Autoengaño

Se ha argumentado que todos los humanos sin excepción son altamente susceptibles al autoengaño, ya que todo el mundo tiene un bagaje emocional de creencias que pueden ser irracionales. Algunos biólogos evolucionistas sugieren que el engaño es una parte importante del comportamiento humano. El instinto para el auto engaño puede haber dado a los organismos humanos una ventaja selectiva: si alguien se cree su propia mentira (por ejemplo su propia presentación sesgada hacia sus propios intereses), será mejor o más capaz de persuadir a los demás de su verdad.

El autoengaño es una de las facetas más inherentes a la condición humana. Una faceta en principio estúpida, pero que nos concede una estabilidad excepcional para convertirnos en animales sociales. El hombre ha logrado convertir el autoengaño en una fuente de estabilidad.

Para evadir la realidad y cumplir sus objetivos, la persona que se autoengaña, recurre a distintos mecanismos psicológicos, como la represión, mediante la cual se inhibe, excluye de la conciencia y se entierran en el olvido anhelos, recuerdos, ideas, impulsos y sentimientos, que se consideran inaceptables hasta que se llega a ignorar que han existido. Suelen reprimirse los deseos sexuales, los impulsos agresivos o las fantasías.

Otra estrategia es la racionalización, consistente en buscar excusas convincentes para tapar los verdaderos motivos e impulsos incorrectos, bajo el barniz de la razón. Es una mentira tan sutil, que además puede hacerse creíble para los demás. Para autoengañarse también se recurre a la negación consistente en el rechazo a aceptar las cosas tal y como son.

Aunque el autoengaño es un mecanismo de defensa, que consiste en crear un mundo a la propia medida y huir del real mediante la fantasía para seguir adelante en los momentos difíciles, no siempre es un buen aliado. Si evitamos lo que nos duele, sólo conseguimos mentirnos y alejarnos de la realidad.

Para escapar del autoengaño conviene actuar de acuerdo con lo que se siente y piensa, con lo que sucede “aquí y ahora”, en vez de en función de cómo desearías que fueran las cosas. Para eso hay que ser capaz de ver la realidad con nitidez, y no pasarla por el tamiz de una mente confusa que distorsiona lo que ve.

Hay que aceptar que se puede sentir temor ante lo que está ocurriendo o se está sintiendo, porque tener miedo es natural. Pero conviene tomarse un tiempo para encontrar soluciones y salidas reales a largo plazo, que ayuden a enfrentarse a aquello que ahora duele y que se cree que nos supera.

Hay que evitar anticiparse a lo que pueda suceder, imaginando todo tipo de catástrofes: el 90 por ciento de lo que tememos nunca sucede. Piensa que aunque la realidad puede parecer dura… poco a poco, irán apareciendo las herramientas que necesitamos para solventar la situación, si realmente nos aplicamos a la tarea.  Así, cuando nos enfrentamos a situaciones temidas, lo haremos con una mente más realista y positiva.

Además es aconsejable evitar el afán de ser perfecto, hacer todo magistral o que las cosas funcionen sólo en un único sentido. Esta actitud puede hacernos sacrificar experiencias valiosas. Si se es consciente de que nada es demasiado bueno ni malo, si se relativizan las cosas, uno no se sentirá obligado a “dar la talla” continuamente.

En ocasiones la persona tiene la necesidad de engañar para conseguir ciertos objetivos, y para que el engaño surta efecto en los demás, la persona tienes que llegar al máximo convencimiento de lo que piensa y dice, y transmitir éste convencimiento a los demás con el fin de que sean engañados, esto ocurre en todas las áreas de la vida, pero donde se suele manifestar más claramente es en el mundo de los negocios, en las ventas, el vendedor tiene que estar plenamente convencido que el producto o servicio que quiere vender es el mejor, aunque en realidad no lo sea, este es un autoengaño ocasional que puede ser de gran utilidad en el mundo empresarial, pero lo mismo ocurre en las relaciones personales, en la conquista y la seducción.   Solemos pensar que somos más de lo que somos y que valemos menos de lo que valemos.

Cuando el autoengaño viene ocasionado por diversas carencias que la persona quiere compensar el problema es difícil de ver, ya que lo que se piensa y dice tiene como objeto modificar la percepción de la realidad, y así se pierde la perspectiva de la realidad. El mayor problema reside en que la persona que se maneja en la realidad creada no puede tener una visión diferente a la óptica creada por ésta. Toda su perspectiva está condicionada por una realidad que intenta sustituir las carencias. Imaginemos una persona que tiene problemas en sus relaciones, y no es capaz de resolver dichos problemas, entonces se le ocurre pensar que es una persona estupenda que lo hace todo bien, y que el problema es de la otra parte, de ésta manera no resuelve el conflicto ni se enfrenta a la angustia o confrontación que puede suponer la resolución, y prefiere tomar esa actitud muy positiva pero nada resolutiva. Esto puede tener el peligro de que utilice dicha actitud de forma continúa y en el resto de actividades, la persona tendrá un serio problema, pues cada vez se alejará más de la realidad con las consecuencias desfavorables que ello tiene. No conviene rellenar las carencias ni huir de los problemas mediante el autoengaño.

FRASES:

  • ‘El hombre empeña la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a los otros’. Jaime Luciano Balmes.
  • ‘El canal se complace pensando que los ríos no existen sino para traerle agua’. Rabindranath Tagore.
  • ‘La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a si mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano’. Nietzsche.
  • ‘La madurez es aquella edad en que uno ya no se deja engañar por sí mismo’. Ralph W. Emerson.
  • ‘Sucede muy a menudo que el hombre se engaña primero a sí mismo antes de engañar a los otros’. Jaime Balmes.
  • ‘La persona más fácil de engañar es a uno mismo’. E. J. Lytton.
    ‘El ser humano tiende a engañarse con lo primero que satisface su temor, para disiparlo’. Jean Paul Sartre.
  • ‘Nosotros no somos engañados nunca, sino que nos engañamos a nosotros mismos’.  Goethe.
  • ‘Siempre es más noble engañarse alguna vez que desconfiar siempre’. Jacinto Benavente.
  • ‘Todo el arte consiste en no engañarse a sí mismo: mínimas islas de rocas en todo un mar de autoengaños. Lo que más puede lograr un hombre es aferrarse a ellas y no ahogarse’. Elías Canetti.
  • ‘El mayor peligro de engañar a los demás está en que uno acaba inevitablemente, por engañarse a sí mismo’. Eleonora Dose.
  • ‘Te he enseñado muchas cosas para sobrevivir, hasta mentir, pero no ha ti mismo’ (película El ladrón de Shangai).
  • ‘La esperanza es la forma más sofisticada de autoengaño, creer que va a suceder algo sin hacer nada a cambio’. Philip Roth.
  • ‘La realidad no es otra cosa que la capacidad de engañarse que tienen nuestros sentidos’. Albert Einstein.
  • ‘El autoengaño es un medio eficaz para hacer siempre lo que deseamos aunque sea algo perverso’. Josh Billings.
  • ‘Cuando se está enamorado, comienza uno por engañarse a sí mismo y termina engañando a los demás. Eso es lo que el mundo llama una novela’. Oscar Wilde.
  • ‘La felicidad consiste en saber engañarse’.  Carlo Bini.
  • ‘No hay nada tan difícil como no engañarnos’.  L. Wittgenstein.
  • ‘Tan fácil es engañarse a uno mismo, como difícil es engañar a otros sin que se enteren’. François de la Rochefoucauld.
  • ‘Es una desgracia común de los ineptos la de engañarse al elegir profesión, amigos, casa y mujer’. Baltasar Gracián.