Reflexiones y comentarios. El auténtico sentido de la vida

Sentido de la vida

En el ser interno existe un impulso vital a desarrollar todos nuestros potenciales, a través de un proceso de actualización de los mismos. Desarrollamos esas capacidades viviendo nuestra propia vida de forma afirmativa y plena. Si esas facultades permanecen sin desarrollar, nos sentimos incompletos, frustrados, insatisfechos…

La totalidad de los estados de insatisfacción, negación, tensión, inseguridad, duda… que la persona vive, son debidos a que algo en nuestro interior no se ha desarrollado plenamente y no se ha podido convertir en experiencias positivas de la realidad auténtica que subyace en uno mismo, deshaciendo los comportamientos que dan lugar a experiencias negativas.

Si equiparamos el sentido de la vida a la felicidad se podría decir parafraseando a Nietzsche (El Anticristo), que el sentido de la vida es ‘la conciencia de que se acrecienta el poder; que queda superada una resistencia’ (crecer, desarrollarse, descondicionarse… afrontando los inevitables problemas que nos van llegando en nuestro vivir cotidiano).

Resumen: el sentido de nuestra vida consiste en el desarrollo pleno de todas las capacidades que están en nuestro interior; desarrollarlas, consolidarlas y expandirlas. También consiste en morir a lo viejo y condicionado y abrirnos a experiencias enriquecedoras que llevan nuestra existencia a una vida en plenitud.

El sentido de la vida es la única fortuna digna de ser buscada; y no se encuentra en tierras extrañas, sino en el propio corazón. Robert L. Stevenson.

Conversación de Emil Cioran con Helga Perz:

Señor Cioran, ¿es la del sentido una cuestión que haya que evitar a toda costa?

Esa cuestión me ha atormentado toda mi vida, pero no he encontrado respuesta alguna. Después de haber leído y reflexionado no poco, he llegado a la misma conclusión que el campesino del Danubio o los analfabetos de la prehistoria: no hay respuesta. Hay que resignarse a ello y soportar la vida tal como viene.

J. Krishnamurti:

  • Un hombre que vive nunca pregunta ¿qué es la vida? y no tiene teorías sobre el vivir. Sólo los que viven a medias hablan del propósito de la vida.
  • ‘X’ se encuentra en la orilla opuesta del río a la del aspirante ‘Y’. A la pregunta ‘¿qué debo hacer?’ sólo puede contestar: ‘cruza’.  Si ‘Y’ pregunta cómo cruzar, o antes desea asegurarse de que realmente hay ‘algo más allá’ que puede alcanzar, ‘X’ sólo puede contestar: ‘las explicaciones han sido la barca en la que cruzar a la otra orilla…Pero no hay barca’.
  • Interlocutor: ¿el propósito de la vida es sólo poder afrontar la existencia?
  • Krishnamurti: usted dice: ‘¿es éste el propósito de la vida?’ -pero, ¿por qué desea usted un propósito para vivir?’- viva. Vivir es su propio propósito; ¿por qué desea usted un propósito? Mire: cada uno de nosotros tiene su propio propósito, el hombre religioso tiene su propósito, el científico su propósito, el cabeza de familia su propósito, etc., todos dividiendo. La vida del hombre que tiene un propósito genera violencia.
  • Usted no puede tener sutileza y flexibilidad si tiene un objetivo en mente.

ANTE EL ABSURDO DE LA VIDA. Albert Camus.  Caben según Camus tres posibilidades:

  • La primera, suicidarse, lo que rechaza de plano por considerarlo una cobardía, por muy difícil que se enfrentarse al sinsentido.
  • La segunda, el amparo religioso, recluirse en un mundo feliz y esperanzado, lo que también carece de coraje.
  • Y la tercera, aceptar el absurdo y sacar a la vida todo su provecho a pesar de que se sospeche de su falta de significado. A pesar de este planteamiento, tan vitalista como pesimista, Camus dejó una vía para el sentido heroico de la existencia a través de la rebelión,  quien se rebela no lo hace sólo por sí mismo. En el acto de rebelarse está encarnando los valores universales resultantes de una dignidad esencial.

 

 

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