Lunes, 25 de Octubre de 2021

WILLIAM FAULKNER:

Lo más triste es que la única cosa que se puede hacer durante ocho horas al día es trabajar.

Lo más triste del amor es que no sólo no puede durar siempre, sino que las desesperaciones son también olvidadas pronto.

La vida es un camino sin retorno.

Se puede confiar en las malas personas… No cambian jamás.

La sabiduría suprema es tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen.

Leer, leer, leer todo, clásicos, desconocidos, buenos, malos, ver cómo escriben, leer y absorberlo. Luego escribes. Si es bueno lo conservas, sino lo tiras por la ventana.

Vivir en cualquier parte del mundo hoy y estar contra la igualdad por motivo de raza o de color es como vivir en Alaska y estar contra la nieve.

Los que pueden actúan, y los que no pueden, y sufren por ello, escriben.

Siempre sueña y apunta más alto de lo que sabes que puedes lograr.

Un escritor es intrínsecamente incapaz de decir la verdad; por eso llamamos ficción a lo que escribe.

Si me fuera a reencarnar, quisiera volver al mundo como un buitre: nadie lo odia, ni lo envidia, ni lo desea, ni lo necesita; jamás lo molestan y nunca está en peligro; además, le mete el diente a cualquier cosa.

Un paisaje se conquista con las suelas del zapato, no con las ruedas del automóvil.

Para ser grande hace falta un noventa y nueve por ciento de talento, un noventa y nueve por ciento de disciplina y un noventa y nueve por ciento de trabajo.

Cuando adviertes que nada sirve de ayuda -religión, orgullo, nada- es cuando adviertes que no necesitas ayuda.

Tal vez la única cosa peor que tener que dar gratitud constantemente es tener que aceptarla.

El alcohol te enseña a confundir el fin con los medios.

El dinero no vale nada; lo que te compras sí.

Este es un país libre. La gente tiene derecho a enviarme cartas, y tengo derecho a no leerlas.

No te preocupes por ser mejor que tus contemporáneos o predecesores. Intenta ser mejor que tú mismo.

Aquello que se considera ceguera del destino es en realidad miopía propia.

El pasado nunca se muere, ni siquiera es pasado.

Quizás tuvieron razón en colocar el amor en los libros… Quizás no podía existir en ningún otro lugar.

Si me dan a elegir entre la tristeza y la soledad, me quedo con la tristeza.

En mi opinión, los hechos no tienen nada que ver con La Verdad.

Inteligencia es el poder de aceptar el entorno.

El sexo y la muerte: la puerta de delante y la puerta de atrás del mundo.

El campo de batalla solamente revela al hombre su propia estupidez y desesperación, y la victoria es una ilusión de filósofos e imbéciles.

La pureza es un estado negativo y por tanto contrario a la naturaleza.

Hombre pobre, humanidad pobre.

Siempre se lamenta haber adquirido hábitos frívolos.

Se diría que el hombre puede soportarlo todo. Incluso lo que no ha hecho. Incluso la idea de que no puede soportar más.

A la gente no le gusta tener delante a un tonto. Trae mala suerte.

Un escritor necesita tres cosas: la experiencia, la observación y la imaginación, dos de las cuales, a veces una de las cuales, puede suplantar la falta de las demás.

Si vamos despacio, ya será de noche cuando lleguemos.

Algunas personas son amables sólo porque no se atreven a ser de otra manera.

La falta de seguridad, de felicidad, honor, sólo son importantes para su paz y su contento, y el arte no tiene nada que ver con la paz y el contento.

Un escritor debe enseñarse a sí mismo que la cosa más baja es el miedo.

El pecado, el amor y el miedo son sólo los sonidos que las personas que nunca pecaron, ni amaron ni han sentido miedo pronuncian pensando que saben lo que significan esas palabras.

El artista, Lo echa todo por la borda: el honor, el orgullo, la decencia, la seguridad, la felicidad, todo, con tal de escribir el libro.

El arte tampoco tiene nada que ver con el ambiente; no le importa dónde está.

Un artista, es completamente amoral en el sentido de que será capaz de robar, tomar prestado, mendigar o despojar a cualquiera y a todo el mundo con tal de realizar la obra.

Para escribir una buena obra no hay ningún recurso mecánico, ningún atajo.

El artista es responsable sólo ante su obra.

El mejor empleo que jamás me ofrecieron fue el de administrador de un burdel. En mi opinión, ese es el mejor ambiente en que un artista puede trabajar.

Toda obligación de un escritor es hacer su obra lo mejor que pueda hacerla; cualquier obligación que le quede después de eso, puede gastarla como le venga la gana.

El escritor no necesita libertad económica. Todo lo que necesita es un lápiz y un poco de papel. Que yo sepa nunca se ha escrito nada bueno como consecuencia de aceptar dinero regalado.

Seguir mi norma, me hace sentir bien, del mismo modo que observar un pájaro me hace sentir bien.

Si el escritor está interesado en la técnica, más le vale dedicarse a la cirugía o a colocar ladrillos.

No tengo tiempo para pensar en quién me lee. No me interesa la opinión de Juan Lector sobre mi obra ni sobre la de cualquier otro escritor.

El artista, será completamente despiadado si es un buen artista. Tiene un sueño, y ese sueño lo angustia tanto que debe librarse de él. Hasta entonces no tiene paz.

Un hombre es la suma de sus desdichas. Se podría creer que la desdicha terminará un día por cansarse, pero entonces es el tiempo el que se convierte en nuestra desdicha.

El éxito es femenino e igual que una mujer: si uno se le humilla, le pasa por encima. De modo, pues, que la mejor manera de tratarla es mostrándole el puño. Entonces tal vez la que se humille será ella.

Mi propia experiencia me ha enseñado que los instrumentos que necesito para mi oficio son papel, tabaco, comida y un poco de whisky.

Nada puede destruir al buen escritor. Lo único que puede alterar al buen escritor es la muerte. Los que son buenos no se preocupan por tener éxito o por hacerse ricos.

Nada puede perjudicar la obra de un hombre si éste es un escritor de primera, nada podrá ayudarlo mucho.

El buen escritor nunca recurre a una fundación. Está demasiado ocupado escribiendo algo. Si no es bueno de veras, se engaña diciéndose que carece de tiempo o de libertad económica.

A un artista, un mal ambiente sólo le hará subir la presión sanguínea, al hacerle pasar más tiempo sintiéndose frustrado o indignado.

Un artista es una criatura impulsada por demonios.

Cualquiera que sea su símbolo -la cruz o la media luna o lo que fuere-, ese símbolo es para el hombre el recordatorio de su deber como miembro de la raza humana.

Las diversas alegorías del cristianismo, son los modelos con los que se mide a sí mismo y aprende a conocerse.

Cuando la técnica no interviene, escribir es también más fácil en otro sentido. Porque en mi caso siempre hay un punto en el libro en el que los propios personajes se levantan, toman el mando y completan el trabajo.

Puesto que ninguna de mis obras ha satisfecho mis propias normas, debo juzgarlas sobre la base de aquélla que me causó la mayor aflicción.

A nadie le falta cristianismo, si nos ponemos de acuerdo en cuanto al significado que le damos a la palabra. Se trata del código de conducta individual.

Todo el mundo hablaba de Freud cuando yo vivía en Nueva Orleáns, pero nunca lo he leído.

Un escritor, debe utilizar, como uno de sus instrumentos, el ambiente que conoce.

La violencia es simplemente una de las herramientas del carpintero. El escritor, al igual que el carpintero, no puede construir con una sola herramienta.

Aquello era una historia: la historia de Charlotte Rittenmeyer y Harry Wilbourne, que lo sacrificaron todo por el amor y después perdieron eso.

La música, expresaría mejor y más simplemente lo que yo escribo, pero yo prefiero usar palabras, del mismo modo que prefiero leer a escuchar.

Yo no sé nada sobre la inspiración, porque no sé lo que es eso. La he oído mencionar, pero nunca la he visto.

Puesto que mi talento reside en las palabras, debo tratar de expresar torpemente en palabras lo que la música pura habría expresado mejor.

Un escritor trata de crear personas creíbles en situaciones conmovedoras creíbles de la manera más conmovedora que pueda.

La composición de una historia es simplemente cuestión de trabajar hasta el momento de explicar por qué ocurrió la historia o qué otras cosas hizo ocurrir a continuación.

El artista está un peldaño por encima del crítico, porque el artista escribe algo que moverá al crítico. El crítico escribe algo que moverá a todo el mundo menos al artista.

Puesto que los seres humanos sólo existen en la vida, tienen que dedicar su tiempo simplemente a estar vivos.

Mi obra tiene que complacerme a mí, y si me complace entonces no tengo necesidad de hablar sobre ella.

A la vida no le interesa el bien y el mal. Don Quijote elegía constantemente entre el bien y el mal, pero elegía en su estado de sueño.

El tiempo que un hombre puede dedicarle a la moralidad, tiene que quitárselo forzosamente al movimiento del que él mismo es parte.

Yo no soy un literato; sólo soy un escritor. No me da gusto hablar de los problemas del oficio.

Para el hombre, su conciencia moral es la maldición que tiene que aceptar de los dioses para obtener de éstos el derecho a soñar.

El artista no tiene tiempo para escuchar a los críticos. Los que quieren ser escritores leen las críticas, los que quieren escribir no tienen tiempo para leerlas.

La cualidad que un artista debe poseer es la objetividad al juzgar su obra, más la honradez y el valor de no engañarse al respecto.

El buen artista cree que nadie sabe lo bastante para darle consejos, tiene una vanidad suprema. No importa cuánto admire al escritor viejo, quiere superarlo.

Los libros que leo son los que conocí y amé cuando era joven y a los que vuelvo como se vuelve a los viejos amigos: El Antiguo Testamento, Dickens, Conrad, Cervantes… leo el Quijote todos los años.

Había muchas cosas que yo podía hacer durante dos o tres días a fin de ganar suficiente dinero para vivir el resto del mes.

Los dos grandes hombres de mi tiempo fueron Mann y Joyce. Uno debe acercarse al Ulysses de Joyce como el bautista analfabeto al Antiguo Testamento: con fe.

Para subsistir en mis comienzos, yo podía hacer un poco de casi cualquier cosa: manejar lanchas, pintar casas, pilotar aviones.

El escritor joven que siga una teoría es un tonto. Uno tiene que enseñarse por medio de sus propios errores; la gente sólo aprende a través del error.

 

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