Viernes, 14 de Junio de 2019

Buddha y el evangelio del budismo. Ananda Coomaraswamy:

Bondad amorosa, compasión, alegría empática y ecuanimidad. Estas virtudes son también muy consideradas por los budistas como poderosos antídotos a los estados mentales negativos (no virtudes), como la avaricia, la ira, el orgullo y así sucesivamente.

¿Es la belleza de la doncella como las hojas otoñales que caen y se marchitan?

El verdadero asceta no es el que consigue serlo por medio de una especie de violencia mental sino el que piensa en cosas que no son los bienes pasajeros.

Buddha a Ananda: ¿No te he dicho, en anteriores ocasiones, que está en la naturaleza misma de las cosas, cercanas y queridas para nosotros, el deber de alejarnos de ellas? En tanto que cualquier cosa nacida, creada y organizada contiene en sí misma la necesidad de su propia disolución; ¿cómo puede ser posible que un ser así no se disuelva? ¡No puede existir una condición así!

Para los que han nacido segura es la muerte, para los muertos seguro es el nacimiento: de manera que no hacéis bien en apenaros por una situación de la que no es posible escapar. Platón.

 

Cuando aquel que libre estaba de todo deseo apremiante,

Aquel que había alcanzado el tranquilo estado de Nirvana

Cuando el gran Sabio terminó su lapso de vida

¡Ninguna agitada lucha molestó a ese firme corazón!

Bien resuelto y con la mente segura

Triunfó en calma sobre el dolor de la muerte.

Así como se apaga una brillante llama, así fue

La última emancipación de su corazón.

Anuruddha.

 

Son transitorios todos, las partes y poderes de cada ser,

Su verdadera naturaleza es el crecimiento y el deterioro,

Son creados y disueltos nuevamente:

Controlarlos a todos –eso es la gloria.

Sakka.

El camino del Zen. Eugen Herrigel:

La palabra en sí misma es menos que el pensamiento, el pensamiento menos que la experiencia vivida. La palabra filtra la realidad, y lo que deja pasar está despojado de lo mejor. Platón dice en su séptima carta: un hombre serio, que se ocupa de cosas serias, no debería escribir.

El peregrino del zen que avanzó lo suficiente en el sendero puede entregarse a la meditación ‘sin tema’.

… de este modo continúan alternándose el ejercicio de la meditación con el objeto de liberarse del mundo y la actividad en el mundo para liberarse de sí mismo, con una intensidad progresivamente acrecentada y con una mirada cada vez más profunda y amorosa en el corazón puro de las cosas.

En los comienzos el monje zen… lleva a cabo –perdonando con delicadeza las debilidades- pequeños ejercicios prácticos, insignificantes, actividades manuales menores que exigen ya, junto con la obediencia y la dedicación, una buena dosis de paciencia, humildad, resistencia y autodisciplina.

Se juzga la conducta de una persona de acuerdo al trabajo que haya realizado sobre sí misma.

Los sentimientos no pierden nada por el hecho de no recibir denominación. Por el contrario, gana en fervor y en intensidad porque el que los experimenta se halla menos predispuesto a llevarlos a la dimensión de la expresión oral.

… el que experimentó esta transformación perdió desde entonces su antigua y falaz conciencia de sí, no cae ya en la ilusión de creer que debe ante todo buscar por sí mismo el contacto con otros hombres fuera de su ambiente inmediato, como si el alcance de sus relaciones humanas dependiese de sí mismo, de su buena voluntad, de su elección.

… cuando el zenista [practicante de Zen]… toma bajo su responsabilidad a una persona castigada por la adversidad… lo hace incitándola a mirar su desdicha bien de frente y a tomar conciencia exacta de su amplitud y alcance. Le hace comprender que no se supera un gran dolor apartándolo del pensamiento ni entregándose desesperadamente a él. Le advertirá contra el error de dejarse consolar con demasiada rapidez, la exhortará a esperar que el tiempo cure sus heridas. El hombre castigado por el infortunio sólo encontrará la salvación asumiendo su destino; y soportando, con mente serena, lo que se le ha impuesto sin preguntar por qué, justamente a él, le suceden tantas desdichas. El que es capaz de esto (le hará comprender) ha crecido mediante el sufrimiento y se libera de éste, aprendiendo a hacer abstracción con eficacia cada vez mayor, del hecho de que es su sufrimiento.

La verdadera compasión establece el más profundo e íntimo lazo entre los hombres, sin depender en absoluto del habla. Entre los hombres y con cualquier criatura viviente en general. El verdadero sentido del sufrimiento sólo es comprendido por el que escogió el buen camino, el que practica el arte de compadecer. 

La Marcha hacia la luz. Santideva:

Siendo impecable, permanece al abrigo de los sufrimientos físicos; siendo sabio, está protegido del sufrimiento moral; puesto que el espíritu sufre por error y el cuerpo por pecado.

El cuerpo es feliz por la virtud, el corazón por la sabiduría.

Para realizar la salvación de los seres hace falta un ejército de cuatro cuerpos: aspiración, fortaleza, alegría y renuncia.  La aspiración se obtiene por miedo al dolor y tras reflexionar sobre sus ventajas… El Buda declaró que la Aspiración era la raíz de todos los méritos.  Y su raíz misma es la constante meditación en los frutos de nuestros actos.

El deseo de la gente virtuosa, sea cual sea su objeto, será, gracias a sus méritos, honrado con los frutos deseados, a modo de regalo de bienvenida.

Pero el deseo de felicidad de los pecadores, sea cual sea su objeto, será, debido a sus deméritos, cortado por los cuchillos del dolor.

La fortaleza debe ser aplicada a tres cosas: la acción, las pasiones y el poder. ‘Actuaré solo’ ¡He aquí la fortaleza en la acción!

Aquel a quien su desaliento vuelve inactivo fácilmente encuentra derrotas; pero aquel otro que permanece alerta y enérgico puede enfrentarse con éxito a los más poderosos enemigos.

Tengo que ser el vencedor de todo sin permitir que nada me venza. Tal es la Fortaleza que debo despertar.

Con un corazón firme quiero realizar, pues, la pérdida de mi pérdida. Es inútil desear conquistar el universo si sucumbo ante mi propia debilidad.

Nadie consigue saciarse con los placeres del mundo, parecidos a la miel en el filo de una cuchilla.  ¿Quién podría no saciarse con la ambrosía de las buenas obras que maduran en frutos de dulzura y santidad?

Cuando emprendas una acción debes entregarte apasionadamente a ella con la embriaguez de un corazón insaciable, como un jugador devorado por la sed de ganar.

Cuando te encuentres envuelto en Pasiones sé mil veces más fiero e invencible que los leones entre las manadas de gacelas.

De los sabios aprende la práctica de la Atención aplicada a cada circunstancia.

Que vuelva ligera su alma acordándose siempre del ‘Discurso sobre la Atención’, de manera que esté preparado, sea cual sea la ocasión, antes del momento de la acción.

De cada desfallecimiento debe arrepentirse y decirse; ¿qué debo hacer para no sucumbir de nuevo?

 

 

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