Asertividad

Hay tres estilos diferentes de comunicación, el pasivo, el asertivo y el agresivo. Aunque estos estilos no son puros, generalmente predomina uno de ellos sobre los demás:

Pasivo: este estilo lo tienen las personas que no defienden sus intereses, que no expresan sus sentimientos verdaderos, que creen que los demás tienen más derechos que ellos mismos y no expresan desacuerdos. Muchas personas adoptan este estilo porque de ese modo no se suele recibir el rechazo directo de los demás, aunque es bastante probable que los demás se aprovechen de uno. Las personas que se comportan de manera pasiva presentan sentimientos de indefensión, resentimiento e irritación.

Asertivo: estas personas consiguen sus objetivos sin dañar a los demás. Se respetan a ellos mismos pero también a los que les rodean. Actúan y dicen lo que piensan, en el momento y lugar adecuados, con franqueza y sinceridad. Tienen autenticidad en los actos que realizan, están seguros de sus creencias y tienen la capacidad de decidir.

Agresivo: las personas de este estilo no tienen en cuenta los sentimientos de los demás. En casos extremos pueden acusar, pelear, amenazar, agredir e insultar. Es verdad que a estas personas nadie las pisa, sin embargo en el fondo nadie las quiere a su lado.

PAUTAS DE COMUNICACIÓN ASERTIVA:

  • El contacto visual: mirar directamente al interlocutor comunica sinceridad y claridad.
  • Postura corporal: erguida y activa, de cara al interlocutor.
  • Contacto físico: cautela, para no incomodar a la otra persona.
  • Gestos: pueden añadir énfasis, apertura y cordialidad al mensaje.
  • Expresión facial: tu cara tiene que decir lo mismo que tus labios.
  • Voz: equilibrada y bien modulada, para ser convincente sin intimidar.
  • Fluidez verbal: los comentarios claros, directos y tranquilos se entienden mejor.
  • Ocasión: hay que elegir el momento y el lugar adecuados para expresar determinados sentimientos o ideas.
  • Escucha: la conducta asertiva exige atención plena de las dos personas.
  • Contenido: sincero y espontáneo, pero sin perder las formas y asumiendo la responsabilidad de lo que se dice.