Domingo, 22 de Noviembre de 2020

Thomas Carlyle:

La democracia es la desesperación de no encontrar héroes que nos dirijan.

A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos

De la conquista podemos decir que no se ha producido jamás por la fuerza y la imposición brutal, pues no dura una conquista de esta naturaleza. La conquista, lo mismo que el poder de imposición, ha de aportar, cosa esencial en toda sociedad humana, algún beneficio consigo, o bien los hombres con toda su fuerza la rechazarán.

El culto de los héroes existe siempre, y en todas partes.

El hombre fue enviado aquí, no para cuestionar, sino para trabajar: el fin del hombre, fue escrito hace mucho tiempo, es una acción, no un pensamiento.

Hemos salido de las edades del heroísmo, caído profundamente en las edades del servilismo, y debemos regresar o morir.

La biografía es la única y verdadera historia.

La esencia del sentido del humor es la sensibilidad, una simpatía cálida y tierna hacia todas las formas de existencia.

El mayor de los defectos, debería decir, es no ser consciente de ninguno.

¿No es el arrepentimiento el acto más divino en el hombre?

Hazte un hombre honesto, y entonces puedes estar seguro de que hay un pícaro menos en el mundo.

El genio es el infinito arte de trabajar con paciencia.

La contemplación es un lujo; la acción, una necesidad.

La educación y la cortesía abren todas las puertas.

De nada sirve al hombre lamentarse de los tiempos en que vive. Lo único bueno que puede hacer es intentar mejorarlos.

Para disipar una duda, cualquiera que sea, se necesita una acción.

El asombro es la base de la adoración.

Liberar al mundo de toda clase de charlatanes es realmente obra muy digna de ser realizada. Son los tales la plaga única del mundo, y sin ellos dejaría de ser un mundo diabólico, miserable y maldito, comenzando a convertirse en un mundo divino, estancia de un bienestar siempre creciente.

Nada levanta tanto a un hombre por encima de las pequeñas mezquindades de la vida como admirar, sea lo que sea o a quienquiera que sea.

Ningún gran hombre vive en vano; la historia del mundo no pasa de ser la biografía de grandes hombres.

No hay nada más espantoso que la elocuencia de un hombre que no dice la verdad.

Tomas Carlyle… invirtió su larga existencia en volver románticos a los ingleses: ¡trabajo perdido! F. Nietzsche.

JUAN LUIS VIVES:

¡Cuán grande riqueza es, aún entre los pobres, el ser hijo de un buen padre!

Cuando el amor es feliz lleva al alma a la dulzura y a la bondad.

Desterrada la justicia que es vínculo de las sociedades humanas, muere también la libertad que está unida a ella y vive por ella.

El humanista relacionará unos estudios con otros, pues todos ellos tienen entre sí alguna coherencia y parentesco. Será afanoso de saber y jamás le pasará por la mente haber llegado a la cumbre y al cabo de la erudición.

La primera condición para la paz es la voluntad de lograrla.

No hay mejor venganza de una injuria que olvidarla.

Propio de todo hombre es el errar. Pero de nadie, sino del necio, el mantenerse en el error.

Salud es la disposición del cuerpo tal que el espíritu esté vigoroso.

Es inútil toda polémica si no hay esperanza de que resulte provechosa.

Las guerras no deberían narrase de manera diferente que los latrocinios, esto es, breve y escuetamente, sin alabanza alguna, antes bien, detestándolas.

En verdad no hay en la naturaleza un conocimiento tan fácil y asequible que no pueda llenar todo el espacio de una vida.

No hay cosa tan lejana de las letras como la codicia y preocupación por el dinero.

Nada más vergonzoso para nosotros que el hecho de que los ladrones y maleantes tengan entre si una convivencia más amistosa que los intelectuales.

La tiranía de la ignorancia es… la más dura y lóbrega de las esclavitudes.

¿Qué mayor desgracia le puede pasar a un hombre que tener una opinión equivocada?

Si no me engaño me parece buena la siguiente proporción: cinco partes de lectura, cuatro de meditación, tres de escritura, que la lima reducirá a dos, y de estas dos sacar sólo una a la luz pública.

La verdad, en cuyas filas debemos estar alineados, no pertenece a uno sino que es patrimonio de la colectividad.

Un solo día bien vivido de acuerdo a sus reglas, de la filosofía, bebería anteponerse a toda la inmortalidad.

La guerra es ocupación más propia de bestias que de hombres.

La diligencia en escuchar es el más breve camino hacia la ciencia.

Tan perjudicial es desdeñar las reglas como ceñirse a ellas en exceso.

La memoria se acrecienta usando y aprovechándose de ella.

Ninguno cree que hace mal si los demás no juzgan que lo hace.

No hay cosa, por fácil que sea, que no la haga difícil la mala gana.

No hay riqueza tan segura como un amigo seguro.

Lo comprado al precio de muchos ruegos, es caro.

No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras.

La modestia en el hombre de talento es cosa honesta; en los grandes genios, hipocresía.

Libre es aquel que apetece solamente lo que está en sus manos alcanzar; siervo, el que tiene otras ambiciones.

Contestar injuria con injuria es lavar el barro con el barro.

Es propio del varón sabio, luego de haber dispuesto lo que está en su mano con toda la posible industria y diligencia, de mostrarse resignado con lo que se le diere la fortuna.

Muchos habrían podido llegar a la sabiduría si no se hubieran creído ya suficientemente sabios.

Jamás es nociva la reprensión aunque venga de tu enemigo.

¿A qué se reduce el orador, si habla en monólogo y nadie le pincha ni le excita? Forzosamente se entorpecerá y languidecerá.

Desgraciado aquel que no halle quien le avise cuando es menester.

Si han de creer lo que dices, igualmente te creerán sin jurar que jurando, y si no han de creerte, cuanto más jures más se alejarán de ti.

No es igual conocerse a sí mismo que juzgar de sí mismo.

Sé lento en adquirir amistades, pero sé constante en retenerlas una vez admitidas.

No esperes a que tu amigo venga a descubrirte su necesidad.

Lo que quieras que otros no digan, tú lo has de callar primero.

No se debe tocar con ligereza lo que es peligroso dejar sin resolver.

Muchos maestros de juicio estólido y depravado, a quienes no confiarías tus gansos, gobiernan las escuelas de los niños nobles.

Malo es que trabajen los hombres para morir ricos, no para vivir como tales hombres. 

 

 

 

 

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