Domingo, 10 de Noviembre de 2019

También tú cuando eras un gallito hacías quiquiriquí. Película El Satiricón.

La vida es un estado de la mente. Película Bienvenido Mr. Chance.

Estoy a punto de abandonar el cuerno de la abundancia para oír la trompeta del juicio [final].  Película Bienvenido Mr. Chance. 

SHANTIDEVA:

Porque ha dicho el que explica la Verdad que todos los peligros aterradores y los incontables tormentos de éste y los otros mundos preceden por igual de pensamiento.

Toda la dicha que hay en este mundo, toda, proviene de desear que los demás sean felices; y todo el sufrimiento que hay en este mundo, todo, proviene de desear ser feliz yo.

¿A cuántos malos tendría que matar? Su número, como el espacio, infinito. Pero si mato el espíritu del odio, todos mis enemigos perecen al mismo tiempo.

Algunos me detestan, ¿por qué regocijarme cuando otros me elogian? Otros me ensalzan, ¿por qué deprimirme cuando otros me desprecian? Los seres sensibles tienen diversas preferencias, ni siquiera los vencedores podrían satisfacerlos a todos, ¿cómo podría hacerlo yo que no tengo la sabiduría? Por tanto, ¿a qué preocuparme por las opiniones de la gente?

¿Cómo voy a ser feliz mientras estos guardianes de la prisión del samsara [ciclo del nacimiento, vida y muerte] que me torturan y atormentan en los infiernos y en otros lugares permanecen en mi mente [atrapados] en la red del apego?

¿Cómo puede un ser fugaz apegarse a otro ser fugaz?, pues no volverá a ver a su ser amado en miles de nacimientos. Mientras no lo vea, sentirá despecho y no podrá mantener el pensamiento reconcentrado. Más, aunque lo viera no lograría saciarse; le oprimiría la sed como antes. Por este apego no percibe las cosas como son, pierde el sentido de urgencia que le da el desasosiego, y lo consume esta aflicción que le causa el ansia de querer unirse con lo amado. Preocupándose con esto, segundo a segundo pasa su corta vida en vano. Pierde el Dharma [enseñanza] perenne por querer algo perecedero.

Envidioso de quien lo supera, contencioso para con sus iguales, arrogante ante los que son inferiores a él; el elogio lo hace jactancioso, y el reproche, violento: ¿cuándo procede bien alguno de un insensato? La exaltación de sí mismo, la calumnia del prójimo, el departir sobre los deleites que puedan gozar en la vorágine del renacer, éstos y otros son los males que obtiene el insensato de otro insensato. Así, del trato del uno con el otro sólo nace la comunión con la desventura. Viviré solo, a solas, el espíritu imperturbable.

¿Cómo puedo permanecer en el samsara [ciclo del nacimiento, vida y muerte] alegremente y sin temores, cuando estoy dispuesto a reservar en mi corazón un lugar para estos interminables y persistentes enemigos, que son la causa de que aumente todo lo que me perjudica? Mientras moran en mi mente me perjudican a su antojo y yo, sin enfadarme, los tolero con paciencia cuando en realidad no debería ser paciente con ellos.

Aunque todos los dioses y los que no lo son se sublevaran contra mí declarándose mis enemigos, no podrían llevarme al más profundo de los infiernos ni arrojarme en él.

Los enemigos como el odio y el apego carecen de piernas, brazos y demás miembros, y no tienen coraje ni habilidad, ¿cómo, entonces, han conseguido convertirme en su esclavo?

Si los pensamientos se excitan y se desbocan, o si reflejan una actitud zahiriente o sarcástica, si llegan cargados de soberbia y confianza arrogante, si parecen crueles, insidiosos, fraudulentos, vanagloriosos, despectivos, vituperantes o contenciosos, entonces deberá permanecer inmóvil como un tronco.

Un enemigo es tan deseable como un tesoro que, sin ningún esfuerzo de mi parte apareciera en mi propia casa, porque un enemigo es mi ayudante en el camino que conduce al despertar.

Que se le tema a lo que produce dolor. Pero, ¿qué temor puede sentirse ante la vacuidad que aquieta todo dolor? Si se cree que el yo es algo, habrá temor aquí y allá. Si se reconoce que el yo no es nada, ¿quién va a tener miedo?

Mientras su mal madura en mí, pueda toda mi virtud madurar en ellos.

Película Plan oculto:

Mi nombre es Dalton Russell. Preste mucha atención estricta a lo que digo porque escojo mis palabras cuidadosamente y nunca me repito. Les he dicho mi nombre, que es el quién. El dónde podría fácilmente ser descrito como una celda de la prisión. Pero hay una gran diferencia entre estar atrapado en una celda diminuta y estar en la cárcel. El qué es fácil: recientemente he planificado y ejecutado un plan para ejecutar el robo perfecto de un banco. Esto es también el cuándo. En cuanto al porqué: más allá de la obvia motivación económica, es muy simple … porque puedo. Lo que nos deja sólo con el cómo, y en eso, como Shakespeare nos decía, radica la cuestión.

Yo no busco una respuesta, yo busco una solución.

No soy un mártir. Lo he hecho por dinero. Pero eso no es suficiente sino puedes mirarte al espejo. El respeto es la mejor de las monedas.

Odio a esos estúpidos cuarentones de cola de caballo. La cola de caballo no te hace ver joven, o sexy o cool.

No estoy completamente loco por ti. No dejo de pensar en ti. Estás en mi cabeza, en mi corazón, en cada centímetro de mi puta piel. Pero no puedo liarme contigo. No puedo. Mira lo que les pasa a los que me rodean, no es bueno, no soy bueno para ti. Créeme si pudiera volver a vivir esta vida, no me separaría nunca de ti. Pero tú, te debes a tu familia, y yo a esta gente, y no podemos cambiarlo porque siempre acabaríamos haciendo daño a alguien.

La diferencia entre ficción y realidad es que la ficción ha de tener lógica.

En la vida hay que elegir que puente cruzar y cual quemar.

A veces el hombre encuentra su destino en el camino que eligió para evitarlo.

¿Nunca has visto un corazón? Parece un puño mojado en sangre.

Me dejas porque crees que no mereces la felicidad, pero la mereces.

Los depresivos no quieren ser felices, quieren ser infelices para confirmar su depresión. Si son felices no están deprimidos y tienen que salir al mundo a vivir, lo cual puede ser deprimente.

Hay que demostrar a los amigos lo que uno vale. Y a veces eso supone morir. A veces supone tener que matar a mucha gente.

Te quiero, adoro todo ese dolor que te rodea.

– ¿Por qué es tan importante el sexo?
– Porque soy un puto cavernícola.

No sabes nada del amor porque no entiendes lo que son las concesiones.

– Te debo una disculpa. Me enamoré de ella. No quería hacerte sufrir.
– ¿Y dónde está la disculpa? ¡Desgraciado!

Cuanto más huyes de tus pecados más agotado estás cuando te pasan factura… y te pasan factura.

 

 

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