Viernes, 22 de Febrero de 2019

He adulado y me han adulado muchas veces. Por eso sé que éste es un acto que siempre tiene la misma consecuencia: empobrecer al que lo recibe. Francis Picabia.

El político piensa en la próxima elección; el estadista en la próxima generación. Otto von Bismarck.

Cuando las personas tienen libertad para hacer lo que quieren, por lo general comienzan a imitarse mutuamente. François Sagan.

Los hombres, no obstante a que se les hace imposible existir en el aislamiento, sienten como un peso intolerable los sacrificios que la civilización les impone para hacer posible la vida en común. Sigmund Freud.

El tiempo cura todos los dolores y todas querellas, puesto que nosotros cambiamos, dejando de ser lo que antes éramos. Ni el ofensor ni el ofendido son ya los mismos. Blas Pascal.

Basta una chispa para producir fuego en toda la llanura. Mao Tse Tung.

De todos los peligros, el mayor es subestimar al enemigo, da igual cuál sea su naturaleza. Pearl S. Buck.

Hay quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí mismos. Hermann Hesse.

Cuando uno escribe se da cuenta de los difícil que es escribir incluso una novela mala. Esther Tusquets.

Yo creo que no debemos respetar nunca las ideas contrarias a las que profesamos. Debemos, sí, respetar a quienes las sustenten, pero nada más. Manuel de Falla.

En la vida no hay clases para principiantes; enseguida exigen de uno lo más difícil. Rainer María Rilke.

La unión en el rebaño obliga al león a acostarse con el hambre. Proverbio africano.

La soledad es al espíritu lo que la dieta al cuerpo: mortal, si es demasiado larga, pero necesaria. M. de Vauvenargues.

A veces es necesario guardar silencio para ser escuchado. Anónimo.

La pornografía es el erotismo al que falta inteligencia. Terenci Moix.

Hay personas que reflexionan para escribir, y otras que escriben para no reflexionar. Príncipe de Ligne.

Estas tres señales distinguen al hombre superior; la virtud, que lo libra de la ansiedad; la sabiduría, que lo libra de la duda; y el valor, que lo libra del miedo. Confucio.

La grandeza y el amor, como los perfumes, los que los llevan apenas los sienten. Cristina de Suecia.

La verdadera madre nunca está libre. Honoré de Balzac.

Hay muy pocos que no prefieran ser odiados a ser objeto de risa. Sydney Smith.

Tan prisionero se es con una cadena amarrada al pie como con una corona sobre la cabeza. Joaquín Dicenta.

Lamentar las rejas de la cárcel una vez cumplida la condena no tiene ningún sentido. Rosa Chacel.

El sacrificio es un sentimiento que a todo el mundo le parece admirable en los demás. Enrique Jardiel Poncela.

El saber y la razón hablan; la ignorancia y el error, sin embargo, gritan. Arturo Graf.

Sería tonta si no me sintiera orgullosa de mi misma y más aún si me tomara demasiado en serio. Jane Fonda.

El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano. John F. Kennedy.

Quien no sabe disimular no sabe reinar. Luis XI.

El que no tiene dos terceras partes de su jornada para sí mismo, es un esclavo sea lo que sea: político, comerciante, funcionario o erudito. Friedrich Nietzsche.

La Biblia enseña a amar a nuestros enemigos como si fueran nuestros amigos, posiblemente porque son los mismos. Vittorio de Sica.

Lo más difícil de aprender en la vida es que puente hay que cruzar y que puente hay que quemar. Bertrand Russell.

El secreto de mi felicidad está en no esforzarme por el placer, sino en encontrar el placer en el esfuerzo. André Gide.

El precio más alto que puede pagarse por cualquier cosa es pedirla por favor. John Ray.

He aquí los tres fundamentos del saber: observar mucho, estudiar mucho y sufrir mucho. Foscolo.

Nada me ha engañado tanto en la vida como mi sinceridad. Luis Rosales.

No es difícil llorar en soledad, pero es casi imposible reír sólo. Dulce María Loynaz.

La autoridad de la moda es tal que nos obliga a ser ridículos para no parecerlo. Joseph Sanial-Dubay.

La primera virtud del conocimiento es la capacidad de enfrentarse a lo que no es evidente. Jacques Lacan.

Lo verdadero es demasiado sencillo, pero siempre llega a ello por lo más complicado. George Sand.

La sabiduría consiste no sólo en ver lo que tienes ante ti, sino en prever lo que va a venir. Terencio.

Si vives lo suficiente, verás que toda victoria acaba en una derrota. Simone de Beauvoir.

Quien desea morir, la vida teme. Félix Lope de Vega.

El carácter de cada hombre es el árbitro de su fortuna. Publio Sirio.

Hasta los hombres inteligentes prefieren confesar sus errores y fallos antes que su pobreza. Fanny Lewald.

El esclavo es un tirano tan pronto como puede. Harriet B. Stowe.

Las mujeres tienen una edad en que necesitan ser bellas para ser amadas, y otra en que necesitan ser amadas para ser bellas. Marlene Dietrich.

El arte es la más bella de las mentiras. Claude Debussy.

Es bastante más fácil ser caritativo que justo. Arturo Graf.

Un paisaje se conquista con las suelas del zapato, no con las ruedas del automóvil. William Faulkner.

Con el ingenio ocurre como con la música: cuanto más se escucha, más fineza se le exige. Georg Ch. Lichtenberg.

Celebraría saber cuántos hombres se necesitan para hacer uno perfecto. Príncipe de Ligne.

El hombre que no fue educado por el dolor sigue siendo siempre un niño. Niccolo Tommaseo.

El orden es el mejor sustitutivo de la falta de memoria. Fred Noan.

Es mucho más difícil describir que opinar. Infinitamente más. En vista de lo cual todo el mundo opina. Josep Plá.

El joven desea amor, dinero y salud. Cuando llega a viejo desea salud, dinero y amor. Paul Géraldy.

Cuando menos se lee, más daño hace lo que se lee. Miguel de Unamuno.

Mientras más comprensible parece el universo, más parece también inútil. Steven Weisberg.

El orgullo es el primero de los tiranos, pero también el primero de los consuelos. Charles Ducios.

El mal como tal no existe, sino lo que existe es una ausencia del bien. Albert Einstein.

En el amor es lo mismo que en la guerra: plaza que parlamenta está medio conquistada. Margarita de Valois.

Quienes dicen que el arte no debe propagar doctrinas suelen referirse a doctrinas contrarias a las suyas. Jorge Luis Borges.

Vale más consumir vanidades de la vida que consumir la vida en vanidades. Sor Juana Inés de la Cruz.

Condición indispensable de sabiduría y de felicidad es una buena digestión. Charles Lemesle.

Cuando uno busca tan extremadamente los medios de hacerse temer, encuentra antes siempre el medio de hacerse odiar. Montesquieu.

El arte no reproduce lo visible. Lo hace visible. Paul Klee.

El dinero es la felicidad humana en abstracto. Cuando ya no somos capaces de disfrutarla en concreto, nos apegamos a él. Arthur Schopenhauer.

La virtud también es un arte. Por eso tiene dos clases de discípulos: los que la practican y los que admiran. Marie von Ebner-Eschenbach.

Los hombres, al no haber podido evitar la muerte, la miseria, la ignorancia, han decidido, para ser más felices, no pensar en todo ello. Blaise Pascal.

La mediocridad no conoce nada que le sea superior, pero el talento reconoce inmediatamente al genio. Fiodor Dostoievski.

Hacer lo mejor posible en este momento nos deja en la mejor posición  para el siguiente momento. Oprah Winfrey.

La justicia estriba en la imparcialidad, y sólo pueden ser imparciales los extraños. George Bernard Shaw.

Todos somos traicionados por nuestro propio placer. Virgilio.

El desdoblamiento de los hombres en actores y espectadores es el hecho central de nuestra época. Jim Morrison.

Un flirteo es como una pastilla: nadie puede predecir sus efectos secundarios. Catherine Deneuve.

Lo bastante resulta demasiado poco cuando llega. Wilhelm Busch.

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