Las bases de la libertad

Bases de la libertad

La libertad no implica pasar de un molde viejo a uno nuevo, de una vieja estupidez a una estupidez nueva, o de la coerción de las tradiciones a la licencia de la insensatez, de la deficiencia mental (13).

 Si cada uno de nosotros se torna integralmente consciente de su estado de condicionamiento, comenzará a comprender la libertad que adviene con la terminación del temor (14).

La libertad llega con la comprensión, no por la aceptación de la autoridad ni por la imitación (15).

 La virtud da libertad, pero no hay libertad en el intento de llegar a ser virtuoso. Existe una inmensa e infranqueable diferencia entre ser y llegar a ser (15).

 Sólo en libertad lo real puede manifestarse. Aquello que uno comprende, trae libertad (15).

 La verdad es la que nos libera, no nuestro esfuerzo por ser libre (15).

 Es algo maravilloso ser libre, y sólo el amor puede darnos libertad. El amor es posible únicamente cuando las creencias, las conclusiones, las teorías, las convicciones, llegan a su fin (15).

 En la comprensión de lo que es está el principio de la libertad (15).

La libertad no es independencia, la cual es mero aislamiento. Esta libertad no conoce fronteras de hechura humana. Es la libertad de la mente, que surge de la comprensión compasiva. Esta libertad es siempre individual, jamás política o económica. Es siempre un descubrimiento interno. Nadie puede otorgarla ni es el resultado de la lucha. Adviene por sí misma, silenciosa y repentinamente, cuando la mente, en un estado de humildad y comprensión, considera sus propias limitaciones (15).

 La libertad es el descubrimiento del verdadero valor de las cosas que me rodean, no el limitarme a rechazarlas (16).

 Sólo cuando la mente, la conciencia, no está nombrando ni almacenando, sino que tan sólo experimenta, sólo entonces hay libertad, liberación (16).

 Escuchen el deseo como escuchan una canción, como escuchan el viento entre los árboles; escuchen todo el proceso del deseo sin tratar de cambiarlo, controlarlo o transformarlo. Entonces verán que el deseo les entrega la plenitud de su significado, y sólo cuando comprenden el contenido del deseo, son ustedes libres (16).

El esfuerzo jamás puede originar libertad; sólo puede producir sustitución, represión o sublimación, y ninguna de estas cosas es libertad. La libertad adviene únicamente cuando ya no nos esforzamos por llegar a ser alguna cosa. Entonces, actúa la verdad de lo que es, y esa acción es libertad (16).

Cualquier cosa que nos encierra, cualquier acción que nos ata, jamás puede darnos la libertad (16).

Ser conscientemente de alguna cosa no es ser libre. Si estoy consciente de ser no codicioso, de estar más allá de la ira, no estoy, por cierto, libre de la codicia, de la ira. La humildad es algo de lo que usted no puede estar consciente (16).

Cuando la mente ve que la conformidad no es libertad, entonces es libre. Ver el hecho es el principio de la libertad, es decir, ver lo falso, como falso y lo verdadero como verdadero, no en un lejano futuro sino de instante en instante. Sólo entonces hay esa libertad en la cual la mente puede ser simple y estar quieta; y una mente así, quieta, puede conocer aquello que está más allá de sí misma (50).

Para Krishnamurti, el interés fundamental es la libertad. Pupul Jayakar (17).

La libertad está al principio, no meramente al fin (19).

La libertad debe venir lo primero, no lo último, y sólo puede haber libertad cuando desde el principio mismo la mente empieza a liberarse de su propio condicionamiento (19).

Nunca hallaréis libertad por medio de la explicación (19).

 Cuando uno comienza a comprenderse a sí mismo, ese comienzo mismo es el momento de la libertad (19).

 Una mente que elige es una mente confusa. Daos cuenta de todo esto y hallaréis que la mente se vuelve asombrosamente tranquila. Entonces no hay elección, porque la mente ve lo equivocado de hacer algo para liberarse del pasado. De esa percepción viene, no una libertad del pasado, sino un sentido de libertad que puede hacer frente a ese pasado (19).

 ‘Libertad’, puede tener un significado que es un sentido de ser libre, no de nada, sino el darse cuenta del hecho de ser libre (19).

Una mente atrapada en la violencia no tiene libertad; y la que está buscando libertad nunca puede ser libre, porque para ella la libertad es una nueva acumulación (34).

 La libertad sólo es posible cuando hay percepción directa, comprensión completa, sin esfuerzo, sin contradicción, sin conflicto (34).

La libertad sólo puede existir cuando la mente ya no está impedida por ninguna clase de problemas. Una mente que tenga problemas nunca podrá estar en comunión con la libertad o darse cuenta de la extraordinaria calidad de ésta (40).

La mayoría de nosotros no queremos en lo interior la libertad, porque implica que tenemos que estar solos por completo, sin un guía, sin un sistema, sin seguir ninguna autoridad, y eso requiere enorme orden dentro de uno mismo (38).

 Ser libre significa que no hay condenación, en forma alguna, de lo que vemos en nosotros mismos (8).

Depender de cualquier forma de imaginación, fantasía o conocimiento subjetivo, engendra el temor y destruye la libertad (65).

Preguntamos: ‘¿existe la libertad en absoluto?’ Yo digo: ‘realmente no lo sé’. Eso no significa que he olvidado el pasado. En el ‘no sé’, no hay inclusión del pasado, ni exclusión del pasado, ni utilización del pasado. Todo lo que dice ese ‘no sé’ es: ‘en el pasado no hay libertad’. El pasado es conocimiento, el pasado es acumulación; el pasado es el intelecto. En eso no hay libertad. A la pregunta de si existe en absoluto la libertad, el hombre responde: ‘realmente no lo sé’ (21).

La libertad no tiene el sentido de la realización, está libre de él (52).

La libertad no puede otorgarse, la libertad es algo que aparece cuando uno no la busca. Surge sólo cuando uno sabe que es un prisionero, cuando conoce, completamente, por si mismo, su estado de condicionamiento, cuando sabe hasta qué punto está atrapado por la sociedad, por la cultura, por la tradición, por todo lo que le han dicho (17).

Cuando hay libertad, hay energía, y cuando hay libertad, ésta no puede hacer nada erróneo. La libertad es totalmente distinta de la rebelión. Cuando hay libertad, los conceptos de correcto y erróneo [propios de una mente confusa] no existen (59).

Sin estar libre del pasado no hay libertad en absoluto, porque la mente jamás es nueva, fresca. Sólo la mente fresca, inocente, es libre (47).

Por libertad no entendemos hacer lo que a ustedes les plazca, el desenfreno, la rebelión, la actividad indisciplinada, etc. Libertad no es falta de disciplina, por el contrario, la libertad exige una gran disciplina (37).

O somos virtuosos y libres ahora o no lo somos. Y para descubrir por qué no somos libres, es preciso que estemos descontentos, que tengamos la intención, el empuje, la energía necesaria para inquirir [indagar] (55).

Una mente que esté atrapada en el conocimiento como medio para liberarse no logra la libertad (8).

Una mente mezquina, burguesa, de clase media, o una mente aristocrática, la cual también es mezquina, puede creer que es libre, pero no lo es porque está viviendo dentro de los límites de su propio espacio, del espacio restringido creado por la imagen dentro de la que funciona (25).

El hombre libre es el que vive, ama y sabe lo que significa morir (5).

Creemos que somos individuos, creemos que somos libres: no lo somos. Para nosotros, la libertad significa capacidad de elección. Elección significa confusión; usted no elige, si tiene las cosas claras [cuando la mente ve claro no elige… actúa] (18).

 Aquello que es libre no puede perseguir un fin (46).

 El hombre libre puede tratar de establecer algún género de relación con el que está en cautiverio; pero quien está en la ilusión no puede tener ningún vínculo con un hombre que es libre (46).

 El primer paso hacia la libertad es la comprensión del cautiverio (53).

 La libertad con respecto a algo no es libertad en absoluto; es una reacción, una resistencia, que sólo engendra posterior oposición (53).

‘¿Cómo sabe uno que la propia mente está libre?’. Este deseo mismo de tener certeza, de estar seguro, es el principio del cautiverio. Sólo cuando la mente no está atrapada en la red de la certidumbre, y no busca certeza, se halla en un estado de descubrimiento (67).

La libertad no es una reacción contra la esclavitud; cuando lo es, entonces esa libertad se convierte en otra esclavitud. Por eso es muy importante descubrir si tiene uno un motivo para ser libre. Si uno lo tiene, entonces el resultado no es libertad, sino meramente lo opuesto de lo que es (67).

La libertad consiste en no tener seguridad de ninguna clase (10).

‘¿Puede estar libre la mente?’ preguntó. ‘No libre de la experiencia, sino libre para experimentar. La libertad llega cuando la mente experimenta sin la tradición’ [cuando la mente está en silencio y vemos lo que es] (10).