Los prejuicios, los conocimientos y la escucha

Conocimiento1

La mayoría de nosotros escucha con un prejuicio o con una mente atiborrada de conclusiones, de creencias y de los así llamados conocimientos (15).

Es todo un arte escucharlo todo sin prejuicio, sin erigir defensas; y me permito insinuar que procuremos prescindir de nuestros conocimientos adquiridos, de nuestra idiosincrasia y puntos de vista propios, y escuchemos para averiguar la verdad de las cosas (63).

La mente que está llena de conocimiento, de argumentación, que ha adquirido, que ha experimentado; una mente así es incapaz de escuchar, porque está llena de vanidad, de engreimiento (19).

Si acumuláis conocimiento y escucháis desde esa acumulación, desde vuestro trasfondo de conocimiento, entonces no estaréis escuchando (38).

Uno escucha algo, y la mente reacciona de inmediato con su conocimiento, sus conclusiones, opiniones y recuerdos del pasado.  Sólo obsérvese, observe el modo como escucha, y verá que esto es lo que ocurre.  O bien escucha con una conclusión, con el conocimiento, con ciertos recuerdos, ciertas experiencias, o desea una respuesta y está impaciente.  Desea saberlo todo al respecto, todo acerca de la vida, de la extraordinaria complejidad de la vida.  En realidad, usted no escucha, en absoluto (42).

 Sólo escuchamos cuando la mente no está traduciendo lo que oye en términos de lo que sabe.  El conocimiento impide escuchar.  Puede uno saber mucho, mas, para escuchar algo, que puede ser todo distinto de lo que uno sabe, tiene que dejar de lado el propio conocimiento (67).