Jueves, 25 de Abril de 2019

SER:

Somos siempre más que aquello que hemos elegido ser y amar. Francesco Alberoni.

En la escuela empezamos a dejar nuestra propia personalidad. Achille Tournier.

En especiales condiciones de talento surge el presentimiento de la diversidad del alma humana, rompen el mito de la unidad de la persona. Hermann Hesse.

El auténtico escritor no se dedica a modular cosas bonitas para los lectores, sino únicamente debe aclararse a sí mismo e interpretar mediante la magia de la palabra su propio ser y sus vivencias, resulte bonito o feo, bueno o malo. Hermann Hesse.

El hombre no es de ninguna manera un ser firme y duradero, es más bien un ensayo y una transición, no es otra cosa sino el puente estrecho y peligroso entre la naturaleza y el espíritu. Hacia el espíritu, hacia Dios, lo impulsa la determinación más íntima; hacia la naturaleza en retorno a la madre, lo atrae el más íntimo deseo: entre ambos poderes vacila su vida temblando de miedo. Hermann Hesse.

El hombre no es totalmente hombre por vivir y recrear su ambiente; el hombre no nace, sino que se hace. Luis Reissig.

Solo deseo ser todo aquello de que soy capaz. Katherine Mansfield.

Toda cosa desea naturalmente mantenerse en su ser. Leonardo da Vinci.

No quiero escribir, no quiero estudiar; quiero, simplemente, ser de verdad; aunque ello me lleve a descubrir que no soy nada. Julio Cortázar.

No se ama sólo para ser felices; se ama simplemente para ser. Christian Chabanis.

Asno eres y asno has de ser. Cervantes.

Todos somos enormemente vulgares y poca cosa. Los hombres extraordinarios son los únicos que lo saben. Nöel Coward.

Continuamos siendo imperfectos, peligrosos y terribles, y también maravillosos y fantásticos. Pero estamos aprendiendo a cambiar. Ray Bradbury.

Dime lo que crees ser y diré lo que no eres. Henri Fréderic Amiel.

Un individuo es meramente un componente en un sistema llamado especie. Imanishi Kinji.

Lo que tú ves del hombre no es precisamente el hombre; es la prisión en la que se halla aherrojado [esclavizado] el lecho oscilante en el que duerme un corto sueño. Guido de Facer de Pibrac.

Es la mente la que crea el mundo que nos rodea y aún cuando nos encontramos juntos, parados en la misma pradera, mis ojos nunca verán lo que los tuyos contemplan y mi corazón nunca se agitará con las emociones que conmueven al tuyo.  George Gissing.

Nada debería recibir un nombre, por temor a que ese mismo nombre lo transforme. Virginia Woolf.

Ama como tú quieras pero nunca les preguntes a los demás. Sé como a ti te dé la gana, pero nunca les digas a los demás como tienen que ser .Moncho Borrajo.

Huid de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura. Antonio Machado.

El desdoblamiento de los hombres en actores y espectadores es el hecho central de nuestra época. Jim Morrison.

Amar significa dar vida, aumentar su vitalidad, dar y estimular al otro, a su ser. Manuel García Morente.

La manera de hacer es ser. Lao Tse.

El cuerpo humano no es más que apariencia, y esconde nuestra realidad. Víctor Hugo.

Un hombre no es sino lo que sabe. Francis Bacon.

Lo que el estilo es a la persona, la estructura es a la obra. Luis Goytisolo.

Serás lo que debas ser o no serás nada. José de San Martín.

La realización conlleva la idea de que lo que sé es definitivo. Pierre Bonnard.

A solas soy alguien. En la calle nadie. Gabriel Celaya.

La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser. Platón.

Lo que sucede hoy aconteció otras veces; lo que se dice, sigue diciéndose y se dirá más adelante; lo que ha de ser, ya fue un día. Antonio Francesco Doni.

El deseo es la verdadera esencia del hombre. Baruch Spinoza.

Pocos ven lo que somos pero todos ven lo que aparentamos. N. Maquiavelo.

El pensar es un misterio; el hablar es un misterio; el hombre, un abismo. Jaime Balmes.

No es posible conocer el alma, los sentimientos, ni los pensamientos de un hombre hasta que lo hayáis visto actuar como poderoso y aplicar las leyes. Sófocles.

Cada hombre es una historia que no se parece a ninguna otra. Alexis Carrel.

El hombre es un milagro químico que sueña. Alfred Conde.

No eres más santo porque te alaben, ni más vil porque te desprecien. Lo que eres, eso eres… Tomás de Kempis.

Sólo quien, por amor, sale del círculo del yo hacia un Tú, da con la puerta que lleva al secreto del ser. Gabriel Marcel.

Silba el viento dentro de mí. Estoy desnudo. Dueño de nada, dueño de nadie, ni siquiera dueño de mis certezas, soy mi cara en el viento, a contraviento, y soy el viento que me golpea la cara. Eduardo Galeano.

Cada cual es como Dios le ha hecho, pero llega a ser como él mismo se hace. Miguel Servet.

Para mí ser humano es concebir lo inconcebible, un pensamiento audaz. El hombre es un compendio de todo, de lo bueno y de lo malo. Es la imagen de Dios y Dios lo es todo. Somos humanos, pero también demonios, santos, profetas, revolucionarios todos complementándose, dependiendo los unos de los otros dentro de un monstruoso gráfico que cambia obedeciendo sólo a leyes caprichosas. De la misma forma nos sumergimos en lo más profundo de evidentes realidades y no me refiero a las realidades que perciben nuestros embotados sentidos, sino a un tumulto de realidades que se mezclan unas con otras retorciéndose hacia dentro y alrededor. Suponer la existencia de límites es una pedantería. Nada tiene fin ni el pensamiento ni los individuos. Sí. Tu ansiedad es el único límite. ¿No lo crees tú así? Película Sonata de Otoño.

¿En qué crees? En que el peso de todas las cosas tiene que ser establecido de nuevo… ¿Qué dice tu conciencia? Llega a ser el que eres… ¿Dónde residen tus mayores peligros? En la compasión… ¿Qué amas en los demás? Mis esperanzas… ¿A quién llamas malvado? A quién siempre pretende la vergüenza ajena… ¿Qué es para ti lo más humano? Ahorrarle a alguien la vergüenza… ¿Cuál es el signo de la libertad alcanzada? No avergonzarse nunca más ante uno mismo…  Friedrich Nietzsche.

Seguiré erosionándome, hasta ser. Alejandro Lanús

HONORÉ DE BALZAC:

Es más fácil quedar bien como amante que como marido; porque es más fácil ser oportuno e ingenioso de vez en cuando que todos los días.

Puede uno amar sin ser feliz; puede uno ser feliz sin amar; pero amar y ser feliz es algo prodigioso.

No se es amigo de una mujer cuando se puede ser su amante.

Lo que hace indisoluble a las amistades y dobla su encanto, es un sentimiento que le falta al amor, la certeza.

La ingratitud proviene, tal vez, de la imposibilidad de pagar.

Ceder a un vicio cuesta más que mantener una familia.

Ser celoso es el colmo del egoísmo, es el amor propio en defecto, es la irritación de una falsa vanidad.

Elegancia es la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos.

Hay que dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir.

El bruto se cubre, el rico se adorna, el fatuo se disfraza, el elegante se viste.

El amor es la poesía de los sentidos.

La igualdad tal vez sea un derecho, pero no hay poder humano que alcance jamás a convertirla en hecho.

Los que no tienen hijos ignoran muchos placeres, pero también se evitan muchos dolores.

En la venganza el más débil es siempre más feroz.

En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte.

Los seres más sensibles no son siempre los seres más sensatos.

Las leyes son como las telas de araña, a través de las cuales pasan libremente las moscas grandes y quedan enredadas las pequeñas.

Un libro hermoso es una victoria ganada en todos los campos de batalla del pensamiento humano.

El periódico es una tienda en que se venden al público las palabras del mismo color que las quiere.

En las mujeres, el instinto equivale a la perspicacia de los grandes hombres.

Quien sabe gobernar a una mujer sabe gobernar un estado.

La burocracia es una máquina gigantesca manejada por pigmeos.

El tiempo es el único capital de las personas que no tiene más que su inteligencia por fortuna.

No existe gran talento sin gran voluntad.

Jamás en la vida encontraréis ternura mejor y más desinteresada que la de vuestra madre.

La mediocridad no se imita.

El anciano es un hombre que ya ha comido y observa cómo comen los demás.

Un efecto esencial de la elegancia es ocultar sus medios.

La resignación es un suicidio cotidiano.

No existe el hombre que haya podido descubrir el medio de dar un consejo de amigo a una mujer, ni siquiera a la suya.

La ignorancia es la madre de todos los crímenes.

El arte nace en el cerebro y no en el corazón.

El amor no es sólo un sentimiento. Es también un arte.

El glotón es el sujeto menos estimable de la gastronomía, porque ignora su principio elemental: ¡El arte sublime de masticar!

El pudor es una virtud relativa, según se tengan veinte, treinta o cuarenta y cinco años.

Instruida, la virtud calcula tan bien como el vicio.

El amor crea en la mujer, una mujer nueva; la de la víspera ya no existe al día siguiente.

La gente termina siempre por condenar a los que acusa.

La gloria es un veneno que hay que tomar en pequeñas dosis.

Existen en nosotros varias memorias. El cuerpo y el espíritu tienen cada uno la suya.

Es necesario ser casi un genio para ser un buen marido.

Todo poder es una conspiración permanente.

¿De cuántas infamias se compone un éxito?

El amor aborrece todo lo que no es amor.

El matrimonio debe combatir sin tregua un monstruo que todo lo devora: la costumbre.

¿Es que se acaba de amar alguna vez? Hay gente que ha muerto y que yo siento que aún ama.

El poder no consiste en golpear siempre o con frecuencia, sino en golpear oportunamente.

Cuando más se juzga, menos se ama.

En ciertas circunstancias de la vida conviene que el amigo permanezca silencioso a nuestro lado; el consuelo hablado ensancha la llaga y nos deja ver su profundidad.

Si el amor es la primera entre las pasiones es porque halaga a todas las demás.

Hay una locura, hija de la desesperación, a la que todo debe excusarse.

La abnegación ennoblece aun a las personas más vulgares.

La habilidad para ocultar la grandeza de los sentimientos es indicio de una inmensa superiordad.

Las almas grandes siempre están dispuestas a hacer una virtud de una desgracia.

Las alianzas duran poco cuando uno de los amigos se siente ligeramente superior al otro.

Las mujeres poseen un admirable instinto de desconfianza.

Lo mejor de la vida son las ilusiones.

Los creyentes y los incrédulos hablan dos lenguas diferentes, y no pueden entenderse.

Sencillo es todo lo verdaderamente grande.

Sólo los mediocres piensan en todo.

Todo poder humano está compuesto de tiempo y paciencia.

Un viajero no ve nada a fondo: su mirada resbala sobre los objetos sin penetrarlos.

Cuando las personas inteligentes llegan al punto de tratar de explicar cómo son, desvelar la clave de su corazón, no cabe duda de que el vino se les ha subido a la cabeza.

Balzac escribía a su hermana, Laure: no tengo más que dos pasiones, el amor y la gloria, y ninguna está aún satisfecha, ninguna lo estará nunca. Mircea Eliade.

 

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