dice adiós para siempre, aunque sea un extraño, estruja dolorosamente el corazón del hombre. Giacomo Leopardi.

  • Aquel que tú crees que ha muerto, no ha hecho más que adelantarse en el camino. Séneca.

  • Los que no pueden controlar el alcohol tienen que quererse muy poco para que la autoindulgencia se convierta en autodestrucción. Paul Newman.

  • Todos somos aficionados: en nuestra corta vida no tenemos tiempo para otra cosa Charles Chaplin.

  • Cuando un hombre bueno y noble ha vivido a nuestro lado no nos es nunca arrebatado completamente. Deja tras él un vestigio luminoso semejante a esas estrellas apagadas que se ven desde la Tierra después de muchos siglos. Carlyle.

  • Muy pronto en la vida es demasiado tarde. Marguerite Duras.

  • La edad es muy cansada y la vida dura demasiado tiempo. Graham Greene.

  • El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias. Salomón.

  • La alimentación bien aderezada, sabrosa, incitante a gula, tiene la propiedad de concertar pareceres, sumar voluntades, aunar votos. Las más enconadas banderías se reconcilian ante la olla. Emilia Pardo Bazán.

  • Si podéis curar, curad, si no podéis curar calmad, si no podéis calmar consolad. A. Murri.

  • La belleza es un reino muy corto. Sócrates.

  • Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador. Federico Fellini.

  • Come poco y cena menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago. Cervantes.

  • La indigestión es la encargada de predicar la moral al estómago. Víctor Hugo.

  • El glotón es el sujeto menos estimable de la gastronomía, porque ignora su principio elemental: ¡el arte sublime de masticar! H. Balzac.

  • Lo importante no es lo que se come, sino cómo se come. Epicteto.

  • Nacer es comenzar a morir. Teófilo Gautier.

  • La embriaguez no crea los vicios, no hace más que ponerlos en evidencia. Séneca.

  • La única manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta, y hacer lo que preferías no hacer. Mark Twain.

  • Algunos oyen con las orejas, algunos con el estómago, algunos con el bolsillo y algunos no oyen en absoluto. Khalil Gibran.

  • La hora perfecta de comer es, para el rico, cuando tiene ganas, y para el pobre, cuando tiene qué. L. Vélez de Guevara.

  • Nadie puede ser sensato con el estómago vacío. George Elliot.

  • La única parte realmente útil de la medicina es la higiene. La higiene, empero, es más bien una virtud que una ciencia. J. J. Rousseau.

  • Sólo el médico y el dramaturgo gozan del raro privilegio de cobrar las desazones que nos dan. S. Ramón y Cajal.

  • Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis. Paracelso.

 

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