Sábado, 21 de Noviembre de 2020

SOCRATES II:

 La mentira gana bazas, pero la verdad gana el juego.

La multitud, cuando ejerce su autoridad, es más cruel que los tiranos de Oriente.

La sabiduría verdadera es la que emerge de tu interior.

La sencillez de mi discurso hace que me odien, y qué es el odio sino una prueba de que estoy diciendo la verdad.

La soledad es incompatible con el afecto, te convierte en alguien aislado, incapaz de construir una amistad.

La única cosa que sé es saber que nada sé; y esto cabalmente me distingue de los demás filósofos, que creen saberlo todo.

La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia.

La verdadera sabiduría viene a cada uno de nosotros, cuando nos damos cuenta de lo poco que entendemos acerca de la vida, de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

La vida no contiene más que dos tragedias. Una es no conseguir el deseo de tu corazón; la otra es conseguirlo.

La vida no examinada no merece la pena ser vivida.

Las almas ruines sólo se dejan conquistar con regalos.

Las mentes brillantes discuten ideas poderosas. Las mentes promedio discuten sobre eventos. Las mentes débiles discuten sobre otras personas.

Las mentiras son las mayores asesinas, pues matan la verdad.

Las nociones de bien y de mal son innatas en el alma humana.

Las palabras falsas no son malas por sí mismas, pero infectan el alma con maldad.

Lo que más nos daña en la vida, es la imagen que tenemos en nuestras cabezas de lo que se supone que debe ser.

Lo realmente importante no es vivir, sino vivir bien. Y vivir bien significa, junto con las cosas más agradables de la vida, vivir de acuerdo a nuestros propios principios.

Los amigos se asemejan a la riqueza, se conoce su valor sin tenerlos.

Los reinos más altos de pensamiento son imposibles de alcanzar sin lograr primero una comprensión de la compasión.

Mantén un buen ánimo acerca de la muerte, y haz tuya esta verdad: que nada malo le puede pasar a un hombre bueno, ni en vida ni después de morir.

Me llamo a mí mismo guerrero pacífico, porque las batallas que libramos se producen en el interior.

Nada se aprende tan bien como lo que es descubierto.

Nadie está calificado para convertirse en un hombre de Estado cuando es totalmente ignorante del problema del trigo.

Ni los reyes ni los gobernantes llevan el cetro, sino los que saben mandar.

Ningún hombre tiene el derecho de ser un aficionado en materia de entrenamiento físico. Es una vergüenza para un hombre llegar a viejo sin ver la belleza y la fuerza de la que su cuerpo es capaz.

No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad.

No hago más que ir persuadiendo a todos, grandes y pequeños, a no enfocarse en sus personas o en sus propiedades. Preocúpense, sobre todo, por mejorar el alma. Les digo que la virtud no viene dada por el dinero, sino que a partir de la virtud viene el dinero y cualquier otro bien del hombre.

No hay mayor mal que uno puede sufrir, que odiar un discurso razonable.

No la vida, sino la buena vida, es lo que debe ser más valorado.

No podemos vivir mejor, sino en la búsqueda de ser mejores.

No puedo enseñar nada a nadie. Sólo puedo hacerles pensar.

No sólo está en reposo quien no hace nada, también está inactivo aquel que podría estar mejor empleado.

No voy a ceder ante cualquier hombre en contra de lo que es correcto, por temor a la muerte, incluso si he de morir por no ceder.

Obsérvate sin ceguera y di con precisión y coraje lo que estás sintiendo.

Para decir la verdad, poca elocuencia basta.

Para encontrarte a ti mismo, piensa por ti mismo.

Piensa no en los fieles que alaban todas tus palabras y acciones, sino en los que amablemente reprenden tus faltas.

Preferiría que las multitudes estuviesen en desacuerdo conmigo que encontrarme fuera de armonía conmigo mismo.

Prefiero el conocimiento a la riqueza, ya que el primero es perenne, mientras que el segundo es caduco.

Recuerda que no hay nada estable en los asuntos humanos; por lo tanto, evita la euforia excesiva en la prosperidad o la depresión indebida en la adversidad.

Sé que no me van a creer, pero la forma más alta de la excelencia humana, es cuestionarse a uno mismo y a los demás.

Sólo deseo conocer la verdad y vivir tan bien como pueda… Y hasta el máximo de mi poder, exhorto a todos los demás hombres a hacer lo mismo. Exhorto también a participar en el gran combate, que es el combate de la vida, mayor que cualquier otro conflicto terrenal.

Sólo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento.

Sólo es útil el conocimiento que nos hace mejores.

Solo hay un bien: el conocimiento. Solo hay un mal: la ignorancia.

Ten cuidado con la esterilidad de una vida ocupada.

Un hombre desinhibido no puede generar afecto, porque resulta difícil de tratar y le cierra la puerta a la amistad.

Un hombre honesto es siempre un niño.

Uno nunca debe hacer mal, ni maltratar a ningún hombre, no importa cuánto daño se nos haya infringido.

Vivir de manera buena, bella y justa es una sola cosa.

Cuando la riqueza y la virtud se colocan juntos en la balanza, siempre una aumenta a medida que la otra baja.

 

Encuentro de Sócrates y un sabio hindú. Relato de Aristógenes el musicólogo. Autobiografia de un yogui.  Paramahansa Yogananda:

-Sabio hindú: ¿cuál es el alcance de tu filosofía?

-Sócrates: una pesquisa [investigación] sobre los fenómenos humanos.

Nada me es tan molesto como digerir en la vida de Sócrates sus éxtasis y sus demonierías, nada tan humano en Platón como aquello por lo que lo llaman divino. Montaigne.

Sócrates rebajó y devolvió a su grado original y natural, sometiéndolos: el vigor, las asperezas y las dificultades. Montaigne.

 

¡Salud a aquel a quien no le gusta
sentarse junto a Sócrates y hablar con él,
a quien no condena el arte de las musas
y no mira desde arriba con desprecio
lo más elevado de la tragedia!
Pues vana necedad es
aplicar un celo ocioso
a discursos vacíos
y quimeras abstractas.

Aristófanes.

Cuando se le preguntó a Sócrates porqué estaba con su mujer dijo: ‘un domador debe practicar con animales ariscos’. Documental Sócrates y la autoconfianza.

Sócrates siempre iba descalzo, nunca llevaba sandalias. Decía Sócrates que había nacido para ofender a los zapateros. Documental Sócrates y la autoconfianza.

Anda despacio cuando escojas a tus amigos; pero cuando los tengas mantente firme y constante.

Cada uno de nosotros sólo será justo en la medida en que haga lo que le corresponde.

La Felicidad la hace solamente uno mismo con la buena conducta.

Después de la tormenta, viene la lluvia (Dicho a sus discípulos después de que su mujer le tirara un cubo de agua, tras una fuerte discusión).

Deseo y amor tienen por objeto cosas o cualidades que un hombre no posee de momento, sino de las que carece.

El justo se parece al discreto y bueno, y el injusto al malo e ignorante.

El malo lo es por ignorancia, y por tanto se cura de ello con la sabiduría.

El mayor de todos los misterios es el hombre.

El orgullo divide a los hombres, la humildad los une.

El pasado tiene sus códigos y costumbres.

El saber es la parte principal de la felicidad.

El secreto del cambio está en centrar toda tu energía, no en luchar contra lo pasado, sino en construir todo lo nuevo.

Filosofía es la búsqueda de la verdad como medida de lo que el hombre debe hacer y como norma para su conducta.

La admiración es la hija de la ignorancia y la madre de la ciencia.

La alegría del alma forma los días más bellos de la vida en cualquier época que sea.

Lo que mejor sienta a la juventud es la modestia, el pudor, el amor a la templanza, y la justicia. Tales son las virtudes que deben formar su carácter.

Los ratos de ocio son la mejor de todas las adquisiciones.

Para desembarcar en la isla de la sabiduría hay que navegar en un océano de aflicciones.

Pesa las opiniones, no las cuentes.

Preferid, entre los amigos, no sólo aquellos que se entristecen con la noticia de cualquier desventura vuestra, sino más aún a los que en vuestra prosperidad no os envidian.

Que cada uno de tus actos, palabras y pensamientos sean los de un hombre que acaso en ese instante, haya de abandonar la vida.

Solo es útil el conocimiento que nos hace mejores.

Crito, le debo una gallina a Asclepius; recordarías pagarle la deuda. O: Un gallo para Esculapio (últimas palabras).

La sabiduría es saber qué tan poco sabemos.

Podría subir al lugar más alto de Atenas, elevaría mi voz y diría: compañeros ciudadanos, ¿por qué se dan la vuelta y raspan cada piedra para ganar dinero y tienen tan poco cuidado de sus niños, frente a quienes un día ustedes deberán abandonarlo todo?

Yo no, pero la ciudad enseña.

Falsas citas:

Sólo sé que no sé nada.

Conócete a ti mismo. Es la inscripción que se encontraba a la entrada del Oráculo de Delfos.

Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan el respeto a sus maestros

¿Qué hombre veis que sea más libre que yo, que no recibo de nadie regalos ni salario?

¿A quien podríais considerar razonablemente más justo que a un hombre que está acomodado a lo que tiene y que no necesita ningún bien ajeno?

Y en cuanto a sabio, ¿cómo se podría con razón negar que lo es un hombre como yo, que desde que empecé a comprender lo que se decía nunca dejé, en la medida de mis posibilidades, de investigar y aprender todo lo bueno que pude?

Sé que también testimoniarán en mi favor el futuro y el pasado, haciendo ver que jamás hice daño a nadie ni volví peor a ninguna persona, sino que hacía el bien a los que conversaban conmigo, enseñándoles gratis todo lo bueno que podía.

¿Acaso no sabéis hace mucho tiempo que desde que nací estaba condenado a muerte por la naturaleza?

Calias, le dije, si tus dos hijos fueran potros o becerros, tendríamos que tomar un cuidador de ellos y pagarle; éste debería hacerlos aptos y buenos en la condición natural que les es propia, y sería un conocedor de los caballos o un agricultor. Pero, puesto que son hombres, ¿qué cuidador tienes la intención de tomar? ¿Quién es conocedor de esta clase de perfección, de la humana y política?

Quizá alguien diga: «¿No te da vergüenza, Sócrates, haberte dedicado a una ocupación tal por la que ahora corres peligro de morir? A éste yo, a mi vez, le diría unas palabras justas: «No tienes razón, amigo, si crees que un hombre que sea de algún provecho ha de tener en cuenta el riesgo de vivir o morir, sino el examinar solamente, al obrar, si hace cosas justas o injustas y actos propios de un hombre bueno o de un hombre malo.

… voy por todas partes sin hacer otra cosa que intentar persuadiros, a jóvenes y viejos, a no ocuparos ni de los cuerpos ni de los bienes antes que del alma ni, con tanto afán, a fin de que ésta sea lo mejor posible, diciéndoos: ’No sale de las riquezas la virtud para los hombres, sino de la virtud, las riquezas y todos los otros bienes, tanto los privados como los públicos.

… no parece humano que yo tenga descuidados todos mis asuntos y que, durante tantos años, soporte que mis bienes familiares estén en abandono, y, en cambio, esté siempre ocupándome de lo vuestro, acercándome a cada uno privadamente, como un padre o un hermano mayor, intentando convencerle de que se preocupe por la virtud.

 

 

 

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