Iluminación

Iluminación-Autorrealización

  • I: todas las personas llamadas religiosas tienen algo en común y veo esto mismo en la mayoría de las personas que vienen a escucharle a usted. Todos están buscando algo a lo que denominan de distintos modos: nirvana, liberación, iluminación, autorrealización, eternidad o Dios… En todo esto existe la codicia compulsiva de alcanzar cierta realización y, con frecuencia, la amarga decepción y frustración del fracaso.   Esta gente sacrifica el vivir cotidiano por cierto objetivo imaginario y de este tipo de ambiente emana una sensación de lo más desagradable: fanatismo, histeria, violencia y estupidez. Uno se sorprende encontrar entre ellos a ciertos buenos escritores que por lo demás parecen ser bastante cuerdos. A todo esto se le denomina religión. Esta búsqueda de iluminación causa grandes estragos y se sacrifica a las personas en el proceso. Ahora yo quisiera preguntarle: ¿Existe realmente la iluminación y, de ser así, en qué consiste?

Krishnamurti:

  • Si es una forma de evadirse de la vida cotidiana, que es el extraordinario movimiento de la relación, entonces esta denominada realización, esta ‘iluminación’, o como quiera llamarla, es ilusión hipocresía. Todo lo que niega el amor y el entendimiento de la vida y de la acción tiene forzosamente que causar mucho daño, tuerce la mente y la vida se convierte en una horrible pesadilla. Así que si aceptamos eso como axiomático, entonces tal vez podamos proceder a investigar si la iluminación -sea cual fuere su significado- puede encontrarse en el acto mismo de vivir. Después de todo, vivir es más importante que cualquier idea, ideal, meta o principio. Debido a que no sabemos lo que es el vivir nos inventamos estos conceptos visionarios y nada realistas que proporcionan un modo de evasión.   La verdadera cuestión es: ¿Puede uno encontrar iluminación en el vivir, en las actividades cotidianas de la vida, o es algo reservado para unos cuantos que están dotados de cierta capacidad extraordinaria para descubrir esta beatitud? Iluminación significa ser una luz para sí mismo, pero una luz que no es proyectada o imaginada por uno mismo, que no es algún tipo de idiosincrasia personal. Después de todo, ésta ha sido siempre la enseñanza de la verdadera religión, aunque no la de la creencia y el temor organizados.
  • La religión no existe separada de la vida: al contrario, es la vida misma. Es precisamente esta división entre la religión y la vida lo que ha generado toda esta desdicha que usted menciona. De modo que volvemos a la cuestión básica de si es posible, en la existencia diaria, vivir en un estado al que de momento llamaremos iluminación.

I: todavía no sé lo que usted entiende por iluminación. R. Un estado de negación. La negación es la acción más positiva, no la afirmación positiva.   La mayoría de nosotros aceptamos con demasiada facilidad el dogma positivo, un credo positivo, porque queremos estar seguros, pertenecer a algo, estar apegados, depender.   La actitud positiva divide y produce dualidad. Entonces empieza el conflicto entre esta actitud y las demás. Pero la negación de todos los valores, de toda moralidad, de toda creencia, al no tener fronteras, no puede oponerse a nada.   Una declaración positiva, por definición, separa y la separación es resistencia. Estamos acostumbrados a esto, éste es nuestro condicionamiento. Negar todo esto no es inmoral: al contrario, negar toda división y resistencia es la moralidad más elevada. Negar todo lo que el hombre ha inventado, negar todos sus valores, ética y dioses, significa encontrarse en un estado mental en el que no hay dualidad, por consiguiente, no hay resistencia o conflicto entre lo supuestos. En este estado no hay opuestos y este estado no es lo opuesto de alguna otra cosa.   Negar todo esto significa negarse a uno mismo, y uno es la entidad condicionada que continuamente persigue un bien condicionado. Para la mayoría de nosotros, la negación se nos presenta como un vacío porque sólo conocemos la actividad dentro de la prisión de nuestro condicionamiento, miedo y desdicha. Desde ahí observamos la negación y nos la imaginamos como cierto estado terrible de aniquilación o vacío. Para el hombre que ha negado todos los dictámenes de la sociedad, la religión, la cultura y la moralidad, el hombre que todavía permanece en la prisión del conformismo social es un hombre afligido. La negación es el estado de iluminación que interviene en todas las actividades de un hombre que está libre del pasado. Es el pasado, con su tradición y su autoridad, lo que tiene que ser negado. La negación es libertad, y el hombre libre es el que vive, ama y sabe lo que significa morir.

I: hasta ahí está claro, pero usted no dice nada sobre ningún tipo de vislumbre de lo trascendental, lo divino, o como quiera llamarlo. R. vislumbrar eso sólo puede acontecer en libertad, pero cualquier afirmación acerca de ello es la negación de la libertad. Toda afirmación al respecto se convierte en una comunicación verbal sin sentido. Existe, pero no puede ser encontrado o inducido, y mucho menos aprisionado en ningún sistema o emboscado mediante ninguna estratagema ingeniosa de la mente. No se encuentra en las iglesias, en los templos o las mezquitas. No existe un sendero que conduzca al mismo, ningún guru, ningún sistema que pueda revelar su belleza; su éxtasis sólo se produce cuando hay amor. Esto es iluminación.

I: ¿Aporta algún nuevo entendimiento de la naturaleza del universo, de la conciencia o del ser? Todos los textos religiosos están llenos de ese tipo de cosas. R. eso es como hacer preguntas acerca de la otra orilla mientras se vive y sufre en ésta. Cuando uno se encuentra en la otra orilla se es todo y nada, y nunca se hace semejantes preguntas. Todas las preguntas de esa clase pertenecen a esta orilla y, en realidad, no tienen ningún sentido. Empiece a vivir y se encontrará allí, sin necesidad de preguntar, sin buscar, sin miedo.