Segunda charla en El Robledal. 12 de abril de 1936

Krishnamurti1

P: usted dijo el último domingo, que la mayoría de las personas no es consciente de sí misma. A mí me parece todo lo contrario, que casi todos son muy conscientes de sí mismos. ¿Qué entiende usted por ‘consciente de sí mismo’?

J. Krishnamurti:

Ésta es una pregunta difícil y sutil como para ser contestada en pocas palabras, pero trataré de explicarlo lo mejor que pueda; y, por favor, recuerde que las palabras no comunican todas las sutiles implicaciones contenidas en las repuestas.

Toda criatura viviente es una fuerza, una energía única para sí misma. Esta fuerza o energía crea sus propios materiales, que pueden ser llamados cuerpo, sensación, pensamiento o conciencia. Esta fuerza o energía, actuando por sí misma, en su desarrollo se convierte en conciencia. De ésta surge el proceso del ‘yo’, el movimiento del ‘yo’. Entonces comienza el ciclo de crear su propia ignorancia. El proceso del ‘yo’ empieza y continúa en la identificación con sus propias limitaciones autocreadas. El ‘yo’ no es una entidad separada, como cree la mayoría de nosotros; es tanto la forma de la energía como la energía misma. Pero esa fuerza, en su desarrollo, crea su propio material, y la conciencia es una parte de ese material; y, gracias a los sentidos, la conciencia se reconoce como individuo. Este proceso del ‘yo’ no es del momento, no tiene comienzo. Pero, mediante la constante percepción alerta y la comprensión, es posible ponerle fin.