Adicciones

Se toman drogas para reducir la tensión, ansiedad, facilitar las interacciones sociales, crear un mundo artificial, etc.  Hemos aprendido a vivir mejor a través de la química y cosas artificiales. No se nos enseña a enfrentarnos con el dolor y nos servimos de una serie de medios para aislarlo.  Se incita a tomarlas a través de las noticias, películas, etc.

La persona va creando poco a poco dependencia y perdiendo su libertad y capacidad de actuación. Hay muchos estudios que demuestran la influencia de la genética en la sensibilidad de las personas ante las sustancias adictivas, que pueden hacerles más o menos susceptibles de generar adicción. Pero esta influencia sólo es un factor de riesgo más, no una causa en sí misma.

Uno tiende a creer que nunca va a tener problemas; que la adicción sólo les sucede a otros, y que uno es más listo, más fuerte, más maduro o más cualquier cosa que aquellos a los que atrapan las drogas. Dado que no todas las personas que consumen drogas tienen problemas, y dado que estos aparecen siempre gradualmente, uno tiende a no ver el peligro hasta que ya es tarde.

La peor consecuencia de convertirse en un adicto es la sensación de esclavitud, de falta de libertad cuando uno se da cuenta de que su vida está totalmente condicionada por su dependencia. Esta falta de libertad, y los continuos fracasos en el intento de autocontrolarse, llevan a un deterioro de la autoestima, que a su vez es el desencadenante de nuevos consumos, cerrando así el círculo vicioso de la conducta aditiva.

Una persona presenta una adicción cuando realiza una actividad de manera compulsiva, sin ningún tipo de control, y desarrolla una dependencia de tipo psicológico o físico (normalmente de ambos) respecto a esa actividad.

Dependencia psicológica: consiste en el deseo irrefrenable de tomar un producto o realizar una conducta con el propósito de obtener placer o para reducir la tensión, escapando así del malestar que se siente.

Dependencia física: se basa en la necesidad que tiene el organismo de continuar recibiendo una droga para no sentirse mal.

Síndrome de abstinencia: aparece cuando se deja de tomar una droga o no se realiza la conducta adictiva. Va acompañado de varios síntomas, entre los que destaca un aumento considerable de la ansiedad, que se manifiesta de diversas formas; hiperactividad, taquicardia, respiración acelerada, sudoración excesiva, temblores, diarreas, sensaciones de escalofríos, etc.

Tipos de adicción:

  • Los que están relacionados con una serie de conductas: tienen su raíz en la pérdida del control de comportamientos normales relacionados con ocio (juegos de zar, videojuegos, Internet, compras, televisión), sexo, trabajo, hablar por el móvil (se produce cuando se experimentan malestar y ansiedad si no está conectado continuamente y con la batería cargada)…
  • Los que se refieren a la introducción en el organismo de determinadas sustancias como alucinógenos, estimulantes, depresores, etc. tienen en común las siguientes características:
    • Alteran el SNC.
    • Crean dependencia física o psicológica, o ambas al mismo tiempo.
    • El consumo se hace a través de varias vías: ingerida, inhalada, fumada, inyectada, etc.
    • Pueden o no ser legales.

Clases de drogas: agrupadas según las consecuencias que tienen sobre el organismo:

  • Psicoestimulantes: como la cocaína, anfetamina y derivados (éxtasis, speed), cafeína o nicotina.
    • Provocan euforia.
    • Aumentan el estado de alerta.
    • Incrementan la actividad motriz.
    • Estimulan el ritmo del corazón.
    • Disminuyen la sensación de fatiga y de apetito.
  • Depresoras: opiáceos (heroína, morfina, opio), alcohol, sedantes (barbitúricos, benzodiacepinas), inhalables (disolventes, colas, pinturas, barnices) y cannabis (hachis, marihuana).
    • Producen varios grados de depresión (desde la relajación hasta el coma).
    • Pueden dar lugar a analgesia (supresión de toda sensación dolorosa).
  • Alucinógenas: LSD, mezcalina.
    • Provocan distorsiones de la percepción de las cosas y los hechos.
    • Modifican la organización del pensamiento o los estados emocionales. Como consecuencia de lo anterior, producen ilusiones o alucinaciones. En ocasiones, el uso de todas estas sustancias puede ser la puerta de entrada para otras de ellas. Incluso puede darse el caso de politoxicomanías, es decir, ser adicto a más de una droga.

Sugerencias para evitar ser adicto:

  • Conócete a ti mismo: acepta tus límites, valora tus puntos débiles y examina a qué tipo de adicciones puedes ser más proclive o vulnerable.
  • Mejora en la media de lo posible: aprende a resolver los problemas y a convivir con ellos, plantéate retos alcanzables que hagan aumentar tu autoestima y adquiere habilidades para relacionarte con los demás.
  • Consigue un buen apoyo social que pueda respaldarte en los momentos difíciles, y ayúdales con sus problemas (eso también te servirá a ti).
  • No te confíes: las personas adictas lo son porque han perdido el control, algo que ocurre casi sin darse cuenta.
  • No creas que es la solución: las adicciones no te convierten en una persona mejor ni acaban con tus problemas.  En todo caso, los aumentan.
  • Busca información: saber sobre adicciones no te hará caer en una de ellas, sino que te ayudará a distinguirlas.

Factores que predisponen:

  • Factores biológicos: a través de la herencia genética se transmite información que parece provocarl que unas personas estén más predispuestas a la adicción que otras.
  • Factores psicológicos: es arriesgado hablar de personalidad adictiva, aunque parece comprobarse cada vez más que existen ciertos rasgos comunes entre los adictos: baja autoestima, inmadurez, baja tolerancia a la frustración, dificultades para resolver los problemas y déficit de habilidades sociales.
  • Factores sociales: vive en zonas altamente conflictivas, tener antecedentes cercanos de personas adictas que sirvan de modelos (según defiende la teoría del aprendizaje observación), etc.

¿Por qué se cae en una adicción?: entre los motivos más comunes están:

  • Para escapar de los problemas.
  • Por curiosidad y deseo de experimentar nuevas sensaciones.
  • Para conseguir un beneficio inmediato. Cuanto más rápido se obtiene lo que se busca, más fácil ‘engancha’ el producto o la actividad.
  • Por presiones de los grupos del entorno o por desear pertenecer a uno.
  • Por transgredir las normas sociales establecidas en ese momento.  Aunque una persona se convierte en adicta por el placer que le produce inicialmente una sustancia o conducta, el que continúe la adicción está más asociado al hecho de evitar el síndrome de abstinencia.  Hay algunas situaciones que facilitan las adicciones: la legalidad de algunas drogas o la facilidad de conseguir las ilegales, o el hecho de que algunas conductas que pueden acabar en adicciones sean totalmente necesarias o habituales (comer, trabajar, ir de compras, etc.).

Razones para no tomar drogas: su abuso (y su uso) provoca diferentes consecuencias:

  • Problemas físicos:
    • Deterioro de órganos vitales como hígado, corazón, cerebro, pulmones, etc.
    • Daños causados al feto, en caso de que la mujer esté embarazada.
  • Problemas psicológicos:
    • Trastornos depresivos.
    • Estados elevados de ansiedad, llegando incluso a desembocar en crisis de pánico.
    • Episodios psicóticos.
    • Insomnio.
    • Trastornos del deseo sexual.
    • Disminución del apetito.
  • Problemas sociales:
    • Dificultades en las relaciones, desde las familiares hasta las laborales.
    • No poder trabajar correctamente.
    • Complicaciones con la justicia.

Estos efectos estarán en función del tipo de droga, las características individuales, el ambiente y el tiempo de consumo.

Recaídas: una vez que una persona deja una dependencia, siempre existe el riesgo de que recaiga en la misma adicción o se deje atrapar por otra distinta, si no se eliminan los elementos que predispusieron, facilitan y mantuvieron la anterior.  Normalmente se habla de tres a seis meses como el tiempo de mayor peligro, pero el riesgo persiste en el tiempo.

Si estás ‘enganchado’: en el momento en que perdemos el control y dependemos de una sustancia o de una conducta para estar bien (o para no estar mal), estamos ante una adicción.  Si estás en este caso, sigue estos consejos:

  • Reconócelo: es lo más básico.  Si no eres consciente de que tienes un problema no podrás solucionarlo.
  • Plantéate que quieres dejarlo de veras. Superar esa dependencia te supondrá un gran esfuerzo, pero seguro que merece la pena.
  • Informa a tu familia. Si ellos no se han dado cuenta de lo que ocurre, no dudes en contárselo a la gente más allegada a ti.  Sin su ayuda y apoyo lo tendrás más difícil.
  • Solicita ayuda profesional. Salir de una adicción sin tratamiento es muy complicado.  Podrás recibir tratamiento individual, grupal o de ambos. Sin embargo, no olvides que, sin tu lucha, de nada sirve lo demás.

Si tienes un familiar adicto:

  • No te tapes los ojos, le estás haciendo un flaco favor.
  • Toma parte en el tratamiento.
  • Proporciona información y estate pendiente si tienes alguien cercano que crees que puede ser un adicto.
  • No decaigas, el camino es largo, pero merece la pena recorrerlo.