Sábado, 16 de Noviembre de 2019

No conoce su propia fuerza el que no se ha enfrentado a la adversidad. Ben Johnson.

Hay una puerta por la que pueden entrar la buena y la mala fortuna. Tú tienes la llave. Proverbio japonés.

Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él. Nicolás de Avellaneda.

Amor es el intercambio de dos fantasías y el contacto de dos egoísmos. Paul Aúguez.

La ignorancia puede ser curada, pero la estupidez es eterna. Matt Artson.

Una fe que nosotros mismos podemos determinar [según el gusto de cada uno], no es en absoluto una fe. Papa Benedicto XVI.

En la vida no hay nada que temer. Sólo hay cosas que comprender. Marie Curie.

En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser. William Shakespeare.

Deja que tus ojos miren con amabilidad, que tu lenguaje hable con dulzura, y que tu mano toque con suavidad. Sivananda.

No mires a lo lejos descuidando lo que tienes cerca. Eurípides.

Debido a que prestamos demasiada atención a los defectos de los demás, morimos sin haber tenido tiempo de conocer los nuestros. Jean de la Bruyère.

No intentes llegar a ser una persona de éxito; intenta, más bien, llegar a ser una persona valiosa. Albert Eisntein.

La alegría más grande es la inesperada. Sófocles.

Sólo vives una vez, pero, si lo haces bien, una vez es suficiente. Joe E. Louis.

La alegría es el ingrediente principal en el compuesto de la salud.  Arthur Murphy.

El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices. Friedrich Nietzsche.

La felicidad siempre viaja de incógnito. Sólo después que ha pasado por nuestro lado, sabemos de ella. Anónimo.

Estando siempre dispuestos a ser felices, es inevitable no serlo alguna vez. Blaise Pascal.

¿Me preguntas qué progreso he hecho? Empecé a ser amigo mío. Séneca.

Te mando que no seas desgraciado antes de tiempo. No seas como aquellos soldados en quienes produce desbandada la lejana polvareda de un rebaño. Séneca.

Arrebaña el tiempo con entrambas manos [sin obsesión]. Séneca.

Huye sin percibirse, lento, el día. Francisco de Quevedo.

No hay por qué afanarse por vivir, sino por vivir lo suficiente. Séneca.

Si bien la vida se vive hacia delante, se comprende hacia atrás. S. Kierkegaard.

La prueba más clara de sabiduría es una alegría continua. Montaigne.

La ignorancia es la madre del miedo. Henry Home Kames.

Trata a un hombre tal y como es y seguirá siendo lo que es.  Trata a un hombre como puede ser y debe ser y se convertirá en lo que puede y debe ser. Goethe.

Dios perdona siempre, los hombres a veces y la naturaleza nunca. Jaume Vallet.

No hay falsedad tan insensata que no la apoye ningún testigo. Plinio el Viejo.

La música comienza donde acaba el lenguaje. Abbie Hoffmann.

Si pudieran enseñarme mediante reglas el gusto y el genio, no existirían ni el gusto ni el genio. Joshua Reynolds.

El que no ha caído no sabe cómo levantarse. Alexander Ivanovich.

La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes. John Lennon.

La modestia, en el hombre de talento, es cosa honesta; en los grandes genios, hipocresía. Arthur Schopenhauer.

El hombre se revela en la conversación no sólo por lo que dice, sino por todo lo que calla. Stefan Zweig.

El deseo es la verdadera esencia del hombre. Baruch Spinoza.

Cuando hay un exceso de amor el hombre pierde su honor y su valía. Eurípides.

Como el camino terreno está sembrado de espinas, Dios ha dado al hombre tres dones, la sonrisa, el sueño y la esperanza. I. Kant.

El pesimismo es un asunto de la inteligencia, el optimismo de la voluntad.  Antonio Gramsci.

Que errar lo menos no importa si acertó lo principal. Calderón de la Barca.

Venciste, mujer. Con no dejarte vencer. Pedro Calderón de la Barca.

El caer no ha de quitar la gloria de haber subido. Calderón de la Barca.

Lo que se sabe sentir, se sabe decir. Miguel de Cervantes.

En la vida hay muchas veces que pierdes, pero no debemos utilizarlo de excusa para destrozarnos. Hay que seguir siempre. Película Wyatt Earp.

Hay gente tan sumamente pobre, que sólo tiene dinero. Anónimo.

Las jerarquías son como las estanterías, cuanto más altas, más inútiles. Anónimo.

Una mirada hacia atrás vale  más que una mirada hacia delante. Arquímedes.

El mejor consejo lo da siempre la experiencia, pero siempre llega demasiado tarde. A. Nicolás Amelot de la Houssaye.

Si no te ha sorprendido nada extraño durante el día, es que  no ha habido día. John Archibald.

Los hombres sabios aprenden mucho de sus enemigos. Aristófanes.

Si deseáis influir en la gente dejadles creer que obran por su propia iniciativa. Pieere-A Beaumarchais.

El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad. L. V. Beethoven.

Un experto es un hombre que ha cometido todos los errores posibles en un campo muy pequeño. Niels Bohr.

Cuando se sugieren muchos remedios para un solo mal, quiere decir que no se puede curar. Anton Chejov.

Los hombres inteligentes quieren aprender, los demás enseñar. Anton Chejov.

De derrota en derrota hasta la victoria final. W. Churchill

Sé inteligentemente egoísta. Dalai Lama.

Sólo hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera. A. Einstein.

Si tengo razón, nadie se acuerda; si me equivoco, nadie lo olvida. A. Einstein.

El destino del genio es ser un incomprendido, pero no todo incomprendido es un genio. W. Emerson.

Cuando la voz de un enemigo acusa, el silencio de un amigo condena. Ana de Austria.

La originalidad no puede ser nunca un propósito. Andreu Alfaro.

La pareja no se apoya sobre la permanencia del amor y la sexualidad, sino sobre la permanencia de la ternura. Alexos Kostas.

Feliz aquel que aprende a ser prudente a expensas de los demás. Ludovico Ariosto.

Isaac Asimov:

  • No es necesario hacer el bien. Sólo se trata de no hacer el mal.

  • Un sutil pensamiento erróneo puede dar lugar a una indagación fructífera que revela verdades de gran valor.

  • La violencia es el último refugio del incompetente.

ARQUÍMEDES:

  • Una mirada hacia atrás vale más que una mirada hacia adelante.

  • El que sabe hablar sabe también cuándo.

  • Quien sabe qué hacer, también sabe cuándo.

ARISTÓFANES:

  • En las adversidades sale a la luz la virtud.

  • Los hombres sabios aprenden mucho de sus enemigos.

  • La desconfianza es madre de la seguridad.

Jean Anouilh:

  • Las pequeñeces matan los grandes amores.

  • Las preocupaciones acaban por comerse las unas a las otras, y al cabo de diez años se da uno cuenta de que se sigue viviendo.

  • Todas las guerras son santas. Os desafío a que encontréis un beligerante que no crea tener al cielo de su parte.

  • Yo sólo amo una cosa: hacer bien lo que tengo que hacer.

Anacarsis el Escita, filósofo (499-428 a.C.):

  • Muchas veces las leyes son como las telarañas: los insectos pequeños quedan prendidos en ellas; los grandes las rompen.

  • La vista del borracho es la mejor lección de sobriedad.

  • El primer trago da salud, el segundo placer, el tercero vergüenza, y el cuarto locura.

  • Es un gran mal no poder sufrir mal alguno; es menester sufrir para sufrir menos.

Mateo Alemán:

  • Suelen decir que el hombre que apetece soledad tiene mucho de dios o de bestia.

  • Es discreción saber disimular lo que no se puede remediar.

  • No ganes enemigos de los que con buen trato puedes hacer amigos, que ningún enemigo es bueno por flaco que sea: de una centelluela [chispa que sale del pedernal] se levanta gran fuego.

  • De pequeños principios resultan grandes fines.

  • Las cosas, una vez principiadas, ni se has de olvidar ni dejar, hasta ser acabadas, que es nota de poca prudencia muchos actos comenzados y acabado ninguno.

ALEJANDRO III, el Magno:

  • Me estoy muriendo con el auxilio de demasiados doctores.

  • Una tumba basta para aquél a quien no bastó el mundo.

DIÓGENES:

  • Para el hombre de bien, todos los días son de alegría y regocijo.

  • El único bien es el conocimiento, y el único mal es la ignorancia.

  • Los grandes son como el fuego, que no conviene alejarse ni acercarse mucho a él.

  • Cuando somos jóvenes no ha llegado el tiempo adecuado de casarnos, y cuando somos viejos, ha pasado ya.

  • A quien le decía que la vida era un mal, lo corrigió: No la vida, sino la mala vida.

  • A uno que le reprochó: Te dedicas a la filosofía y nada sabes, le respondió: Aspiro a saber, y eso es justamente la filosofía.

  • El insulto deshonra a quien lo infiere, no a quien lo recibe.

  • Cuando estoy entre locos me hago el loco.

  • Tenemos dos orejas y una sola lengua para que oigamos más y hablemos menos.

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