Miércoles, 20 de Marzo de 2019

Para las cosas grandes y arduas se necesitan combinación sosegada, voluntad decidida, acción vigorosa, cabeza de hielo, corazón de fuego y mano de hierro. Jaime Luciano Balmes.

Eliminando radicalmente todas las oscuridades, se podía hacer de la lengua un limpio espejo de la realidad. L. Wittgenstein.

De Tales hasta nosotros, los filósofos han preguntado qué es el mundo y en qué relación estamos nosotros con él. Hoy, empero, se pregunta qué charlatanean sobre el mundo los tontos.  B. Russell.

La filosofía es una terapéutica de la lengua que quiere devolver a las palabras su sentido práctico. Johann Fischl.

En un lenguaje claro desaparecen todos los problemas de la filosofía. No se los resuelve, sino que hace ver que son tales problemas. Johann Fischl.

¿Hay enunciados o juicios metafísicos? No, porque la ciencia natural sólo tiene que inquirir cosas físicas, y la filosofía no puede en absoluto hacer enunciados sobre las cosas reales.  Por eso, hay Dios no es una tesis científica; lo que no quiere decir que no haya Dios, sino sólo que las cosas de la fe, de la edificación o de la vida práctica no pueden demostrarse científicamente. Johann Fischl.

La realización de uno mismo no se obtiene más que resistiendo a los impulsos espontáneos de la ‘vida’ .sangre, nervios, orgullo mediante un comportamiento exactamente opuesto a las exigencias de la vida. Mircea Eliade.

Este gato infatigable, enfermo o rabioso, cuyos maullidos desgarradores e incansables nada ni nadie puede hacer cesar –se pone a gemir antes de la puesta del sol y no se para hasta el alba-, ese gato, invisible escondido en algún lugar de la Piazza SS Apostoli, me ha dado esta noche una lección de humildad monacal… Cuando conseguí no sólo acostumbrarme a esta lamentación siniestra, fastidiosa, sino [también] representarme al gato y amarlo, tal como era: malo, rencoroso, salvaje, me sentí bruscamente otro hombre. Imposible describir esta experiencia, aunque no fuese la primera de ese tipo. He comprendido solamente –una vez más- que había un camino, una salida. Mircea Eliade.

El mito es ante todo una narración, que no tiene más función que la de revelar el modo en que algo ha llegado a nacer. Mircea Eliade.

Este animal es muy malo, cuando atacamos, se defiende. La Fontaine.

No te he hecho ni celeste, ni terrestre, ni mortal, ni inmortal, a fin de que tú mismo, libremente, a la manera de un buen pintor o un hábil escultor, remates tu propia forma. P. de la Mirandola. ​

El apresuramiento es padre del fracaso. Herodoto.

La sinceridad es abrir el corazón. La Rochefoucauld.

El miedo hace a los hombres creer lo peor. Curzio Malaparte.

El camino del exceso lleva al palacio de la sabiduría. William Blake.

Una esperanza reaviva otra esperanza; una ambición, otra ambición. Séneca.

Veo el bien y lo apruebo, pero escojo lo peor. Ovidio.

El hombre que se mantiene en el justo medio lleva el nombre de sobrio y moderado. Aristóteles.

No es el cuerpo, sino la perversión de la estimativa la que desea lo trabajoso y estrecho y la que atormenta la vida. Demócrito de Abdera.

Hay que tener buen sentido y contentarse con lo que está al alcance de la mano. Demócrito de Abdera.

La virtud es la armonía. Pitágoras.

El que es parco en palabras es pródigo en sentido. Disraeli.

Una respuesta apacible puede apagar el más encendido furor. Jean de la Bruyère.

Sé pacífico; no vengarse puede ser también una forma de venganza. Danny Kaye.

La necesidad lo hace todo. George Bernard Shaw.

Facilitar una buena acción es lo mismo que hacerla. Anónimo.

Ante un problema humano, los materialistas analizan la parte más fácil, niegan la parte difícil y se van a casa a beber café. Gilbert Chesterton.

El verdadero está bien me lo digo en el suelo, caído. Antonio Porchia.

Para las cosas grandes y arduas se necesitan combinación sosegada, voluntad decidida, acción vigorosa, cabeza de hielo, corazón de fuego y mano de hierro. Jaime Luciano Balmes.

Cuando tengas la necesidad imperiosa de ayudar a otra gente, cuida de no convertirla en inútil. Anónimo.

Nada vale quien nada ama. Plauto.

El mal que hacemos no nos procura tanto odio y hostilidad como nuestras buenas acciones. La Rochefoucauld.

Si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás. Dalai Lama. 

Nadie conoce su propia fuerza mientras no se ha encontrado con la necesidad. Samuel Johnson.

Cuando un tonto hace algo de lo que se avergüenza, siempre explica que es su deber. George Bernard Shaw.

No he deseado nada por esperarlo todo. Honorato de Balzac.

Prudencia es saber distinguir las cosas deseables de las que conviene evitar. Marco Tulio Cicerón.

No hay sobre la tierra placer que iguale al placer de labrar la dicha ajena. José de Echegaray.

Un corazón grande se llena con poco. Antonio Porchia.

Tiempo y paciencia hacen más que fuerza y violencia. Jean de la Fontaine.

No puede haber una revolución total sino una revolución permanente. Como el amor, es el goce fundamental de la vida. Max Ernst.

Aquellos que cederían la libertad esencial para adquirir una pequeña seguridad temporal, no merecen ni libertad ni seguridad. Benjamin Franklin.

La palabra es libre; la acción muda; la obediencia ciega. F. Schiller.

Si vencidos, fatalistas; libre arbitristas cuando vencedores. La doctrina es la teoría de la propia conducta, no su guía. Miguel de Unamuno.

El derecho consiste en el perfecto cumplimiento de los deberes del hombre consigo mismo y con los demás. Ferdinando Galiani.

Tal vez suceda que una vez cada siglo la alabanza eche a perder a un hombre o lo haga insufrible. Pero es seguro que una vez cada minuto algo digno y generoso muere por falta de elogio. John Masefield.

El verdadero significado de las cosas se encuentra al decir las mismas cosas con otras palabras. Charles Chaplin.

Las palabras significan lo que nosotros queramos. Neil Gaiman.

Tener espíritu abierto no significa tenerlo abierto a todas las necedades. Jean Rostand.

Sólo quien puede cuidar lo ajeno puede poseer lo propio. Georges I. Gurdjieff.

La felicidad y la desgracia acuden ordinariamente a los seres que ya son felices y desgraciados. F. de la Rochefoucauld.

A los veinte años la voluntad es reina; a los treinta, lo es el ingenio; a los cuarenta, lo es el juicio. Benjamin Franklin.

La vida es un pequeño sueño que se disipa. Napoleón Bonaparte.

Entre hombre y hombre no hay gran diferencia. La superioridad consiste en aprovechar las lecciones de la experiencia. Tucídides.

La respuesta suave calma la ira, así como el aceite calma las olas. Esta respuesta suave, casi en voz baja, lenta y buena es una de las empresas más difíciles de este mundo. Noel Clarasó.

La verdadera educación se demuestra cuando se pierde la educación. Jacinto Benavente.

Los preceptos y las máximas son de gran peso, y hacen más por una vida sabia y feliz que muchos volúmenes de largas y difíciles lecturas. Thomas Ch. Haliburton.

Mi risa es mi espada, y mi alegría, mi escudo. Martín Lutero.

Quien vive sin cometer alguna locura no es tan prudente como supone. F. de la Rochefoucauld.

Dar un vaso de agua a cambio de un vaso de agua no es nada, la verdadera grandeza consiste en devolver el bien por el mal. Mahatma Gandhi.

Es necesario mirarse en el espejo, por si te refleja bello, hacer cosas bellas, y por si te muestra feo, corregir el defecto de tu naturaleza con tu conducta intachable. Bias de Pirene.

Cada edad de la vida es nueva para nosotros; no importa cuántos años tengamos, aún nos aqueja la inexperiencia. F. de la Rochefoucauld.

Es que mis amigos han hecho la historia de mi vida. De mil maneras mudaron mis limitaciones en privilegios maravillosos y me permitieron caminar serena y feliz entre las sombras creadas por mi privación. Helen Keller [sordociega].

Defectos:

  • Los defectos de un hombre se adecuan siempre a su tipo de mente. Observa sus defectos y conocerás sus virtudes.

  • Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio. Mahatma Gandhi.

  • ¿Quién puede vanagloriarse de no tener defectos? Examinando los suyos, aprenda cada uno a perdonar los de los demás.

  • Cien veces al día burlamos nuestros propios defectos censurándolos en los demás. Michel de Montaigne.

 

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