Miércoles, 17 de Julio de 2019

La historia de Lam Chung. Había un practicante budista, Lam-Chung, que se unió al monasterio con su hermano para estudiar el Dharma [enseñanza]. A diferencia de su hermano, un estudiante estrella, Lam-Chung descubrió rápidamente que tenía pocas aptitudes para estudiar, y se desanimó mucho. El abad muy amablemente le dio a Lam-Chung la tarea de mantener barridos los terrenos del monasterio. Cada día, trabajando con su escoba, Lam-Chung pensó para sí mismo: “Abolir la suciedad, abandonar la mancha”, y pronto comenzó a pensar en abolir las manchas de karma negativo en su corriente mental. Su barrido diario se convirtió en una práctica de purificación diaria. De esta manera, se iluminó en una sola vida.

La autoestima. Si no hay un pedestal en el que situarse ¿cómo puede uno caer? ¿Por qué se ha colocado usted a sí mismo en ese pedestal llamado autoestima, dignidad humana, ideal, etc.? Si puede comprender esto no habrá vergüenza del pasado; habrá desaparecido por completo. Usted será lo que es sin el pedestal. Si el pedestal, la elevación que le hace mirar hacia abajo o hacia arriba, no está ahí, entonces usted es lo que siempre ha evitado. Es este evitar lo que es lo que es usted, le que trae confusión y antagonismo, vergüenza y resentimiento. No tiene que decirme a mí o a otra persona lo que usted es, sino darse cuenta de lo que es, de cualquier cosa que usted sea, agradable o desagradable: viva con ello, sin justificarlo o resistirlo, sin nombrarlo, porque el término mismo es una identificación o condena; vívalo sin miedo, porque el miedo impide la comunión. J. Krishnamurti.

La función del pensamiento es ser razonable, pensar clara y objetivamente, con precisión y usted no puede pensar con exactitud, claridad y eficiencia si está atado a su propia vanidad personal, a su propio éxito, a su propia satisfacción. J. Krishnamurti.

Lo que buscamos la mayoría es seguridad y éxito; una mente que busca seguridad, que ansía el éxito, no es inteligente y, por lo tanto, es incapaz de una acción íntegra.  Sólo puede haber una acción íntegra si uno se da cuenta de su propia condicionamiento, de sus prejuicios raciales, nacionales, políticos y religiosos; o sea, sólo si uno se da cuenta que las actitudes del yo siempre separan. J. Krishnamurti.

La escuela debería ayudar a los jóvenes a descubrir sus vocaciones y responsabilidades, no simplemente atiborrar sus mentes con hechos y conocimientos tecnológicos; debería ser el terreno en el que pudieran crecer sin miedo, feliz, íntegramente. J. Krishnamurti.

Guna -cualidades de las cosas- (Diccionario de la sabiduría Oriental. Paidós):

  • En la cosmología hindú, todos los objetos del mundo fenoménico (Prakriti) están estructuralmente constituidos por tres guna fundamentales: sattva, rajas y tamas.

  • Este conjunto de tres guna que son propiedades de la Maya [ilusión], depende del Brahman, cuya realidad mantienen, sin embargo, velada y encubierta.

  • Mientras los guna permanecen en mutuo equilibrio, nada aparece: no hay manifestación ni creación; cuando ese equilibrio se altera, aparece el mundo creado. En el orden físico, el sattva encarna lo puro y refinado (por ejemplo la luz solar); el rajas, lo activo (por ejemplo, un volcán); el tamas, lo pesado e inerte (por ejemplo, un bloque de granito).

  • Desde el punto de vista de la evolución, el sattva es la esencia de lo que debe ser realizado; el tamas corresponde a lo que pone obstáculo, aquello que se opine a la realización; y el rajas, a la fuerza que vence al tamas. En la conciencia humana, el sattva se expresa como quietud, serenidad y paz; el rajas, como actividad, pasión y agitación; el tamas, como inercia, indolencia y obnubilación.  El carácter y el estado de ánimo dependen del guna dominante en cada caso.  El que sigue una vía espiritual debe superar el tamas por medio del rajas y el rajas por medio del sattva…

Cuanto más se preocupe de sí mismo, más aislado estará; juzgarse a uno mismo forma parte del proceso de aislamiento. Pero la soledad no es aislamiento. Sólo cuando éste termina hay soledad. La soledad es un estado en el que toda influencia ha cesado por completo, tanto la influencia del exterior como la interna de la memoria, y sólo en ese estado de soledad puede la mente conocer lo incorruptible. Pero para llegar a eso, debemos comprender el sentirse solo, este proceso de aislamiento que es el yo y la actividad del yo. Por tanto, la comprensión del yo es el principio de la cesación del asilamiento y, consiguientemente, de la sensación de sentirse solo. J. Krishnamurti.

La meditación es una de las artes más grandes en la vida –quizá la más grande- y no podemos aprenderla de nadie. Esa es su belleza. No tiene técnica y, por ende, no tiene autoridad. Cuando uno aprende acerca de sí mismo, cuando se observa cómo camina, cómo come, qué dice, la charlatanería, el odio, los celos; si está atento a todo eso en sí mismo, sin preferencia alguna, ello forma parte de la meditación. Por lo tanto, la meditación puede tener lugar cuando estamos sentados en un autobús o paseamos por los bosques llenos de luces y sombras, o cuando escuchamos el canto de los pájaros o contemplamos el rostro de nuestra mujer o nuestro hijo. J. Krishnamurti.

La alegría y la felicidad no son fines en sí; cómo el valor y la esperanza, son incidentes en la búsqueda de algo que es un fin en sí mismo. Es este fin el que debe buscarse paciente y diligentemente, y sólo mediante su descubrimiento cesarán la confusión y el dolor que nos atormentan. El viaje hacia este descubrimiento pasa a través de uno mismo; todo otro viaje es una distracción que conduce a la ilusión y a la ignorancia. El viaje hacia el interior de uno mismo debe emprenderse no para obtener un resultado, no para resolver el conflicto y el sufrimiento, porque la propia búsqueda es en sí devoción, inspiración. Entonces el viaje mismo es un proceso revelador, una experiencia constantemente liberadora y creativa.  ¿No ha advertido que la inspiración llega cuando usted no la está buscando? Llega cuando ha cesado toda experiencia, cuando la mente-corazón está quieta. Lo que se busca es creado por uno mismo y, por tanto, no es lo Real.  J. Krishnamurti.

Diferencia entre darse cuenta e introspección (J. Krishnamurti):

  • El significado que le damos a introspección es mirarse por dentro, examinarse a uno mismo. ¿Por qué se examina uno a sí mismo? Para mejorar, cambiar o modificar… estoy enojado y me examino para liberarme de la ira o para modificarla o cambiarla. Dondequiera que haya introspección –la cual es el deseo de modificar o alterar las respuestas, las reacciones del yo- siempre existe un fin determinado, y cuando dicho fin no se logra, aparece el mal humor, la depresión. Por lo tanto, introspección y depresión siempre van juntas… el yo examina algo para cambiarlo. Consecuentemente, hay un constante conflicto dualista y, por lo tanto, un proceso de frustración; uno nunca está libre, y al darse cuenta de su frustración, se deprime.

  • El estado de darse cuenta es algo completamente distinto. Darse cuenta es observar sin condenación. El darse cuenta trae comprensión porque no hay identificación o condena, sino una observación silenciosa.  Si quiero comprender algo debo observar, no criticarlo o condenarlo; no debo perseguirlo como un placer o evitarlo como algo no placentero. Simplemente debe haber una observación silenciosa del hecho.  No hay un fin a la vista, sino un darse cuenta de todo conforme se presenta.  Esa observación y su comprensión cesan cuando hay condena, identificación o justificación.

El progreso en el sentido de mejorar a lo largo de un periodo de tiempo, es realmente el movimiento del yo, del ‘mí’, del ego… pero esa mejora, ese progreso, no libera a la mente del dolor. J. Krishnamurti.

División de las ciencias según las facultades del hombre según F. Bacon:

  • A la memoria le corresponde la historia civil y natural.

  • A la imaginación, la poesía.

  • A la razón, la filosofía.

Distingue (Francis Bacon) tres clases de hombres:

  • Hombre hormiga: se dedica a recolectar (experimentadores puros).

  • El hombre araña: todo lo extrae de sí mismo (los razonadores).

  • El hombre abeja: recoge y transforma los productos. Éste es el verdadero científico capaz de elaborar un saber libre de prejuicios. Hay que desbrozar el camino y lo primero que se requiere para hacer ciencia es liberarse de esos prejuicios o ídolos (de la tribu, caverna, del foro y del teatro). Ellos bloquean la mente humana e impiden el acceso a la verdad.

AMOR:

El odio es santo. Es la indignación de los corazones fuertes y paternos, el desdén militante de aquellos a quienes la medianía y la necesidad enojan. Odiar es amar, es tener el alma ardiente y generosa, es vivir holgadamente, despreciando las cosas estúpidas y vergonzosas. Émile Zola.

 

Amar, amar, amar siempre y con todo

El ser y con la tierra y con el cielo,

Con lo claro del sol y lo oscuro del lodo;

Amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.

Y cuando la montaña de la vida

Nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,

¡Amar la inmensidad que es de amor encendida

Y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!

Rubén Darío.

No puede herirnos la injuria sino cuando la recordamos; por ello la mejor venganza es el olvido. Harold Hart Crane.

Sólo con quien te ama puedes mostrarte débil sin provocar una reacción de fuerza. Theodor W. Adorno.

Amar es verse como otro ser nos ve. María Zambrano.

Saber amar sólo consiste, a la larga, en saber soportar con grandeza de ánimo las molestias que nos causa la presencia diaria del ser amado. Noel Clarasó.

El amor no tiene nada que ver con lo que esperas conseguir, sólo con lo que esperas dar; es decir, todo. Katharine Hepburn.

 

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