Facundo-Cabral

De nombres artísticos Indio Gasparino —en sus comienzos— y Facundo Cabral fue un cantautor, poeta, escritor yfilósofo argentino, que combinó elementos literarios como la sátira, la ironía y el humor junto a fundamentos religiosos como la autorrealización; morales como el libre pensamiento y la tolerancia social; políticos como la transversalidad; y filosóficos como el hedonismo en las líricas de sus canciones, monólogos en conciertos y entrevistas que concedíó a la prensa. Cabral representó en sus obras el concepto de globalización cultural, definiéndose admirador de Krishnamurti,Borges, Whitman y Teresa de Calcuta; personas a las que citó constantemente en sus monólogos reflexivos.

La Unesco lo declaró en el año 1996, “Mensajero mundial de la paz” y fue nominado al Nobel de la Paz en 2008.

Cabral fue asesinado en Guatemala en julio de 2011, por sicarios que lo confundieron con un empresario, vinculado al narcotráfico.

SELECCIÓN DE FRASES:

‘Bienaventurado el que sabe que compartir un dolor es dividirlo y compartir una alegría es multiplicarla’.

‘Cada mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos…’.

‘El exceso de información ya es obra de deformación’.

‘El hombre solo es dueño de lo que ama, si no lo ama, no le pertenece’.

‘El que no está dispuesto a perderlo todo, no está preparado para ganar nada’.

‘Escapa de los que compran lo que no necesitan, con dinero que no tienen, para agradar a gente que no vale la pena’.

‘Fui analfabeto hasta los 14 años, por eso cuando me dicen no puedo, yo les digo no jodas’.

‘La gente es todo lo vieja que quiera ser. He visto algunas muchachas con 20 años y estar totalmente envejecidas, por el contrario, conozco a una muchachita con 83 años, Teresa de Calcuta, que nos enseña a vivir todos los días’.

‘La pobreza no es una virtud, salvo que favorezca tu libertad’.

‘La sociedad humana está mal tanto por las fechorías de los malos, como por el silencio cómplice de los buenos’.

‘La vida es hambre o festín. Tú eliges’.

‘Me gusta andar pero no sigo el camino, pues lo seguro ya no tiene misterio’.

‘Mi abuela decía: Habría que acabar con los uniformes, que le dan autoridad a cualquiera. ¿Qué es un general desnudo?. Y tenía razón, y tenía derecho a hablar de esto porque estuvo casada con un coronel, que era realmente un hombre valiente. Solamente le tenía miedo a los pendejos [tonto, torpe]. Un día le pregunté: ¿Por qué?. Y me dijo: Porque son muchos. No hay forma de cubrir semejante frente. Y por temprano que te levantes, adondequiera que vayas ya está lleno de pendejos. Y son peligrosos porque al ser mayoría eligen hasta al presidente’.

‘Nunca voy con los que lloran y siempre con los que cantan. Los paisanos de mi pueblo cuando tienen un dolor, en lugar de andar llorando, cantan debajo del sol’.

‘Por el mundo caminado, he podido comprobar que el que fácilmente halaga, fácilmente insultará’.

‘Que no nos distraigan las noticias’.

‘Siempre, con lo que tengas, se puede, se debe empezar de nuevo. Tenemos el deber de ser felices’.

‘Solamente lo barato se compra con el dinero’.

‘Sólo debes hacer lo que amas’.

‘Soy repetidor de Whitman, a quien amé hasta el plagio’.

‘Tienes un cerebro como Einstein, tienes un corazón como Jesús, tienes dos manos como la Madre Teresa, tienes una voluntad como Moisés, tienes un alma como Gandhi, tienes un espíritu como Buda. Entonces, ¿cómo puedes sentirte pobre y desdichado?’.

‘Cuando me fui de mi casa, niño aún, mi madre me acompañó a la estación, y cuando subí al tren me dijo: Este es el segundo y último regalo que puedo hacerte: el primero fue darte la vida, el segundo la libertad para vivirla’.

Mensaje de vida

Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho, si digo “manzana”

no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo “árbol”,

apenas me acerco a lo que saben las aves; el caballo siempre fue y será lo que es sin saber

que así lo nombro.

Sé que la palabra no es el hecho, pero sí sé que un día mi padre bajó de la

montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal

manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre

comenzó con algunas palabras.

Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro),

encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y que

habitamos un país llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto

nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y

debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor

que recordar padres felices.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que

sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está

dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias.

Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena

noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un

soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta porque algo

esconde.

Eso lo aprendí de mi madre que fue la primera buena noticia que conocí.

Se llamaba Sara y nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba

por aprender algo llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda

porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón. Se

dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para hacer otra cosa.

De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede

empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (o al

hombre) que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te

encadenan a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde

la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir

“basta” al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.

Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es decir que mi

vida se ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo, desde la

austeridad del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la lúcida

locura de Manhattan al misterio que enriquece a la India, donde la

Madre Teresa sabe que debemos dar hasta que duela.

Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro, lenta,

misteriosa, sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es la

poesía. Ella nos lleva de la mano y debajo de la luna, hasta los últimos

rincones del mundo, donde nos espera el compinche, uno más, el que

continúa la línea que será un círculo que abarcará el planeta.

Esta es la revolución fundamental, el revolucionarse instantáneamente

para armonizar con la vida, que es cambio permanente, por eso nos

vamos encontrando fatalmente para iluminar cada rincón.

Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no

gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor.

Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua

nueva en el nuevo día. Vive de instante en instante porque eso es la vida. Me costó 57

años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este momento? Se gana

y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan

simple, ¿por qué te preocupas tanto?

No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra. En la

tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno. Perdónate, acéptate,

reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la

eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu

padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te

trataron ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no

sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.

Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás

siempre nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el

poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada

instante, pero no digas “no puedo” ni en broma porque el inconsciente no

tiene sentido de humor, lo tomará en serio y te

lo recordará cada vez que lo intentes. Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el

resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades.

Perdona a todos y perdónate, no hay liberación más grande que el perdón,

no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza y por lo

tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica

que te hace juez (agotadora y vana tarea) y cómplice de lo que te disgusta.

Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es

distraerse de ella. El bien y el mal viven dentro de ti, alimenta más al bien

para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse. Lo que

llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es

en vano. No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese

pantalón y esa camisa que llevas ya son ganancia.

Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida. Libérate de la

ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente.

Una milonga

Qué puede cantar la luna

que no sean soledades,

qué puede cantar el sol

que no sean voluntades,

qué puede cantar el hombre

que vive entre sol y luna

que no sea la esperanza

mezclada con amargura.

A veces cuando me olvido

que vivo entre noche y día

impulsado por los sueños

sólo canto a la alegría.

Nadie me puede mentir

que la alegría es ajena

pues todo lo han confirmado

mis ojos y mis venas.

Antes de volver al fango,

mi abuelo me dio el secreto:

la verdad tiene mil puertas

y la llave es de los muertos [la tradición].