Apuntes sobre F. Nietzsche

F. Nietzsche

Se entusiasma con Schopenhauer y la música.

Su lema: yo enseño el no a todo lo que debilita y el sí a lo que fortifica.

Critica a la sociedad burguesa de su época porque no se resigna a vivir ‘en peligro’.

Genialidad estética y espíritu trágico, música y desmesura son las categorías con las cuales construye el primer andamio de su sistema.

La cultura reposa sobre la creación del valor.

Moral a superar: cristianismo, socialismo, igualitarismo democrático.

Opone a estos valores: la voluntad de vivir, y en última instancia de poder.

En el cristianismo ve una manifestación del resentimiento moral.

Acentúa la vida (no es un término siempre unívoco).

Voluntad de vivir es voluntad de poder y de dominio.

Autores favoritos: Platón y Esquilo (de los griegos).

 

PERIODOS:

  • Primer periodo hasta 1878: interpretación y crítica por la cultura. Devoción por Schopenhauer y la música wagneriana.
  • Segundo periodo: rinde homenaje a la cultura y al espíritu libre en sentido semejante a la ilustración francesa.
  • Tercer periodo: o de la voluntad de poder.

TRES FASES EN LA FILOSOFÍA:

  • La estética (Apolo) amistad con Richard Wagner.
  • La positiva: Voltaire.
  • La filosófica-vital: a la que fue determinado por Darwin.

SUPERHOMBRE:

  • La voluntad de dominio se revela en toda su fuerza.
  • Vive en constante peligro.
  • Hace de su vida un esfuerzo y una lucha.
  • Se ha desprendido del producto de una cultura decadente.
  • Tiene moral de Señor opuesta a la moral del esclavo, rebaño, a la moral de la compasión, de la piedad, de la dulzura femenina y cristiana.

Nueva tabla de valores: objetividad es sustituida por personalidad creadora, bondad por virtud, humildad por orgullo, satisfacción por el riesgo, piedad por crueldad y amar al prójimo por amor al lejano.

La cultura europea ha avocado al nihilismo.

NUEVA VALORACIÓN:

  • Subordinación del conocimiento a la necesidad vital e inclusive biológica.
  • Formación de una nueva lógica para la vida.
  • El establecimiento de un criterio de verdad según la elevación del sentimiento de dominio.
  • Negación de lo universal y necesario.
  • Lucha contra todo lo absoluto y metafísico.
  • En lugar de los valores morales aparecen los valores naturales.

Schopenhauer basa su filosofía en la voluntad de vivir. Nietzsche en la voluntad de poder.

La actitud de espíritu libre (observador de la vida, crítico, racionalista, y escéptico que adoptó en el segundo periodo) era una segunda naturaleza que era asumida como un medio para alcanzar su original o auténtica naturaleza.

La dirección de su pensamiento: según él era ganar su auténtica naturaleza.

El criterio de verdad radica en la intensificación del sentimiento de poder.

El pensamiento, las ideas, son un dato para discernir el significado de una existencia.

Nietzsche y Schopenhauer describen la vida como terrible y trágica y su trasmutación a través del arte, el trabajo del genio creativo.

La trasmutación estética de la realidad: dos formas:

  • Expresión en mitología olímpica, artes épicas y plásticas (forma apolínea).
  • Abrazar la existencia en toda su oscuridad y horror (forma dionisiaca).

La tragedia transforma la vida en un fenómeno estético, pero no la cubre con un velo, sino que la exhibe en una forma estética y así la afirma.

Si la existencia se justifica como un fenómeno estético, la flor de la humanidad estará constituida por aquellos que transforman la existencia en tal fenómeno y capacitan a los hombres para que la vean de ese modo y la afirmen. El genio creador será el producto cultural más elevado.

El esfuerzo en esta vida se justifica formando la infraestructura de la que puede surgir el genio en las diferentes artes. El genio es el órgano gracias al cual, puede ser redimida la existencia.

Pretende la mayor integración posible de todos los aspectos de la naturaleza humana.

El declive de la creencia en Dios abre el camino a las energías creadoras del hombre, a su desarrollo total.

Dios es la fórmula de toda calumnia contra este mundo y de toda mentira respecto al más allá.

Tiende a considerar la elección entre teísmo, especialmente cristiano y ateísmo como una cuestión de inclinación o de instinto.

La moralidad adscribe un valor absoluto al hombre e impidiéndole despreciarse a sí mismo como ser humano, se vuelve contra la vida y desespera de la posibilidad de conocimiento.

El carácter inteligible del mundo es la voluntad de poder.

Voluntad de poder: a través de ella podemos unificar los fenómenos vitales.

La realidad es un devenir; somos nosotros quienes la trasformamos en un ser, imponiendo normas estables al flujo del devenir.

El conocimiento es un proceso de interpretación, basado en necesidades vitales y expresa el deseo de controlar el flujo del devenir.

No hay verdad absoluta. La verdad es ese género de error sin el cual un determinado tipo de seres vivos no podría vivir.

Algunas ficciones son útiles para los hombres y pasan a considerarlas dogmas indiscutibles.

La ley de la causalidad ha sido tan asimilada que no creer en ella significa la ruina de nuestra especie. Lo mismo se puede decir con las leyes de la lógica.

Una mitología filosófica yace oculta bajo el lenguaje y surge continuamente por mucho cuidado que pongamos.

Todas las verdades son ficciones y todas las ficciones son interpretaciones. Todas las interpretaciones son perspectivas. Hasta cada instinto tiene un punto de vista que procura imponer a los otros instintos.

Los valores más altos hay que buscarlos entre los individuos superiores que, en su soledad, se ven estimulados a proponerse metas sublimes.

Placer: como el sentimiento de aumento de poder.

Dolor resultado de sentir obstaculizada la voluntad de poder.

Todo triunfo presupone un obstáculo, una barrera que debe superarse, así es absurdo considerar al dolor como puro mal. El hombre lo necesita para impulsar su esfuerzo y para obtener nuevas formas de placer que acompañan a los triunfos que el dolor incita a perseguir.

Una cultura elevada puede existir solo sobre una amplia base, sobre una mediocridad poderosa y profundamente consolidada.

El superhombre es un mito, una meta para la voluntad.

El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre, una cuerda sobre el abismo.

El superhombre no podrá llegar a menos que los individuos superiores tengan la audacia de trasformar todos los valores, de quebrar las viejas tablas de valores, especialmente los valores cristianos y crear otros partiendo de su vida y de su poder fecundos.

La idea de superhombre está destinada a actuar como un acicate, un estímulo y una meta.

Eterno retorno: se refiere a él como un gran pensamiento disciplinario, opresivo y liberador a la vez.

Al rechazar la idea de que el mundo ha sido creado por Dios… da al hombre la libertad de atribuir a la vida el sentido que él quiera darle.

Hombre noble: el solitario que sabe mantener su distancia frente a la plebe. Se preocupa del buen gusto, de la forma lenguaje, del ocio. Siente horror por la moderna prisa. Varonil que sabe soportar sin gimoteos la pobreza, la humillación, los dolores y las noches de insomnio. Sobre todo el hombre respetuoso que respeta la edad, la historia, la Biblia.

En el arte se pone de manifiesto toda la inmadurez de los hombres que han quedado niños y no pueden pasar más allá de los cuentos de hadas.

Un hombre maduro tiene que poder soportar la vida brutal sin estas formas infantiles y sin echarse el sobretodo de estos ‘velos olímpicos’.

La verdadera filosofía se inicia en la vida sana.

Estar sentado lo menos posible. El sedentarismo es el verdadero pecado contra el espíritu Santo… No prestar atención a ninguna idea que no hay nacido al aire libre y entre movimientos libres… todos los prejuicios proceden de las vísceras.

Si una mujer tiene virtudes varoniles hay que largarse; y si no, ella se larga.

El matrimonio no es para la procreación sino para la elevación de la especie.

Un filósofo casado es figura de comedia.

El individuo grande es siempre enemigo del estado.

Ataca al idealismo. Al desacreditar la realidad sensible, que no es más que una apariencia, la metafísica construye un mundo suprasensible en el que cristalizan todos los prejuicios morales.

Al ser el ideal la antítesis de la realidad efectiva, el idealismo se ve acompañado del dualismo, el cual da preferencia al mundo inteligible.

Al colocar el bien como esencia del ser, el pensamiento metafísico muestra un desprecio hacia el devenir, fuente de error y de mal.

El pensamiento consciente de un filósofo está guiado por sus instintos, los cuales le imponen una orientación.

Tras toda argumentación lógica actúan unas valoraciones, unas exigencias fisiológicas impuestas por la necesidad de conservar un cierto modo de vida.

La moral se confunde con la actividad selectiva llevada a cabo por todo organismo para dominar su medio.

El hombre fuerte acepta respetar la inocencia del devenir que manifiesta el juego de las fuerzas inconscientes.

Autor: Elías Real Otsoa.