Lunes, 30 de Diciembre de 2019

El silencio del asesino  (Concha García Narváez):

-¡Qué fastidiosas son las personas desocupadas!

-Se aprende mucho hablando con la gente; pero hay que hacerlo sin prisas.

-Lo que antes califiqué de cinismo repugnante, se convirtió en ingeniosa osadía.

-Peter Marlowe es un cínico y brutal asesino; pero él no ha matado a alguien a quien yo estimaba, sino a alguien a quien odiaba… Lo que ocurre es que somos humanos (…). Y eso conlleva que nuestros corazones no puedan ser totalmente ecuánimes; sin embargo, por encima de los sentimientos están los comportamientos. Sintamos lo que sintamos, seremos justos si actuamos con justicia.

No se puede dejar descansar a la memoria, no se puede uno arrellanar en la comodidad del olvido, porque el hombre ¿es memoria o qué?  Juan Gelman.

Cuando no se piensa lo que se dice es cuando se dice lo que se piensa. Jacinto Benavente. A.  Graf.

No hay superstición que no haya nacido de alguna debilidad. J. Benavente.

Nacionalismo (revista Qué leer de febrero de 1999):

  • Las grandes naciones han actuado siempre como gángsters, y las pequeñas como prostitutas. Stanley Kubrick.

  • El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad. Albert Einstein.

  • El orgullo más barato es el orgullo nacional, que delata en quien lo siente la ausencia de cualidades individuales de las que pudiera enorgullecerse. Goethe.

Las revoluciones se producen en los callejones sin salida. Bertolt Brecht.

Telón de boca (Juan Goytisolo):

  • El libro de su vida carecía de argumento (…). El deseo de atribuir posterior coherencia a sucesos dispersos implicaba un engaño que podía funcionar con los demás pero no consigo mismo. ¿Merecía la pena tanto esfuerzo para resultado tan magro? Se inclinaba a pensar que no. Que su conducta e ideas corrieran el riesgo de ser mal interpretadas, y de hecho lo eran, ¿tenía acaso importancia? (…) Su escritura no sembraba pistas sino borraba huellas: él no era la suma de sus libros sino la resta de ellos. Faltaba únicamente el finiquito y no tardaría en llegar.

  • Solo tenía una certeza: las sombras se adensaban y, en proporción inversa, la materia se desvanecía.

  • Comparaba su vida, lo que le restaba de vida, a una rueda de bicicleta cuyo impulso exterior pierde ímpetu y fuerza.

  • Le atormentaba la idea de dejar el mundo, no por el hecho natural de dejarlo sino por irse sin haber desentrañado un posible sentido: la supuesta experiencia le había extrañado de la vida y sus ritmos; el afán de conocimientos había concluido en desaprendizaje de todos sus saberes y certidumbres. Nada quedaba de él sino la sombra proyectada por la ventanilla de un tren en marcha a un punto de destino desconocido

  • ¿Quién había tenido la idea funesta de medir el tiempo y sujetar sus vidas a la tiranía irrisoria del reloj?

  • Su precariedad le imponía una mayor ligereza. Si miraba atrás, la existencia se reducía a una sucesión de abandonos de cuanto ilusoriamente creyó poseer. Nada, absolutamente nada de los bienes e ideas heredados subsistía. No había continuidad alguna entre su pasado de niño, joven, adulto y el cuerpo cansino al que se acomodaba a regañadientes. Su nombre y apellidos apenas le identificaban. Él ya no era él. O lo era superficialmente. Desde que ella partió, todo había empequeñecido.

  • Hacer que lo que existió jamás hubiese existido no entraba en los poderes de Dios, pero sí en los del olvido.

  • Un día ella le dijo: vivir contigo es pasar el aprendizaje de la soledad. No sé si reprochártelo o darte las gracias.

  • El olvido era el auténtico Dios: su poder omnímodo desmentía el del Creador y sus criaturas efímeras.

  • Anochecía en torno a él y él mismo anochecía.

  • El tiempo era un jinete ciego que nadie podía descabalgar. Arrasaba a su paso cuanto parecía duradero, transformaba el paisaje, reducía sueños a cenizas. Su ayer se componía de escenarios desvanecidos.

  • La vida no era sueño sino alucinación…

  • El libro de su vida carecía de argumento: sólo hallaba fragmentos de página, piezas mal encajadas o sueltas, esbozos de una posible trama.

  • Pronto llegaría su turno y llegaría al finisterre del acantilado.

  • Pero la caducidad carecía de fecha (…). El telón de boca de las montañas seguía en manos del tramoyista.

  • Mitos, ceremonias, preces y sacrificios al gran demiurgo escindido: el bueno que dejaba hacer sin enterarse de nada y el malo que sí sabía lo que se hacía.

  • Sin piras, patíbulos, fusilamientos, guillotinas, la autoridad terrenal no existiría; pero los manipuladores del miedo la extendían al más allá.

  • Yo fui inventado a lo largo de milenios de querellas bizantinas y dejaré de existir el día en que el último de tus semejantes cese de creer en mí.

  • Ya sé que no crees en mí, más nada puedes frente a los que en mi creen.

  • Te lo digo en cruel castellano: habéis nacido para perpetuar el olvido.

  • Sólo tenéis una certeza, pero no queréis mirarla a la cara: es la igualdad de los muertos.

  • Aunque fuiste engendrado por una gotica de esperma y a mí me fabricaron a golpe de especulación y concilio, los dos tenemos lo primordial en común: la inexistencia.

  • Más, desde que me creasteis omnipresente y eterno, os contemplo de forma retrospectiva

  • Si despiertas no me verás y si no despiertas todo habrá concluido

L. A. SÉNECA:

-No hay ninguna cosa buena que no tenga su base en la razón.
-Ningún descubrimiento se haría ya si nos contentásemos con lo que sabemos.
-No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas.
-Cuando ya no se tienen esperanzas es cuando no hay que desesperar de nada.
-Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos.
-El tiempo descubre la verdad.
-La armonía total de este mundo está formada por una natural aglomeración de discordancias.
-La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada.
-El esfuerzo llama a sí a los mejores.
-El tiempo pone muchas veces el remedio a aquello que no ha podido ponérselo la razón.
-La naturaleza nos ha dado las semillas del conocimiento, no el conocimiento mismo.
-Pobre no es el que tiene poco, sino el que mucho desea.
-Siempre es peor el día siguiente.
-No hay viento favorable para el que no sabe donde va.
-Considera las contrariedades como un ejercicio.
-Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente.
-Merece salir engañado el que al hacer un beneficio, cuente con la recompensa.
-El favor consiste no en lo que se hace o se da, sino en el ánimo con que se da o se hace.
-El fuego prueba el oro, la adversidad, a los hombres fuertes.
-La voluntad es la que da valor a las cosas pequeñas.
-En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto.
-El habla es el espejo de la mente.
-Vencer sin peligro es ganar sin gloria.
-Seas parco en elogiar, y más parco todavía en vituperar.
-Las penas pequeñas son locuaces, las grandes son mudas.
-Nuestra naturaleza está en la acción. El reposo presagia la muerte.
-Si no se sabe a qué puerto se quiere navegar, ningún viento es favorable.
-Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad.
-Una buena conciencia no teme a ningún testigo.
-El peor enemigo es el que está encubierto.
-Es, a menudo, más conveniente disimular que vengarse.
-Estudia, no para saber más, sino para saber algo mejor.
-El honor prohíbe acciones que la ley tolera.
-El lenguaje de la verdad debe ser simple y sin artificios.
-Concluye donde quieras, con tal de que pongas un buen final.
-El que puede soportar con firmeza las grandes ofensas puede también vengarlas.
-Nadie puede ganar sin que otro pierda.
-El camino del vicio no solamente se desliza, sino que se precipita hacia abajo.

 

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