Martes, 8 de Mayo de 2018

La verdadera satisfacción no depende de lo que tenemos; un tonel grande era suficiente para Diógenes, pero el mundo era demasiado pequeño para Alejandro Magno. Charles Caleb Colton.

Más fino de lo necesario. Nuestro sentido para observar si otros perciben nuestras flaquezas es mucho más fino que nuestro sentido para observar las flaquezas de otros: de lo que se deduce, por tanto, que es más fino de lo necesario. F. Nietzsche.

Amor y dualidad: ¿qué es el amor sino comprender y alegrarse de que otro viva, actúe y sienta de manera diferente y opuesta a la nuestra? Para que el amor supere con la alegría los antagonismos no debería suprimirlos, negarlos. Incluso el amor a sí mismo contiene como presupuesto suyo la dualidad (o la pluralidad) indisoluble, en una sola persona. F. Nietzsche.

Lo que una mujer desea es sentir que se la necesita. Película Su único deseo.

Del hombre es la captación de los infinitos matices de las cosas y del mundo, el gesto amistoso que tiende puentes de coincidencia y acercamiento entre todos, la sonrisa acogedora que sabe poner en todas las situaciones un hábito de esperanza y cordialidad, el saludo claro y el apretón de manos encendido, como un símbolo de disponibilidad, al servicio de todos. A. Ortega Gaisán.

Acaso, debiéramos aprender de los niños. Porque, es verdad, la alegría se recuerda como un estado feliz en el que, ausente la inquietud y la preocupación, el niño se revuelca jubiloso en el bien concreto de la más pequeña. chuchería. Se nos ha dicho que trabajemos por hacernos como niños. Y su secreto no estaba en la ausencia de problemas —que el niño ni los sospecha, siquiera—, sino en la entrega gozosa y feliz a cada instante, a cada ocupación. A. Ortega Gaisán.

¡Qué sentimiento más razonable que el deseo de adquirir o conservar lo necesario para las atenciones propias y de aquellas personas de cuyo cuidado encargan el deber o el afecto! Él previene contra la prodigalidad, aparta de los excesos, preserva de una vida licenciosa, inspira amor a la sobriedad, templanza en todos los deseos, afición al trabajo. Pero este mismo sentimiento, llevado a la exageración, impone ayunos que Dios no acepta, frío en el invierno y calor en el verano, mal cuidado de la salud, abandono en las enfermedades, mortifica con privaciones a la familia, niega todo favor a los amigos, cierra la mano para los pobres, endurece cruelmente el corazón para toda clase de infortunios, atormenta con sospechas, temores, zozobras, prolonga las vigilias, engendra el insomnio, persigue y agita con la aparición de espectros robadores los breves momentos de sueño, haciendo que no pueda lograr descanso el rico avaro en el angosto lecho, y que sudando con terror despierte. Jaime Balmes.

Nada más conforme a razón que aquel sentimiento de la propia dignidad, que se exalta santamente cuando las pasiones brutales excitan a una acción vergonzosa; que recuerda al hombre lo sagrado de sus deberes y no le consiente deshonrarse faltando a ellos; aquel sentimiento que le inspira la actitud que le conviene tomar según la posición que ocupa; aquel sentimiento que llena de majestad el semblante y modales del monarca; que da al rostro y maneras de un pontífice, santa gravedad y unción augusta; que brilla en la mirada de fuego de un gran capitán y en su ademán resuelto, osado, imponente; aquel sentimiento que a la dicha no le permite alegría descompuesta ni al infortunio abatimiento innoble; que señala la oportunidad de un prudente silencio o sugiere una palabra decorosa y firme; que deslinda la afabilidad de la nimia familiaridad, la franqueza del abandono, la naturalidad de los modales de una libertad grosera; aquel sentimiento, en fin, que vigoriza al hombre sin  endurecerle, que le suaviza sin relajarle, que le hace flexible sin inconstancia y constante sin terquedad. Pero ese mismo sentimiento, si no está moderado y dirigido por la razón, se hace orgullo; el orgullo que hincha el corazón, enhiesta la frente, da a la fisonomía un aspecto ofensivo y a los modales una afectación entre irritante y ridícula; el orgullo que desvanece, que imposibilita para adelantar, que se suscita a sí propio obstáculos en la ejecución, que inspira grandes maldades, que provoca el aborrecimiento y el desprecio, que hace insufrible. Jaime Balmes.

Poco basta para extraviar al hombre, pero tampoco se necesita mucho para corregirle algunos defectos. Es más débil que malo, dista mucho de aquella terquedad satánica que no se aparta jamás del mal una vez abrazado; por el contrario, tanto el bien como el mal los abraza y los abandona con suma facilidad. Es niño hasta la vejez; preséntase a los demás con toda la seriedad posible; mas en el fondo se encuentra a sí propio pueril en muchas cosas y se avergüenza. Se ha dicho que ningún grande hombre le parecía grande a su ayuda de cámara; esto encierra mucha verdad. Y es que, visto el hombre de cerca, se descubren las pequeñeces que le rebajan. Pero más cosas sabe él de sí mismo que su ayuda de cámara, y por esto es todavía menos grande a sus propios ojos; por esto, aun en sus mejores años, necesita cubrir con un velo la puerilidad que se abriga en su corazón. Jaime Balmes.

CAMBIO:

Cuando pasas por un período difícil,  Cuando todo parece que se opone,  Cuando sientes que no puedes soportar ni un minuto más,  nunca te rindas  Porque es la hora y el lugar en que el curso cambiará. Rumi.

Cada nuevo día es otra oportunidad para cambiar tu vida. Anónimo.

Si no le gusta algo, cámbialo. Si no puedes cambiarlo, cambia tu actitud. No te quejes. Anónimo.

No hay duro que no se ablande ni arisco que no se amanse.  Proverbio argentino.

Nos conformamos con vivir infelices porque nos da miedo el cambio y que todo quede reducido a ruinas. Película Comer, rezar, amar.

Las ruinas son un regalo, son un camino a la transformación. Película Comer, rezar, amar.

Creo que si te pulieran serías un diamante en bruto.  Película Las dos señoras Carroll.

La terquedad que manifiestan en perpetuarse las instituciones envejecidas se parece a la obstinación del perfume rancio que quisiera embalsamar nuestros cabellos; a la pretensión del pescado podrido que quisiera ocupar un buen lugar en la mesa; a la persecución de las mantillas del niño que quisieran vestir al hombre; a la ternura de los cadáveres que volvieran para abrazar a los vivos. ¡Ingratos! —dicen las mantillas—. Os he protegido contra el mal tiempo. ¿Por qué no os servís de nosotras? Vengo del mar, dice el pescado. He sido una rosa, dice el perfume. Os he amado, dice el cadáver. Os he civilizado, dice el convento. A todo esto no hay más que una respuesta: Sí; en otros tiempos. Victor Hugo.

Si sale, sale. Si no sale, hay que volver a empezar. Todo lo demás son fantasía. Eduard Manet.

Para el hombre, existir significa remodelar la existencia. Vivir es la voluntad de vivir.  Simone de Beauvoir.

Porque el hombre es trascendencia, jamás podrá imaginar un paraíso. El paraíso es el reposo, la trascendencia negada, un estado de cosas ya dado, sin posible superación. Simone de Beauvoir.

Y cada pocos años nuestros cuerpos experimentan una remodelación completa; tanto si es deseable como si no lo es, nada más natural que el que cambiemos.Truman Capote.

Solo cuando la oruga creyó que el mundo terminaba se transformó en mariposa. Proverbio.

Brindemos por los locos, los inadaptados, los alborotadores, los buscadores de problemas, los que ven las cosas de forma distinta. No siguen las reglas y no tienen respeto por el status quo. Puedes criticarlos, estar en desacuerdo con ellos, glorificarlos o alabarlos. Pero lo único que no puedes hacer es ignorarlos, porque cambian las cosas. Empujan la raza humana hacia delante y mientras algunos los ven como locos, otros los ven como genios. Porque la gente que está lo suficientemente loca para pensar que pueden cambiar el mundo, son los que lo hacen. Steve Jobs.

Si no estás dispuesto a arriesgar lo habitual, tendrás que conformarte con lo ordinario. Jim Rohn.

Si quieres hacer un cambio permanente, deja de centrarte en el tamaño de tus problemas y céntrate en tu tamaño. T. Harv Eker.

El cambio es lo que nos mantiene animados y con deseos de innovar. El cambio es lo que evita que nos estanquemos. El cambio es lo que nos mantiene jóvenes.  Rick Pitino.

No se pierde nada cuando uno se deshace de sus defectos.  Sophia Bedford-Pierce.

En la vida todos pasamos por grandes transformaciones que representan segundas oportunidades. Harrison Ford.

Todos piensan en cambiar la humanidad, y nadie en cambiarse a sí mismo.  León Tolstoi.

¿Por qué expresar nuestras opiniones? Mañana las habremos cambiado. Paul Léautaud, Journal littéraire.

Si uno acepta las expectativas de los demás, especialmente las negativas, nunca podrá cambiar el resultado. Michael Jordan.
Nunca es demasiado tarde, ni en las novelas ni en la vida real, para rectificar. Nancy Thayer.

El medio para hacer cambiar de opinión es el afecto, no la ira. Dalai Lama.

La rueda que chirría es la que recibe más aceite, pero es también la primera que se reemplaza. Marilyn Vos Savant.

La excelencia moral es resultado del hábito. Nos volvemos justos realizando actos de justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, realizando actos de valentía.  Aristóteles.

Mientras más me gusto a mí misma, menos quiero aparentar ser otra persona.  Jamie Lee Curtis.

Cada día cambiamos, cada día morimos y sin embargo soñamos con ser eternos. San Jerónimo.

Érase una vez una pobre serpiente que coleccionaba todas sus pieles. Era el hombre. Jean Giraudoux.

Es mejor salir con gente mejor… Es mejor salir con gente mejor que tú. Elige compañeros cuyo comportamiento sea mejor que el tuyo y tú irás en esa misma dirección.  Warren Buffett.

Estamos muy absortos Estamos muy absortos en asuntos egocéntricos, en nuestra carrera profesional, en la familia, en tener dinero suficiente, en pagar la hipoteca, en comprarnos un coche nuevo, en arreglar el radiador cuando se rompe; estamos muy ocupados con billones de actos pequeños que sólo sirven para salir adelante. De modo que… Mitch Albom.

En la vida, si uno quiere entender, entender realmente cómo están las cosas de este mundo, tiene que morirse por lo menos una vez. Giorgio Bassani.

Yo soy de una raza saludable con larga vida, y nuestras mentes mejoran con la edad. W. B. Yeats.

Cambia . Cambia radicalmente. Deja de hacer las cosas que has estado haciendo siempre. Empieza a hacer cosas que no hayas hecho nunca. Cambia radicalmente, vuélvete una persona nueva y te sorprenderás. (…) Nunca estés esperando que el otro cambie. Osho.

No busquéis porque no hay para el alma un quitamanchas milagroso. Unos se atragantan con pescado y otros al nadar en oro. En su canción Raíces091 (músicos granadinos de los 90).

Las experiencias negativas son las que realmente proporcionan conocimiento, nos obligan a corregir nuestros pasos más pronto o más tarde. Las experiencias positivas sólo nos aportan bienestar. Fernando Díez.

Aquel que no cambia, que no se transforma, no merece el título de filósofo.  Epicteto.

El triunfo no es llegar a la meta. Es estar preparado para seguir ganando. Para seguir luchando. Es volver a marcarse otras metas. Nunca conformarse. Es no volver a necesitar estas pastillas. Es no volver a necesitar este anuncio. El triunfo es dejar de mirarme a mí y empezar a fijarte en ti. Película Gordos.

La evolución está relacionada sobre todo con la capacidad de adaptación ante circunstancias cambiantes.  Documental El relojero ciego de Richard Dawkins.

Es mejor corregir tus propios fallos que corregir los de los demás. Demócrito.

Película Las zapatillas rojas:

  • -No se puede cambiar la condición humana, ¿no?

  • -Creo que se puede hacer algo mejor: ignorarla.

RELACIÓN:

Película Historias de Filadelfia:

-Apenas le conoces.

-Por eso le conozco bien.

La esencia del particularismo es que cada grupo deja de sentirse a sí mismo como parte, y en consecuencia deja de compartir los sentimientos de los demás. José Ortega y Gasset.

Los hombres no viven juntos porque sí, sino para acometer juntos grandes empresas. José Ortega y Gasset.

Me encantan los recibimientos fríos. Película El mundo nunca es suficiente.

Voy andando y en la distancia veo lo que parece un animal, me acerco y veo que es un hombre. Me acerco más y veo que es mi hermano. Película Un corazón en peligro.

Yo paso por la vida repartiendo rayos de sol al pasar. Película La pícara puritana.

Las malas noticias son de naturaleza infecciosa para el que las refiere. W. Shakespeare.

La fresa crece bajo la ortiga, y los frutos más sabrosos progresan y maduran mejor en la vecindad de los de más grosera especie. W. Shakespeare.

El mundo es sólo un teatro donde cada cual ha de representar su papel.  W. Shakespeare.

La mollera sabia hace reverencias al imbécil dorado. W. Shakespeare.

Sólo si encuentras paz dentro de ti mismo, vas a encontrar la verdadera conexión con los demás. Película Antes del amanecer.

Toda vida cercana suele tener implicaciones serias en la propia. Santiago Gamboa.

Es más fácil vivir con una persona del género por el que te sientes menos atraído. Germán Sierra.

De todos los elementos que conforman el subtexto de una persona, ninguno es tan íntimo como el tacto. Si se emplea correctamente, el tacto puede derribar barreras, borrar enfados y crear un sentimiento de confianza y calor humano. Si se usa sin sabiduría, puede erigir barreras, causar fastidio y enfado, y traicionar tanto la fe como la confianza.  Julios Fast.

El contacto demasiado prematuro o intenso o en el sitio inapropiado puede tener efectos devastadores. Julios Fast.

Su ostensible indiferencia es una forma sutil de hacerme sentir incómodo. Cristina Peri Rossi.

La distancia entre ambos era una suerte de espacio variable, que disminuía o aumentaba según los estados de ánimo de Ana. A veces dependía de una palabra a tiempo, pero que él había pronunciado al azar, sin descubrir nunca cuál había sido su oportunidad. A veces dependía, en cambio, de un silencio frío y transparente, un cristal entre los dos. Cristina Peri Rossi.

Uno se iba familiarizando con los seres y las cosas, con los objetos, hasta vivir en una vaga atmósfera indefinida de presencias conocidas y contornos poco nítidos. (…) Hubo que tratar de deshabituarse a los objetos, desacostumbrarse a ellos, para poder apreciar –con mirada de censor- sus virtudes y sus defectos, pero, especialmente, para saber si eran peligrosos o no. Cristina Peri Rossi.

Nos es más fácil permitir una transgresión a la enredadera del balcón (que ya trepa por la ventana) que al visitante que ha osado permanecer media hora de más en nuestra casa. Cristina Peri Rossi.

El rumor permanente de la civilización. Tengo la costumbre de volverme cuando alguien habla a mis espaldas. Cristina Peri Rossi.

Nuestro trato convencional con los seres que nos rodean es con frecuencia desatento, ritual, poco sensible. Entre cada uno de nosotros y los demás se erige una montaña de objetos que nos separan, ofician como verdaderos tabiques que nos condenan a la soledad, tumba y oasis de nuestras aspiraciones. A menudo hasta la taza de té que ofrecemos al visitante es, al mismo tiempo que un gesto de cortesía, una forma distanciadora de señalar nuestros respectivos espacios. De Cristina Peri Rossi.

Aquello era también una enseñanza del país: no hacer nunca preguntas ni mirar de frente. Graham Greene.

En la voluntad de matar que ya estaba en nosotros, nacía el sentimiento de una amistad fuerte. Dos hombres suelen salir de un peligro tuteándose, como una pareja después del abrazo.  Ricardo Güiraldes.

Ahí quedamos todos un rato, como pan que no se vende. Ricardo Güiraldes.

Como acción, amaba sobre todo el andar perpetuo; como conversación, el soliloquio. Ricardo Güiraldes.

Era un espíritu anárquico y solitario, a quien la sociedad continuada de los hombres concluía por infligir un invariable cansancio. Ricardo Güiraldes.

Al principio sufrió por esa frialdad aparente que había adoptado la forma, tan desagradable, de la camaradería. De Anna Gavalda.

Los castillos son siempre más conmovedores que sus dueños. Anna Gavalda.

La conversación ha vuelto a ganar cuerpo, un cuerpo hecho de sensatez y estupidez bienintencionada. Anna Gavalda.

Hay personas sólidas y personas traslúcidas. Las primeras están formadas por una materia que no favorece las confusiones. (…) Con su presencia llenan el espacio en el que se encuentran. (…) Resulta inevitable referirse a ellas en una conversación. María  de la Pau Janer.

En Mallorca dicen que el tiempo que transcurre en la mesa no cuenta. La conversación y los ágapes suculentos tienen el poder mágico de conjurar el paso del tiempo y detenerlo. Por eso nadie envejece en la mesa. María de la Pau Janer.

Ella es como los pajarillos de vuelo breve. Se cansa en seguida de todo. María  de la Pau Janer.

Si no se pudiera hablar respecto a lo que atañe a los demás, el mundo sería un lugar deprimente y peligroso. Piensa en lo que hizo Josif Stalin. Haruki Murakami.

Y en el territorio anónimo que se encuentra en la prolongación del pensamiento concibo un sueño: un feto ciego llamado comprensión flota en un líquido amniótico opresivo y vacío llamado incomprensión. Haruki Murakami.

Con eso basta. Estamos mirando la misma luna del mismo mundo. Estamos ligados a la realidad por una sola línea. Haruki Murakami.

A la gente se le olvida (…) que el aroma de una flor, de una rosa, por ejemplo, es lo que apreciamos más nosotros los humanos, pero para la rosa ese olor es su basura, su manera de sacarse de adentro lo que no necesita. Es así como crece la rosa, igual que nosotros, saben, deshaciéndonos de lo que no nos hace falta. El sudor, la saliva, otras cosas. Los sueños durante la noche. Si no amas la basura de la gente, no vas a entenderla nunca, es una manera de conocer lo que llevan dentro, lo que esconden, a través de los desperdicios que echan de sus hogares o de sus cuerpos o de sus mentes. Ariel Dorfman.

El paisaje es la ausencia de las personas que lo habitan. Ricardo Menéndez Salmón.

Así como el sexo derriba todas la barreras que el lenguaje levanta en la vigilia, así la inminencia de la muerte contamina el ambiente. (…) quizá, en realidad la muerte apenas sea eso: la prueba que derriba todos los convencionalismos. Ricardo Menéndez Salmón.

El visitante había dejado de existir para él, olvidado como un mal presagio o como una polilla que gira en torno a su tumba de cuarenta vatios. De Ricardo Menéndez Salmón.

 

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