Jueves, 20 de Diciembre de 2018

PLACER-FELICIDAD:

No puedo creer que el propósito de la vida sea ser feliz. Pienso que el propósito de la vida es ser útil, ser responsable, ser compasivo y, por encima de todo, que nuestra existencia importe: que cuente para algo, que signifique algo, que el mundo se haya transformado con nuestro paso por él.  Anónimo.

… No es propiamente la moral, la doctrina de cómo nos hacemos felices, sino de cómo debemos llegar a ser dignos de la felicidad. Immanuel Kant.

Sólo existe una forma de felicidad, que es dejar de preocuparnos por aquellas cosas que estén más allá del poder de nuestro deseo. Epícteto.

La felicidad no consiste en desear cosas sino en ser libre. Epícteto.

La oscuridad es efectivamente penosa para la mente, como lo es para el ojo, pero sacar la luz de la oscuridad, por el esfuerzo que sea, ha de ser deleitable y producir regocijo. David Hume.

El hombre es un ser racional y continuamente está en busca de la felicidad que espera alcanzar mediante la gratificación de alguna pasión o sentimiento. Rara vez actúa, habla o piensa sin una finalidad o intención. David Hume.

Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo. León Tolstoi.

He adquirido la convicción de que casi todos eran hombres inmorales, malvados, sin carácter, muy inferiores al tipo de personas que yo había conocido en mi vida de bohemia militar. Y estaban felices y contentos, tal y como puede estarlo la gente cuya conciencia no los acusa de nada. León Tolstoi.

Es preciso creer en la posibilidad de la dicha para ser feliz. León Tolstoi.

En las historias de amor la felicidad es siempre igual, en cambio, cada desgracia tiene su fisonomía. León Tolstoi.

¡Cuán bueno hace al hombre la dicha! Parece que uno quisiera dar su corazón, su alegría. ¡Y la alegría es contagiosa! Fiodor Mijailovich Dostoievski.

¿Y ya con que voy a soñar, cuando he sido tan feliz despierto? Fiodor Mijailovich Dostoievski.

El hombre debe ganar su felicidad mediante el sufrimiento: es la ley de la tierra. Fiodor Mijailovich Dostoievski.

Es la incertidumbre lo que le encanta a uno, todo se hace maravilloso en la bruma. Fiodor Mijailovich Dostoievski.

Un momento de dicha, ¿no es bastante para una vida entera? Fiodor Mijailovich Dostoievski.

En definitiva ¿cuál es el tema del que más le gusta hablar a una persona honrada? De sí mismo, por supuesto. Fiodor Mijailovich Dostoievski.

En dos segundos me ha hecho usted feliz para siempre. Si, feliz. Quien sabe, quizá me ha reconciliado conmigo mismo, quizá ha resuelto mis dudas… quizá hay también para mi minutos así… Fiodor Mijailovich Dostoievski.

Lo horrible de este mundo es que buscamos con el mismo ardor el hacernos felices y el impedir que los demás lo sean.  Conde De Rivarol.

La esperanza es un empréstito [préstamo] que se le hace a la felicidad. Conde De Rivarol.

Hay una especie de vergüenza en ser feliz a la vista de ciertas miserias. Jean de La Bruyère.

Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros. Jean de La Bruyère.

Es menester reír aún sin haber encontrado la felicidad, no sea que muramos sin haber reído nunca. Jean de La Bruyère.

No es el conocimiento, sino el acto de aprendizaje, y no la posesión, sino el acto de llegar allí, que concede el mayor disfrute. Carl Friedrich Gauss.

En las profundidades del invierno aprendí por fin que dentro de mí hay un verano invencible. Albert Camus.

La rara felicidad de los tiempos en los que pensar lo que quieras y decir lo que piensas está permitido. Tácito.

La única manera de multiplicar la felicidad es compartirla. Paul Scherrer.

Te mientes a ti mismo para ser feliz, eso no tiene nada de malo, todos lo hacemos. (Leonard) Guy Pierce.

La vida feliz y dichosa es el objeto único de toda la filosofía. Marco Tulio Cicerón.

Soy un simple accidente; ¿Por qué tomármelo todo tan en serio?  Emil Cioran

La única originalidad del amor es que hace la felicidad indistinta de la desdicha.  Emil Cioran.

Nuestra sociedad occidental contemporánea, a pesar de su progreso material, intelectual y político, ayuda cada vez menos a la salud mental y tiende a socavar la seguridad interior, la felicidad, la razón y la capacidad para el amor del individuo; tiende a convertirlo en un autómata que paga su frustración como ser humano con trastornos mentales crecientes y una desesperación que se oculta bajo un frenético afán de trabajo y supuestos placeres. Erich Fromm.

El hombre está más organizado para el dolor que para placer. Anthelme Brillat-Savarin.

El recuerdo de la felicidad ya no es felicidad; el recuerdo del dolor es todavía dolor. Lord Byron.

No hay mayor dolor que acordarse de los tiempos felices en la desgracia. Dante Alighieri.

No se puede edificar felicidad sobre el dolor de nadie. Ivan Guirior.

El necio corre tras los placeres de la vida y encuentra una decepción: el sabio evita los males. Arthur Schopenhauer.

Voltaire:

Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.

En el desprecio de la ambición se encuentra uno de los principios esenciales de la felicidad sobre la tierra.

La felicidad es una palabra abstracta, compuesta de unas cuantas ideas de placer.

Un minuto de felicidad vale más que un año de gloria.

El hombre debe ser feliz. Pero, ¿de qué? Voltaire.

Un gran secreto del goce de la vida consiste en abandonar el placer, manteniendo así la posibilidad de volverlo a gozar.

No quisiera ser feliz a condición de ser imbécil.

Cambiad de placeres, pero no cambiéis de amigos.

He decidido hacer lo que me gusta porque es bueno para la salud.

SILENCIO:

El ignorante, si calla, será tenido por erudito, y pasará por sabio si no abre los labios.  Salomón.

Muchas veces lo que se calla hace más impresión que lo que se dice.  Píndaro.

Perseverar en el cumplimiento de su deber y guardar silencio es la mejor respuesta a la calumnia. George Washington.

Solamente en dos ocasiones has de hablar: cuando sepas fijo lo que vas a decir, y cuando no lo puedas excusar. Fuera de estos dos casos, es mejor el silencio que la platica.  Isócrates.

El silencio es una de las artes más grandes de la conversación.  William Hazlitt.

Haz silencio a tu alrededor si quieres oír cantar tu alma.  Arturo Graf.

Anónimo:

  • Observo, analizo y callo mientras me voy decepcionando en silencio.

  • Soy de esas personas que se dan cuenta de muchas cosas pero no dicen nada.

  • El secreto de no volverse fastidioso consiste en saber cuándo callar o partir.

  • Si callas es malo, si eres sincero es peor.

  • Si mantienes la boca cerrada, hasta un pájaro puede enseñarte algo.

  • Manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra.

  • Hay veces que el silencio nos obliga a hablar con nosotros mismos.

  • Quien te quiere comprenderá 3 cosas: el dolor detrás de tu sonrisa, el amor detrás de tu rabia y las razones detrás de tu silencio.

  • A veces también el silencio es una opinión.

  • Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huella, tienen poder, curan o hieren a una persona.

  • Medita sabiamente antes de hablar, porque a veces el silencio es el mejor regalo para ti y los demás.

GEORG CHRISTOPH LICHTENBERG:

A través de su cabeza las cosas pasaban como la energía magnética a través del oro, sin imprimirle la menor dirección.

Pluma en la mano he tomado muchas fortalezas, mientras que otros, arma­dos con la espada y los rayos de la igle­sia, habían sido rechazados.

Una desconfianza auténtica, sin fisu­ras, contra todas las manifestaciones humanas en todos sus dominios, es la mejor señal de fortaleza de espíritu.

Descripción de un carácter: no ver en todo sino lo peor; sentir temor ante todo, y considerar la salud sólo como ese estado en el que la enfermedad pasa de­sapercibida. Creo que nunca conseguiré describir con mayor acierto un carácter.

Los persas llaman a un buen libro, di­ván o consejo de los sabios.

Llegado el punto en que su debilidad nerviosa ha progresado tanto que le impide hacer algo para su propia mejoría, el hombre está perdido.

En nuestros poetas de moda es fácil percibir cómo la palabra hace al pen­samiento. En Milton y Shakespeare es siempre el pensamiento el que da lugar a la palabra.

Sólo puedo obtener el favor de lo más superficial de la gente; sólo se gana su corazón proporcionando placer a los sen­tidos. Estoy tan convencido de esto como de mi existencia.

Estoy convencido de que uno no sólo se ama en los demás: también se odia en ellos.

Muchas cosas se pueden deducir acerca de un hombre según cómo sea su amante: en ella se aprecian sus de­bilidades y sus sueños.

A veces nos asalta por la mañana una frase que luego se niega a abandonar­nos durante el resto del día. Así, el 28 de febrero de 1778 yo decía cada quince minutos: “la ley es un abismo sin fondo”.

En Zezu [Japón], donde los profesores inculcan el sentido común, los estudiantes vi­ven abatidos.

Cuando los más refinados hombres de mundo dicen: “dios sabrá por qué”, es posible estar seguro de que, además de dios, conocen a un gran hombre que también lo sabe.

Hay que tratar de ver en cada cosa lo que nadie ha visto todavía, aquello en que nadie ha pensado nunca.

Intelectualmente, el juego de ajedrez, y aun el talmud [compilación de debates rabínicos] o la vieja filosofía esco­lástica, son cosas buenas; lo que no vale gran cosa es la materia de que están he­chos. Permiten ejercitar ciertas fuerzas, pero lo que se aprende gracias a ese ejer­cicio no tiene ningún valor.

El polvo de diamante: sirve para pulir a los demás aunque él mis­mo ya no brille.

He examinado la lista de las enferme­dades y no he hallado entre ellas ni las preocupaciones ni las ideas tristes. Es muy injusto.

Era un hombre tan inteligente que ya casi no servía para nada.

Es bastante triste que todavía en nues­tra época la verdad tenga que ser de­fendida mediante ficciones, novelas y fá­bulas.

El dogmatismo, buena y fecunda ma­dre de la polémica.

Es cierto que el orden conduce a todas las virtudes. Pero ¿qué nos llevará al orden?

Como dice magníficamente Bacon [Francis] donde el hombre percibe un mínimo de orden, in­mediatamente imagina mucho más.

Sería bueno saber en provecho de quién, en realidad, se han realizado todas las acciones que se proclamó haber hecho por la patria.

No me resulta difícil imaginar una épo­ca futura en la que nuestras actuales concepciones religiosas nos parecerán tan absurdas como hoy resulta el espíritu caballeresco.

En nombre del señor, incendiar, que­mar, asesinar y transferir todo al dia­blo, en nombre del señor.

No pasará mucho tiempo antes de que se clasifique a los hombres según sus facultades intelectuales, así como se cla­sifica a los minerales según su dureza, o más bien, según la capacidad que poseen para cortar y raspar a los demás.

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