Falta de energíaESTRÉS Y ANSIEDAD: si pasas de una tarea a otra sin transición para el descanso, acabarás agotado y en un estado de confusión mental poco eficaz y, sobre todo, malsano. Concédete pausas en tu trabajo, incrementará tu eficacia y beneficiará tu salud.

DIETA INADECUADA: si no te alimentas debidamente y no bebes suficiente agua, no estás aportando a tu organismo el ‘combustible’ que necesita. Poner parches al cansancio con tazas de café o refrescos de cola es contraproducente, especialmente si los tomas a partir de las cinco de la tarde. La cafeína no sólo impide conciliar el sueño, también afecta a su calidad durante toda la noche. Una norma que no deberías pasar por alto es irte a la cama con hambre, ya que un estómago vacío es un aliado del insomnio. Pero, tampoco es aconsejable comer en exceso, ya que una cena pesada puede desvelarte por indigestión. Los expertos aseguran que uno de los mejores alimentos para inducir el sueño es el pavo, así como los carbohidratos complejos también llamados ‘ricos en almidón’: las patatas, la calabaza, el arroz, la pasta…

INACTIVIDAD: aunque te encuentres demasiado cansado para hacer ejercicio, debes saber que es lo que más te conviene para salir del agotamiento que te invade. Sólo media hora de ejercicio moderado (por ejemplo, caminar a paso ligero), al menos cuatro días por semana, es un antídoto excelente para el estrés y la ansiedad y supone un auténtico ‘chute’ de energía y optimismo. Un consejo: procura que esa caminata sea a las cinco o las seis de la tarde.  Realizado en las dos horas previas antes de ir a la cama, el ejercicio activa los sistemas de alerta del organismo y puede impedirte conciliar el sueño.

FALTA DE SUEÑO: dormir sólo una hora menos de lo que necesitas cada noche puede disminuir tu rendimiento en el trabajo y en tus actividades diarias. La falta de sueño puede deberse a que te acuestas demasiado tarde, te cuesta conciliar el sueño o te despiertas muy temprano. Establecer pautas regulares puede ayudarte a salir de esa situación.

MEDICAMENTOS: betabloqueantes (para la hipertensión), antihistamínicos (para las alergias) y antidepresivos pueden generar sensación de cansancio. A su vez, algunos fármacos para el resfriado y analgésicos contienen cafeína y otros estimulantes que pueden alterar el sueño.

ENFERMEDADES: es importante recordar que un cansancio que no obedece a estrés, falta de descanso o exceso de trabajo puede ser signo de problemas de salud. Entre las razones médicas que pueden estar detrás de situaciones de cansancio inexplicable se citan la anemia, el cáncer, la depresión, la diabetes, ciertos tratamientos médicos, el síndrome de las piernas agitadas, la apnea del sueño, los problemas tiroideos (tanto el hipo como el hipertiroidismo) y el síndrome de fatiga crónica.

EL SÍNDROME SE HACE CRÓNICO:

  • De todas las enfermedades crónicas, el síndrome del cansancio es el más misterioso. Se caracteriza por un agotamiento extremo, que no mejora con el descanso, que puede presentarse sin motivo y que se agudiza con la ansiedad y la actividad física o mental.
  • Sus síntomas son el cansancio incapacitante, los dolores musculares, la mala memoria, la confusión mental y la dificultad para concentrarse. En ocasiones, el afectado (ataca más a mujeres) padece también fiebre, dolor en las articulaciones y ganglios inflamados.

CAMBIOS QUE PUEDEN AYUDARTE:

  • Combate el estrés: libérate de parte de la presión y establece prioridades. Aprende a decir no. Luego, organiza tus actividades y marca un orden de actuación (hacer una pequeña lista cada mañana puede ayudarte) reserva cada día un tiempo para ti y para cualquier actividad que te relaje. Por la mañana, levántate 15 minutos antes para desayunar tranquilo; deja un par de minutos para el relax entre dos tareas, vete al cine o a una exposición al salir del trabajo.
  • Controla las tensiones en el trabajo: intenta resolver los conflictos con tus compañeros hablando tranquilamente con ellos. Si no tienes claras tus obligaciones, no dudes en preguntar a tu jefe lo que espera de ti. Sé realista acerca de tus limitaciones. Levántate de la mesa y estírate varias veces al día. Notarás cómo te cuesta menos realizar la siguiente tarea.
  • Recupera la actividad física: si te cuesta empezar, ponte metas realizables, por ejemplo, varias caminatas diarias (o paseos en bicicleta o natación…) de 10 minutos cada vez, hasta un mínimo de 30 diarios. No pasarán muchos días antes de que notes una energía renovada.
  • Come con la cabeza: para evitar los desfallecimientos de media mañana, empieza el día con un desayuno rico en fibra (pan o cereales integrales), con algo de proteína  (huevo, yogur descremado, jamón…) y una pieza de fruta. Evita los zumos azucarados y las grasas saturadas o ‘trans’ (parcialmente hidrogenadas). Procura hacer cinco comidas pequeñas al día (una cada tres o cuatro horas) en vez de dos o tres grandes. Calma el estómago y el cansancio con fruta, lácteos desnatados, pan integral rico en fibra, nueces… Y, bebe al menos seis vasos de agua mineral al día.
  • Evita el exceso de alcohol: las bebidas alcohólicas deprimen el sistema nervioso central y pueden hacerte sentir cansado horas después de haberlas ingerido. Por la noche altera la calidad del sueño y aumenta el riesgo de padecer apnea.

CONSECUENCIAS DE LA FATIGA:

  • Rebaja la atención.
  • Alarga el tiempo de reacción.
  • Baja la discriminación.
  • Disminuye la coordinación.
  • Robotiza el comportamiento.
  • Disminuye la prudencia.
  • Cambia las relaciones interpersonales.
  • Reacciones anormales.

ESTRES/FATIGA: la fatiga se considera una disfunción psíquica ligada a la ansiedad y a sentimientos de displacer vital.  El estrés es más fuerte: los indicadores vitales decaen y se requiere tratamiento incluso hospitalario. No confundir estrés con fatiga psico-física, que es la más frecuente. ¿Son estos tus síntomas?:

  • Cansancio general e injustificado.
  • Ligero dolor por todo el cuerpo.
  • Tendencia a sufrir calambres.
  • Dolores de cabeza frecuentes.
  • Dificultades a la hora de concentrase.
  • Alteraciones en el ritmo del sueño: insomnio o, todo lo contrario, sueño excesivo.
  • Desgana para realizar actividades, incluso aquellas que nos proporcionan satisfacción.
  • Despistes y fallos frecuentes de memoria.
  • Irritabilidad y cambios bruscos de estado de ánimo.
  • Alteraciones del apetito.

ENTRE LAS PRINCIPALES CAUSAS QUE PRODUCEN EL AGOTAMIENTO NERVIOSO FIGURAN:

  • Las ideas perturbadoras que impiden trabajar mentalmente.
  • Las excesivas preocupaciones o el demasiado trabajo mental.
  • La alimentación antinatural, pobre en vitaminas, minerales y demás sustancias nutritivas y vitalizantes de los nervios.
  • Los muchos sufrimientos morales y las constantes luchas interiores por resolver graves problemas.
  • La vida malsana y antinatural, los vicios y excesos de todas clases.

CONSEJOS PARA COMBATIR LA FATIGA:

  • Mueve el cuerpo: hacer ejercicio de forma regular es la mejor manera de llenarte de energía para la vida diaria. 10 minutos por la mañana bastan para hacer un circuito básico en casa y ponerte las pilas para el día.
  • Dieta: una dieta energética debe ser abúndate en frutas y verduras, cereales integrales, legumbres, aceite de oliva, frutos secos y pescados complementada con lácteos, carnes magras y huevos. Comidas ligeras y fáciles de digerir, con poca grasa, pero ricas en proteínas, hidratos de carbono y vitaminas.  Como elemento específico, se recomienda el consumo de alimentos ricos en fósforo, como son las yemas, las patatas, el chocolate, el arroz y la leche, fundamentalmente descremada y en polvo.  No abusar de la toma de bebidas excitantes ni del tabaco. Para combatir los estados de fatiga es conveniente reducir la ingesta de grasas animales y dulces, así como el consumo de café, té, alcohol y bebidas de cola.
  • Controla el estrés: aprende a  priorizar y a llevar bien las riendas de tu vida profesional para que puedas disfrutar de tu ocio.
  • Revisa tu carga: aprende hasta dónde puedes llegar y saber decir ‘basta’ antes de que el cansancio llegue a su punto máximo.
  • Duerme más: un consejo sencillo que casi no se cumple. Basta dormir una hora más al día para aumentar tu energía de una forma natural.
  • Disfruta del aire libre: la naturaleza te proporcionaba las fuentes de energía que necesitas.
  • Organiza tu vida social: cuando una persona lo quiere todo puede llegar a ser esclavo de sus deseos.

LAS CINCO FUENTES PRIMORDIALES DE ENERGÍA:

  • Respiración correcta.
  • Alimentación adecuada.
  • Descanso relajado.
  • Sueño profundo.
  • Impresiones y actitudes mentales positivas.