El corazón de las enseñanzas de Buda. El arte de transformar el sufrimiento en paz, alegría y liberación

Thich Nhat Hanh.

Cuando tengas la oportunidad de formular a un maestro una pregunta sobre el Dharma [enseñanza], plantéale una que pueda cambiar tu vida.

Cuando meditamos sobre los elementos tierra, agua, fuego y aire que hay tanto dentro como fuera de nuestro cuerpo, vemos que nosotros y ellos somos lo mismo. Cuando trascendemos la idea de un yo separado, nuestro amor contendrá ecuanimidad, ya que sabemos que nosotros y los demás somos realmente lo mismo.

La denominación ‘Buda’ procede de la raíz verbal budh, que significa despertar, comprender, saber lo que ocurre a un nivel muy profundo. En el conocer, el comprender y el despertar hay consciencia, porque ésta significa percibir y conocer lo que está sucediendo. Que nuestra visión sea profunda o superficial dependerá de nuestro grado de despertar. En cada uno de nosotros, la semilla de Buda, la capacidad de despertar y comprender, se denomina la naturaleza de Buda. Es la semilla de ser consciente, de estar atento a lo que sucede en el momento presente… todos tenemos la capacidad para la fe, el despertar, la comprensión y la plena consciencia, esto es lo que significa la naturaleza de Buda.

La ausencia de miedo es la base de la verdadera felicidad.

Un hombre estaba remando en su barca en contra de la corriente cuando, de repente, vio que otro bote se le echaba encima. Gritó: ‘¡cuidado! ¡Cuidado!’, pero el bote fue directamente hacia él y casi hunde su embarcación. El hombre, furioso, empezó a gritar, pero al mirar con más atención vio que el bote estaba vacío. La corriente lo había arrastrado, y ante su propia equivocación se puso a reír a mandíbula batiente.

Los comentaristas explican que la felicidad se vincula tanto al cuerpo como a la mente, mientras que la alegría se vincula básicamente con la mente.

Una palabra puede aportar consuelo y confianza, desvanecer dudas, ayudar a alguien a no cometer un error, solucionar un conflicto o abrir la puerta hacia la liberación.

Albergamos una idea de felicidad. Creemos que con determinadas condiciones seremos felices. Pero es a menudo nuestra propia idea de felicidad lo que nos impide ser felices.

Cuando nuestros pensamientos nos ayudan a ver con claridad, son beneficiosos. Pero si la mente está dispersa en todas direcciones, esa clase de pensamientos son perjudiciales.

Si escuchamos a través del silencio de nuestra mente, cada canto de pájaro y cada silbido del viento entre los pinos nos hablará…

El nirvana significa extinción, ante todo la extinción de las ideas.

El nirvana es un abanico que nos ayuda a extinguir el fuego de nuestras ideas, incluyendo las de la permanencia y el yo.

Buda es nuestra plena consciencia.

La palabra ‘maitri’ tiene sus raíces en la palabra mitra, que significa amigo. En el budismo el principal significado de amor es el de amistad.

Cuando observamos la naturaleza impermanente, carente de yo e interdependiente de todo cuanto existe, no sentimos aversión por la vida.

Cuando no comprendemos correctamente, nos apegamos a las cosas y quedamos atrapados en ellas.

La fe es la confianza que experimentamos al poner en práctica una enseñanza que nos ayuda a vencer las dificultades y a trasformarnos.

La felicidad no es posible hasta que nos liberamos de las aflicciones: el deseo, la ira, los celos, la desesperanza, el miedo y las percepciones erróneas.

El tercer pétalo de la flor es la inclusividad (Kshanti). La inclusividad es la capacidad de recibir, abrazar y trasformar. Kshanti se traduce a menudo como paciencia o tolerancia, pero yo creo que ‘inclusividad’ trasmite mejor la enseñanza de Buda. Cuando practicamos la inclusividad no es necesario sufrir ni tolerar, aunque tengamos que abrazar el sufrimiento y la injusticia. La otra persona dice o realiza algo que nos hace enojar, nos inflige algún tipo de injusticia, pero si nuestro corazón es lo suficientemente grande no sufrimos. Buda ofreció la siguiente maravillosa imagen. Si tomas un puñado de sal y lo echas en un pequeño bol con agua, ésta será demasiado salada para beber. Pero si echas la misma cantidad de sal en un caudaloso río, la gente podrá seguir bebiendo de su agua… Gracia a su inmensidad, el río tiene la capacidad de recibir y trasformar. El río no sufre en absoluto por ese puñado de sal. Si tienes un corazón pequeño, una palabra o una acción injustas te harán sufrir. Pero si es grande… serás capaz de recibir, abrazar y trasformar al instante… puede ser que otra persona sufra, pero si es un bodhisatva [aprendiz del camino del desarrollo] quien recibe las mismas palabras crueles, no sufrirá. Depende de tu forma de recibir, abrazar y transformar. Si guardas tu dolor demasiado tiempo, es porque no has aprendido todavía la práctica de la inclusividad.

Observar profundamente conduce a la comprensión, y la comprensión siempre conduce al amor y a la aceptación….

Tercer Factor del Despertar: energía, esfuerzo, diligencia o perseverancia (virya). En el budismo, las fuentes de nuestra energía son la plena consciencia, la investigación y la fe en la práctica.

La condición de maduración: en el almacén de nuestra conciencia no todo madura al mismo tiempo… al escuchar una charla sobre el Dharma [la enseñanza], algunas de las semillas sembradas maduran al instante mientras que otras pueden tardar muchos años en hacerlo. Una semilla de una clase puede también transformarse y madurar en algo distinto. Al principio una naranja es una flor, después se transforma en algo verde y ácido, y finalmente madura en una fruta dulce. Una semilla de amor puede madurar en una semilla de ira. Al empezarla práctica de la meditación quizá nos sintamos aprisionados y agitados. Pero al cabo de un tiempo nuestra meditación puede madurar en algo muy relajante y placentero.

Cuando un bodhisatva ve una bella flor, reconoce que es bella, pero también ve su naturaleza impermanente. Por eso no se apega. Experimentan una sensación agradable, pero no crea una formación mental.

Confucio dijo: ‘¿qué mayor alegría puedes tener que poner en práctica lo que has aprendido?’.

Cuando el pensamiento es incorrecto y uno sabe que lo es, ya es tener la Visión Correcta. Cuando el pensamiento es correcto y uno sabe que lo es, también es tener la Visión Correcta. ¿Cuál es un pensamiento incorrecto? Es el pensamiento que conduce al deseo, al odio y que lastima. ¿Cuál es el Pensamiento correcto? Existen dos clases de Pensamiento correcto. El Pensamiento correcto que tiene fisuras y el agua todavía se pierde. Produce mérito pero en él todavía existe el apego. Y el Pensamiento correcto que es noble y no tiene ninguna fisura. Es supramundano y un elemento del Sendero. ¿Cuál es el Pensamiento correcto que todavía tiene fisuras? Es el pensamiento que conduce a abandonar el deseo, el odio y la voluntad de lastimar. Éste es el Pensamiento correcto que todavía tiene fisuras, que produce mérito, pero en el cual todavía existe el apego. ¿Cuál es el Pensamiento correcto que es noble, que no tiene fisuras, que es supramundano y un elemento del Sendero? Es el razonamiento lógico, la reflexión inicial, el acto de pensar, la aplicación de la mente, la implantación en la mente y la formación de las palabras en alguien cuya mente es noble y carece de fisuras, que ha sido provisto con el Noble Sendero y lo practica. Éste es, el Pensamiento Correcto que es noble, sin fisuras, supramundano y un elemento del Sendero. Aquel que se esfuerza en abandonar el pensamiento incorrecto y adquirir el Pensamiento Correcto posee la Diligencia Correcta. Aquel que al ser consciente abandona el pensamiento incorrecto y adquiere el Pensamiento Correcto tiene la Atención Correcta. Estos tres fenómenos giran en torno al Pensamiento correcto: la Visión Correcta, la Diligencia [disciplina] Correcta y la Atención Correcta.

AUTOR: Thich Nhat Hanh.

Thich Nhat Hanh, maestro Zen nacido en la región de Vietnam Central el 11 de Octubre de 1926, monje budista desde hace más de cuatro décadas y activista por la paz, nominado para el Premio Nobel por ese motivo. Refugiado político en Francia desde 1972, por su combate pacífico, empezado durante la guerra de Vietnam.