Lunes, 10 de Septiembre de 2018

La idea de ‘comprender’ tiene que ver con lo común entre lo diferente, en contraste con la idea de ‘observar’ que más tiene que ver con lo diferente entre lo similar. Jorge Wagensberg.

Dichas que se pierden son desdichas más grandes.  Pedro Calderón de la Barca.

El secreto de tu pecho no lo digas ni a tu amigo: mientras la amistad le falta será contra ti testigo. Copla popular.

Los verdaderos problemas de tu vida siempre serán cosas que jamás llegaron a preocuparte. Película Una cuestión de tiempo.

Mi padre solía decir que hay cuatro cosas que revelan lo que es un hombre: su casa, su coche, su mujer y los zapatos. Película La guerra de los Rose.

Por haberme comportado prudentemente en la juventud, me voy haciendo romántico con la edad. Jane Austen.

Cuando las cosas llegan a lo peor ellas mismas se encargan de ser como antes. Película Macbeth.

Deus nudus est [Dios está desnudo], decía Séneca. Yo temía que estuviera metido dentro de sus vestiduras. Y es más: los vestidos no sólo hacen a las personas, sino también a los dioses. F. Nietzsche.

No hay arte que descubra la condición del alma. Película Macbeth.

… pero entonces llegó la segunda parte del plan. Me dijo [mi padre] que volviera a vivir cada día casi exactamente igual. La primera vez, con todas las tensiones y preocupaciones que nos impiden fijarnos en lo bonito que es el mundo, pero la segunda vez, fijándome [más atento, vivir con más pasión los acontecimientos]… aunque algunos días, claro, sólo quieres vivirlos una sola vez. Película Una cuestión de tiempo.

Sostenía que era un error considerar el Yo como una síntesis unitaria. Ernst Jones [sobre S. Freud].

Nada es más útil al hombre que aquellas artes que no tienen ninguna utilidad.  Ovidio

Película Definitivamente, quizás:

  • El corazón humano esconde tesoros en secreto guardados, en silencio sellados, pensamientos, esperanzas, sueños y placeres cuyo encanto se rompería si fueran revelados.

  • La belleza, los ideales, el amor… ¡Ya no significan nada! Sólo significa el poder y el dinero. April.

  • Deberías buscar un poco de ayuda, ir a rehabilitación de la vida. Will Hayes a April.

  • Quiero casarme contigo porque eres la primera persona a la que quiero ver cada mañana y la única a la que quiero dar un beso de buenas noches. Porque la primera vez que vi estas manos, no imaginaba mi vida sin poder cogerlas. Pero sobre todo, cuando amas a alguien como yo a ti, casarse es lo único que queda por hacer.

 CONFUCIO:

Todavía no he visto a nadie que amase tanto la virtud como se ama la belleza del cuerpo.

Uno no debe pensar jamás en la distancia, sea cual fuere, que nos separa de la virtud.

Es preciso pagar con equidad el odio y las injurias, y el bien con el bien.

El hombre superior se aflige por su impotencia por hacer el bien; no se aflige por ser ignorado y mal conocido por la gente.

La impaciencia caprichosa arruina los mayores proyectos.

El filósofo dijo: yo no deseo perder el tiempo hablando.

Naturaleza humana verdadera: amor al hombre = bondad.

Sobre la crítica: yo no tengo tiempo para tales cosas.

Nunca hubo un gran hombre que no tuviera algunos odios genuinos.

Cuando un caballero se arrepiente de sus errores, los repara con actos. Cuando un hombre vulgar se arrepiente de sus errores, los repara con palabras.

Todo lo creado por Dios es lo que llamamos naturaleza humana.  Cumplir la ley de nuestra naturaleza humana es lo que llamamos ley moral.

Hay hombres que llevan una vida en armonía con el orden moral universal y viven desconocidos del mundo e inadvertidos de los hombres, sin ninguna inquietud. Sólo los hombres de naturaleza divina, santos son capaces de esto.

El verdadero hombre pone en orden su propia conducta personal y no busca nada en los otros, por lo tanto no tiene quejas que presentar.

Honrar a los que valen más que nosotros es la más alta expresión del sentido de justicia.

En todos los asuntos el éxito depende de la preparación.

Cuando lo que ha de decirse se determina previamente no habrá dificultad en el discurso.

A fin de aprender a ser uno mismo es necesario un amplio conocimiento de lo que se ha dicho y hecho en el mundo, investigarlo críticamente, meditarlo cuidadosamente, examinarlo claramente y seriamente llevarlo a cabo.

No importa lo que aprendas, pero cuando aprendas una cosa, no debes dejarla hasta que la hayas dominado. No importa lo que investigues… pero no lo dejes hasta que hayas obtenido lo que quieras.

El hombre superior, por una sola palabra que se le escapa, es considerado como muy ilustrado sobre los principios de las cosas; y por una sola palabra es considerado como si no supiera nada.  Es preciso, pues, poner una gran circunspección en las propias palabras de uno.

El hombre superior tiene tres apariencias cambiantes:

  • Si se le considera de lejos, parece grave, austero.

  • Si nos acercamos a él, le encontramos dulce, afable.

  • Si oímos sus palabras, nos parece severo y rígido.

Hombre superior:

  • Amable-gentil.

  • De principios morales.

  • Ama el estudio.

  • Perfectamente flexible.

  • Cuidadoso de su propia conducta.

  • Cierto desprecio por la mera vida lujosa.

SÉNECA: 

Si quieres no temer ni esperar, da por pasada la vida.

Así es crueldad perdonar a todos como a ninguno.

Buen juicio y mucha plática [conversación], pocas veces se juntan.

Más virtud es favorecer al malo por razón del bueno, que por causa del malo no ayudar al bueno.

Nunca es tarde para vivir bien.

El que más experiencia tiene, teme más los peligros.

La ignorancia en las gentes siempre está en su principio [aumenta con el tiempo].

Muchos hay que amando matan.

Cosas hay en que la ley nos da lugar, y vergüenza le quita.

El que tarde dio, por mucho tiempo no quiso dar.

Si de alguna cosa tuvieras necesidad, a ti mismo pídela prestada.

Pide el beneficio el que a la memoria lo trae.

Menos dolor produce la desgracia que de antemano se teme.

Guarda es de reinos el miedo.

Ejercítese antes de la obra, el que en ella se quisiere ver expedito.

Mejor es precaver lo venidero que disputar sobre lo pasado.

El precio de la virtud es ella misma.

La dificultad de los tiempos es ley de la naturaleza.

Parte de inocencia es la ceguedad.

Pierde su gracia lo que muchas veces se mira.

Al que va de prisa se le hace grande un pequeño estorbo.

Todo arte es imitación de la naturaleza.

Todo lo puede esperar el hombre mientras vive.

Al desdichado no hacer nada es lo mejor.

Nadie aceptaría la vida si al tiempo de recibirla tuviese entendimiento.

No hay determinación tan general, que en parte no falle.

Nunca te rindas a la fortuna [azar].

Solamente sabe mucho el que sabe lo bastante para vencer.

No se debe adquirir el amigo en la mesa.

FIÓDOR MIJÁILOVICH DOSTOYEVSKI:

El incremento de conciencia [moral] viene a ser proporcional a la pérdida de la capacidad vital [la conciencia no sólo es la enfermedad del hombre civilizado, sino que mata la vida].

Para la mujer, toda reforma, toda salvación de cualquier clase de ruina y toda renovación moral, está en el amor.

El hombre se complace en enumerar sus pesares, pero no enumera sus alegrías.

El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para que se vive.

El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.

La mujer, sólo el diablo sabe lo que es; yo no lo sé en absoluto.

Después de un fracaso, los planes mejor elaborados parecen absurdos.

Hermanos, no temáis al pecado de los hombres; amad al hombre aún en su pecado, pues un tal amor aseméjase a Dios.

Los celosos son los primeros que perdonan, todas las mujeres lo saben.

Creo en la vida eterna en este mundo, hay momentos en que el tiempo se detiene de repente para dar lugar a la eternidad.

¿Tengo yo la culpa de no poder soportar ahora un día de duda?

Decirle que me muero solo, que no me rechace, pero usted se ríe…por lo demás, hablo sólo para hacerla reír…

¿Quién sabe si quizá todo el amor mío no fue más que un engaño de los sentidos, de la fantasía?

Y le apena a uno que esa instantánea belleza se haya marchitado de manera tan rápida e irrevocable, que haya brillado tan engañosa e ineficazmente ante uno; le apena el que ni siquiera hubiese tiempo bastante para enamorarse de ella…

Cuando digo que mira, miento. No mira, sino que contempla distraídamente. De modo que quizá sólo fugazmente, casi sin querer, puede ocuparse de lo que le rodea.

En dos segundos me ha hecho usted feliz para siempre. Si, feliz. Quien sabe, quizá me ha reconciliado conmigo mismo, quizá ha resuelto mis dudas… quizá hay también para mi minutos así…

El castillo de sus ilusiones se ha venido abajo sin estrépito, sin dejar rastro, se ha esfumado como un sueño; y él ni siquiera se percata de que ha estado soñando.

Me acosan unos pensamientos tan extraños y unas sensaciones tan lúgubres, se agolpan en mi cabeza unas preguntas tan confusas, que no me siento ni con fuerzas ni con deseos de contestarlas. No seré yo quien ha de resolver todo esto.

Dígame… ¿por qué en tales momentos se corta el aliento? Por lo visto no había oído mis pasos y ni siquiera se movió cuando, conteniendo el aliento y con el corazón a galope, pase junto a ella…

¿O fue creado para estar siquiera un momento en las cercanías de tu corazón?

La miré fugazmente. Todos los días sueño que por fin voy a encontrar a alguien. ¡Si supiera usted cuantas veces he estado enamorado de esa manera!

Con un dolor de corazón en que se mezclan la angustia y la dulzura.

¿Y ya con que voy a soñar, cuando he sido tan feliz despierto?

Me puse a consolarla, a buscar razones que explicaran la ausencia de él, a ofrecer argumentos y pruebas. Nadie era tan fácil de engañar como ella entonces, porque en momentos así todos escuchamos con alegría cualquier palabra de consuelo y nos contentamos con una sombra de justificación.

Bajó los ojos y luego quiso mirarme pero no pudo. Durante algunos minutos probó a dominar su emoción, pero de pronto me volvió la espalda, puso los codos en la barandilla del muelle y se deshizo en lágrimas.

En ese instante sentí una horrible tristeza y, sin embargo, algo así como un brote de risa empezó a cosquillearme el alma.

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