Jueves, 31 de Enero de 2019

Siempre busqué fuera la fuerza y la confianza que necesito, pero llegan de dentro. Están allí siempre. Anna Freud.

¿Porque es tan difícil querer, siendo tan fácil desear? Porque en el deseo habla la impotencia y en el querer la fuerza. Gustav A. Lindner.

Para ser feliz con los demás es necesario no pedirles aquello que no pueden darnos. Tristán Bernard.

El hombre a quien nadie envidia no es feliz.  Esquilo.

La personalidad es al hombre lo que el perfume a la flor.  Charles M. Schawab.

Ser pobre e independiente es una cosa casi imposible.  William Bobbett.

A victoria sin peligro, triunfo sin gloria.  Pierre Corneille.

Sólo los buenos sentimientos pueden unirnos; el interés jamás ha forjado uniones duraderas.  Auguste Comte.

Mi corazón es joyero de tu beso, dijo la nube de ocaso al Sol.  Rabindranath Tagore.

Nadie aprende, nadie aspira, nadie enseña a soportar la soledad.  Friedrich Nietzsche.

El suceso futuro proyecta su sombra.  Thomas Campbell.

Lo esencial es estar bien consigo mismo.  Voltaire.

Llamo mérito al conjunto de un buen talento y un buen corazón.  José Cadalso.

Siempre hay algo de ridículo en las emociones de las personas que se han dejado de querer.  Oscar Wilde.

No basta con adquirir sabiduría, es preciso, además saber usarla.  Cicerón.

En un mar tranquila todos son buenos pilotos.  Publio Siro.

Se decía de un hombre muy egoísta: pegaría fuego a nuestra casa para freír un par de huevos. N. Chamfort.

Enseñar a quien no tiene curiosidad por aprender es sembrar un campo sin ararlo.  Richard Whately.

Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla.  Stanislaw J. Lec.

Por natural inclinación, todos nos mostramos más prestos a censurar los errores que a loar las cosas bien hechas.  Baltassare Castiglione.

Espera mil años y verás que se vuelve preciosa hasta la basura dejada atrás por una civilización extinta.  Isaac Asimov.

Una de las ventajas de las buenas acciones es la de elevar el alma y disponerla a hacer otras mejores.  Jean-Jacques Rousseau.

Ningún actor existe, hasta que su director le mira.  Gael García Bernal.

Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua.  Antoine de Saint-Exupéry.

Los hombres guerrean para adquirir un pedazo de tierra donde ser prematuramente enterrados.  Santiago Ramón y Cajal.

Quien siempre dice la verdad puede permitirse tener mala memoria. Theodor Heuss.

La conciencia del ridículo suele ser más molesta que la conciencia del pecado.  Amado Nervo.

La lectura hace al hombre completo. La conversación lo hace ágil. La escritura lo hace preciso.  Francis Bacon.

Para todas las heridas del alma, por profundas que sean, el tiempo, ese gran consolador, tiene su bálsamo.  Christoph M. Wieland.

Lo que llamamos nuestra intimidad no es sino nuestro imaginario mundo, el mundo de nuestras ideas. José Ortega y Gasset.

Un corazón es una riqueza que no se vende ni se compra, pero que se regala.  Gustave Flaubert.

El sentimiento es una flor delicada; manosearla es marchitarla.  Mariano José de Larra.

A veces, ante la mala manera de ser de los otros, uno se siente orgulloso de ser uno mismo y no otro.  André Maurois.

No aprendemos en la escuela, sino en la vida.  Séneca.

Hay caídas que nos sirven para levantarnos más felices.  William Shakespeare.

Todos miden su éxito por el fracaso de los demás. Iván Illich.

Donde falta la fuerza, desaparece el derecho; donde aparece la fuerza, el derecho empieza resplandecer.  Maurice Barrès.

Las leyes, como las casas, se apoyan unas en otras.  Edmund Burke.

Poco me satisface aquella ciencia que no ha sabido hacer virtuosos a quienes lo profesaron.  Salustio.

Sólo lo hermoso es cierto, nada es cierto sin belleza.  Alfred de Musset.

He aquí la regla fundamental en los negocios: hazlo a los demás, puesto que ellos te lo harán a ti.  Charles Dickens.

No dudarían mucho las disputas si el error estuviera de un solo lado.  F. de la Rochefoucauld.

Es una desgracia que haya un intervalo tan pequeño entre el tiempo en que somos demasiado jóvenes y el tiempo en que somos demasiado viejos.  Montesquieu.

No se enganchan a la misma lanza el caballo fogoso y la cierva temerosa. Iván Turguéniev.

Sólo un tonto mete los dos pies en el agua para ver su profundidad.  Proverbio africano.

No se odia mientras se menosprecia. No se odia más que a un igual o un superior.  Friedrich Nietzsche.

De todas las ruinas del mundo, la ruina del hombre [vejez] es, sin duda alguna, el más triste espectáculo.  Théophile Gautier.

La única manera de educar es dando ejemplo, a veces un ejemplo espantoso. Albert Einstein.

El egoísmo no es el amor propio, sino una pasión desordenada por uno mismo.  Aristóteles.

Nada hay más útil que aprender muchas cosas, ni más fácil que oírlas.  Juan Luis Vives.

La estimación es como una flor; una vez pisoteada o ajada, no vuelve a recobrarse nunca.  Giacomo Leopardi.

No sólo la fortuna es ciega, sino que hace ciegos a aquellos que favorece.  Cicerón.

La verdad es una antorcha que luce en medio de la niebla sin disiparla.  Claude A. Helvétius.

Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.  Confucio.

El hombre más necio puede llegar a fingirse erudito por un día o dos.  Oliver Goldsmith.

Poseer la gloria y la juventud es demasiado para un mortal.  Arthur Schopenhauer.

Guárdate bien de decir todo lo que sabes.  Solón.

A dos cosas hay que acostumbrarse, so pena de hallar intolerable la vida: a las injurias del tiempo [vejez] y a las injusticias de los hombres. N. Chamfort.

El secreto de la soledad es que no existe soledad.  Joseph Cook.

Jamás se penetra por la fuerza en un corazón.  Molière.

Yo imagino que es bueno mandar aunque sea a un hato de ganado.  Miguel de Cervantes.

Que no os prohíban leer, ser distintos y escapar del rebaño.  Cristóbal Halffter.

No es dichoso aquel a quien la fortuna no puede dar nada más, sino aquel a quien no puede quitar nada.  Francisco de Quevedo.

Un alma se mide por la dimensión de su deseo, del mismo modo que se juzga de antemano una catedral por la altura de las torres.  Gustave Flaubert.

El ocio es una perversa sirena de la que debemos huir.  Horacio.

Héroes son los que, contra las ideas admitidas, sostienen sus ideas.  Alexis Carrel.

Dile a tu amo que en Cesar, sólo manda Cesar.  Julio Cesar.

En cada paso que damos en la vida, pisamos cien senderos distintos.  José Ortega y Gasset.

Confiamos porque somos precavidos.  Epícteto.

La teoría es el capitán y la práctica el soldado.  Leonardo da Vinci.

Es menester haber estudiado mucho para llegar a saber un poco.  Montesquieu.

Divide y manda: ¡sabio consejo! une y guía: ¡otro lema mucho mejor! Johann W. Goethe.

Los políticos son siempre iguales. Prometen construir un puente incluso donde no hay un río.  Nikita Kruschev.

La lengua es lo mejor y lo peor que poseen los hombres.  Anacarsis.

Dicen que la historia se repite, pero lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan.  Camile Sée.

Al contrario del esquema habitual me he hecho gradualmente más rebelde a medida que envejezco.  Bertrand Russell.

Debido a que prestamos demasiada atención a los defectos de los demás, morimos sin haber tenido tiempo de conocer los nuestros.  Jean de la Bruyère.

Toda la obra de la educación no es más que una superación ética de los instintos.  Gregorio Marañón.

Un libro, como un viaje, comienza con inquietud y se termina con melancolía. José Vasconcelos.

Estate preparado para la batalla si quieres conseguir la victoria. Tomás de Kempis.

Un tonto no dice cosas inteligentes, pero un hombre inteligente dice muchas tonterías.  Gerabert Ibraileanu.

Dos personas que miran al exterior a través de los mismos barrotes; la una ve el fango y la otra las estrellas. Frederic Langbribge.

Los años venideros nos proporcionan muchas ventajas; los pasados nos han quitado otras tantas. Horacio.

Creer inteligente al que sabe muchas cosas de memoria es como considerar sabio al que tiene en su casa una gran biblioteca.  Carlo Dossi.

Soy un árbol fuerte con ramas para muchos pajarillos. Película La noche del cazador.

La única forma de mantener el equilibrio entre tradición y futuro es moverse, crear, hacer nuevos proyectos. No aburrirnos nunca. Me gusta la metáfora de la bicicleta. La mejor manera de mantener el equilibrio es pedalear continuamente, porque si te paras, te caes.  Pierre-Alexis Dumas.

La mayor tentación es conformarse con demasiado poco. Thomas Merton.

Donde los talentos y las necesidades del mundo se cruzan, ahí está nuestra vocación.  Séneca.

Dadnos las herramientas y nosotros terminaremos el trabajo. W. Churchill.

Mis marchas no suenan solo para los victoriosos, sino para los derrotados y los muertos también. Walt Whitman.

Escribir es un acto de violencia contra la realidad.  Patricia Duncker.

Película Último metro:

-El amor hace daño. Como las grandes aves de rapiña planea sobre nosotros. Se detiene y nos amenaza. Pero esa amenaza es una promesa de felicidad.

-Eres hermosa Elena, tan hermosa que mirarte es un sufrimiento.

-Ayer decías que era alegría.

-Es alegría y sufrimiento.

Plinio el Viejo:

  • En la comparación de diversos autores con otros, he descubierto que algunos de los escritores más serios y recientes han transcrito, palabra por palabra, trabajos anteriores, sin hacer reconocimiento.

  • El primer favor denegado anula todos los anteriores.

  • La verdadera gloria consiste en hacer lo que merece escribirse y en escribir lo que merece leerse.

  • Muchas cosas se reputan imposibles antes de haberse realizado.

  • No hay mortal que sea cuerdo a todas horas.

  • No hay libro malo que no contenga algo bueno.

  • Que no pase un día sin leer o escribir por lo menos una línea.

  • Vivir es velar.

  • El mundo, o el cielo si se desea llamar, dentro del cual todo lo que se lleva a cabo, no sin razón se considera un dios: inmenso, engendrado e inmortal.

Plinio el joven:

  • Cuando más felices son los tiempos, más pronto pasan.

  • El mayor número de los males que afectan al hombre provienen del hombre mismo.

  • Hogar es donde habita el corazón.

  • La envidia y aún la apariencia de la envidia es una pasión que implica inferioridad dondequiera que ella se encuentre.

  • Leed mucho, pero no muchas cosas.

 Película El nombre de la rosa:

  • No hay progreso, no hay revolución de las épocas en las vicisitudes del saber, sino, a lo sumo, permanente y sublime recapitulación.

  • Es o ha sido, en muchos aspectos, un gran hombre. Pero precisamente por eso es extraño. Sólo los hombres pequeños parecen normales.

  • Las personas simples siempre pagan por todo.

  • Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mí tan sospechoso como el amor, pues éste penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el amor. Por eso, cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas.

  • Los libros no se han hecho para que creamos lo que dicen, sino para que los analicemos.

  • El conocimiento hace sufrir y aquel que hace crecer su conocimiento hace crecer también su sufrimiento.

  • Un monje debe guardar silencio. No debe dar a conocer sus pensamientos hasta ser interrogado.

  • Querido Adso, ¿no confundirás el amor con la lujuria?

  • Que pacífica sería la vida sin amor, que segura y tranquila. Y que insulsa.

 

 

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