Pacificar las emociones

Emociones

Hay dos lobos en mi interior que combaten. Uno de ellos es maldad, temor, ira, envidia, dolor, avaricia, arrogancia, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, orgullo, egolatría. El otro es bondad, alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, dulzura, generosidad, benevolencia, amistad, empatía, verdad, compasión y fe. Esta misma pelea está ocurriendo dentro de ustedes y dentro de todos los seres de la tierra… diga lo que diga la gente, la pelea entre los lobos no es la solución porque aunque parecen muy distintos esos dos lobos son como los dos brazos de vuestro cuerpo y por eso comparten la misma esencia. Y esa esencia es el amor.

¿Cuál de ellos ganará? El que tú alimentes.

En el universo emocional, estas fuerzas antagónicas reciben el nombre de emociones ‘positivas’ y ‘negativas’.

Las emociones negativas se trasforman cuando se las trata de forma adecuada… La pregunta que es necesario hacerse es: ¿qué mensaje trae la envidia, el resentimiento, la avaricia…? ¿Cuál es el núcleo amoroso que cada una de estas emociones alberga y cuál es el camino que han recorrido hasta alcanzar el estado distorsionado y destructivo actual?

La envida: lo que en realidad intenta la envidia es suprimir el contraste doloroso entre lo que percibo del otro y mis propias carencias y deseos insatisfechos que imagino que nunca voy a poder realizar.   Cuando me centro en cuáles son esos deseos y qué debo llevar a cabo para realizarlos, la vivencia original de dolor y envida se trasforma en pasión constructiva. Esto vale para cualquier emoción.

Las voces aparentemente negativas necesitan ser escuchadas con amoroso respeto, y en esa atmósfera interior ellas mismas descubren cual es el trato interno que necesitan recibir para transformarse porque eso es lo que en el fondo ellas también desean. Ninguno de estos estados ‘negativos’ se siente satisfecho siendo así.

En la medida que todos esos aspectos de nosotros mismos van encontrando un entorno respetuoso, pueden ingresar en niveles más profundos de conocimiento en donde se ve claramente su deseo de transformarse. No sólo se descubre eso, sino también cuál es el trato interior específico que se necesita recibir para poder hacerlo.   Cuando aprendo a brindarle a mi parte rechazada el trato que ella ha descubierto que necesita, es cuando accedo genuinamente a la experiencia de la auto asistencia psicológica, que trasforma sin dañar, que permite evolucionar armoniosamente.

La irrupción de emociones negativas, más o menos descontroladas, te está indicando que deseas transformarte, que hay aspectos de ti mismo que no te gustan.

Cuando lleguen las emociones negativas, escúchalas y pregúntate, ¿cuál es el mensaje útil que traen a través de esta forma distorsionada y perturbadora? Aunque te parezca extraño, esas emociones están ahí para ayudarte.

Están los dos lobos interiores: el que representa lo que aprecias y el que alude a lo que rechazas de ti mismo… como si fuera un mediador, observa cómo se relacionan entre ellos… Eso te permitirá desarrollar una visión más ecuánime de las partes que te constituyen y brindarles el trato respetuoso que merecen.

Es necesario asumir que uno no sabe y disponerse a aprender. Frecuentemente nos proponemos objetivos que no están inmediatamente a nuestro alcance porque todavía no estamos preparados. Las emociones nos informan de ello y cuando aprendemos a leerlas nos dan pistas de la ruta a seguir. Qué necesitamos aprender y qué pasos intermedios hemos de dar.

Tus emociones negativas te están informando de situaciones que te mantienen insatisfecho. Y que las herramientas que has usado hasta el momento para afrontarlas no te han funcionado. Necesitas generar vías de solución más acordes a tus capacidades actuales.

Cuando por ignorancia maltratamos a nuestras emociones es frecuente que nos fijemos también metas poco realizables. Ambas actitudes están relacionadas. Una meta que surge de un consenso interior y que, por lo tanto, es más realizable, es el estímulo más poderoso que logra activar en toda su plenitud tu potencial creativo.

Autor: Dr. Norberto Levy.