Sensibilidad y refinamiento

Refinamiento-150x150La sensibilidad es por completo diferente del refinamiento. La sensibilidad es un estado integral, el refinamiento siempre es parcial. No hay sensibilidad parcial. O ella es el estado de la totalidad del propio ser, de la conciencia total, o no existe en absoluto. La sensibilidad no es para ser acumulada poco a poco. No se la puede cultivar. No es el resultado de la experiencia y el pensamiento, no es un estado emocional. Tiene la cualidad de la precisión, sin la sugestión del romanticismo y de la fantasía. Sólo quien es sensible puede enfrentarse a lo real sin escapar hacia toda clase de conclusiones, opiniones y evaluaciones. Únicamente aquel que es sensible puede estar solo, y esta madura soledad interna es destructiva. Esta sensibilidad está despojada de todo placer y, por tanto, tiene austeridad, no la austeridad del deseo y la voluntad sino la del ver y comprender. En el refinamiento hay placer. El refinamiento está relacionado con la educación, la cultura, el medio. Su curso es interminable y es el resultado de la opción, el conflicto y el dolor, y siempre está aquel que opta [el Yo], el que se refina, el que censura. Y así es como siempre existen el conflicto, la contradicción, el dolor. El refinamiento lleva a aislarse, a apartarse mediante el encierro en uno mismo; conduce a la separación que engendran el intelecto y el conocimiento. Es una actividad egocéntrica, por mucha claridad que pueda tener estética o moralmente. Hay una gran satisfacción en el proceso del refinamiento, pero sin el júbilo de lo profundo, es superficial y mezquino, sin mayor significación. El refinamiento y la sensibilidad son dos cosas diferentes. Una conduce a la muerte que aísla y la otra a la vida que no tiene fin (48).

 Autor:  J. Krishnamurti.