Jueves, 30 de Agosto de 2018

Desgraciadamente la perdición del hombre es el olvido. Película Excalibur.

Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos, porque uno termina pareciéndose a ellos. Jorge Luis Borges.

Yo acepto lo bueno y lo malo juntos. No puedo amar a la gente a trozos. Película El Invitado de Invierno.

Algunas puertas no deberían abrirse jamás, porque una vez de que se traspasan ya no hay vuelta atrás. Película Asesinato en 8 mm.

Cuando tu cabeza dice una cosa y toda tu vida dice la otra, la cabeza siempre pierde. Película Cayo Largo.

A veces hay que saltarse las normas para solucionar algo. Película Las Normas de la Casa de la Sidra.

A veces hago lo que deseo hacer. El resto del tiempo hago lo que debo. Película Gladiator.

Las cosas hermosas no buscan llamar la atención. Película La vida secreta de Water Mitty.

A veces, el hablar se sobrevalora. Película Pleasantville.

El cine, si se hace bien, regala pequeños fragmentos de vida que nunca olvidarás. Película Amarcord.

Tú me diste estas emociones, pero no me dijiste como usarlas. Película Frankenstein.

El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira. La ira lleva al odio. Y el odio lleva al sufrimiento. Película Star Wars: Episodio I.

La flor que crece en la adversidad es la más hermosa de todas. Película Mulan.

El dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces. Ese es el trato. Película Tierras de Penumbra.

Los humanos sois muy extraños. Todo lo que creáis se usa para destruir. Película El Quinto Elemento. 

ELIAS CANETTI:

Algunas personas poseen cualidades sencillas por las que uno estaría dispuesto a vender su alma.

Él la ama, pero, a pesar de esto, con ella es la persona más cautelosa del mundo.

Amor: una serpiente con dos cabezas que se vigilan sin cesar.

Son mis ilusiones infantiles las que todavía me hacen decir si percibo una fisura en la coraza de un hombre: no todo está perdido, hace falta poco para hacer palpitar a ese corazón detenido.

Nadie sabe lo que es bueno. Sabemos lo que sería mejor.

¡Cuántas injusticias cometemos, para ser justos una vez!

Toda muerte rompe la cohesión de la intrincada red que es el mundo.

Amo demasiadas cosas. Debería amar todavía más.

Hay que defenderse de todo lo que somos, pero de tal manera que no lo destruyamos.

La indignidad del ataque nos confiere dignidad.

Nubes de palabras usadas, ¿qué lluvia van a dar?

Es inútil, no tiene sentido, incluso es despreciable dar por perdida a la humanidad.

Se puede desear mucho y siempre será demasiado poco. Pero lo que deseamos poseer siempre es demasiado.

Sigo sin saber por qué se ama a un hermano más que a cualquier otro hombre.

El que lucha por conservar la fama está perdido. Lo que importa es la eficacia de las ideas, nada más.

De cada daño que sufren los que amamos brota un mar de ternura.

Una ofensa tiene valor exactamente en la medida en que te obliga a reflexionar.

No son los pensamientos más profundos los que actúan más duraderamente sobre el mundo.

Cuando adviertas que alguien no te quiso bien, investiga primero qué fue lo que lo disgustó en ti. Puede que tuviera razón.

Dios, ¿cómo has soportado tu creación?

Las utopías fenecidas. ¡Qué tiempos, cuando aún podías cuidarlas y mimarlas! ¿Volverá otra vez ese tiempo, en el que no se teme a las utopías?

La palabra más imprecisa de todas: yo.

El que supera la alabanza, la merece.

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ: 

A los demonios no hay que creerles ni cuando dicen la verdad.

Creo que las mujeres sostienen el mundo en vilo, para que no se desbarate mientras los hombres tratan de empujar la historia. Al final, uno se pregunta cuál de las dos cosas será la menos sensata.

Descubrí que no soy disciplinado por virtud, sino como reacción contra mi negligencia; que parezco generoso por encubrir mi mezquindad, que me paso de prudente por mal pensado, que soy conciliador para no sucumbir a mis cóleras reprimidas, que sólo soy puntual para que no se sepa cuan poco me importa el tiempo ajeno. Descubrí, en fin, que el amor no es un estado del alma sino un signo del zodiaco.

El amor es tan importante como la comida. Pero no alimenta.

El amor se hace más grande y noble en la calamidad.

El deber revolucionario de un escritor es escribir bien.

Escribo porque quiero que me quieran.

La incredulidad resiste más que la fe, porque se sustenta de los sentidos.

La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla.

Las ideas no son de nadie.

Me desconcierta tanto pensar que Dios existe, como que no existe.

Mi sentido de la amistad es tal que recuerda un poco al de los gánsters.

No hay medicina que cure lo que cura la felicidad.

Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien las merezca no te hará llorar.

Ofrecer amistad al que busca amor es dar pan al que se muere de sed.

Sólo porque alguien no te ame como tú quieres, no significa que no te ame con todo su ser.

Yo vivo sólo para que me quieran más mis amigos.

Todavía no tenemos un muerto -dijo él-. Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra.

El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.

Había tenido que promover 32 guerras, y violar todos sus pactos con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir con casi cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad.

Intrigado con este enigma, escarbó tan profundamente en los sentimientos de ella, que buscando el interés encontró el amor, porque tratando de que ella lo quisiera terminó por quererla.

Pero a pesar de su inmensa sabiduría y de su ámbito misterioso, tenía un peso humano, una condición terrestre que lo mantenía enredado en los minúsculos problemas de la vida cotidiana.

El escritor escribe su libro para explicarse a sí mismo lo que no se puede explicar.

El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.

En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.

Estaba demasiado oprimido por los estragos del tiempo para pensar en nadie.

Siempre he creído que lo más hermoso de la creación es una mujer guapa.

Hay un momento en que todos los obstáculos se derrumban, todos los conflictos se apartan, y a uno se le ocurren cosas que no había soñado, y entonces no hay en la vida nada mejor que escribir.

El matrimonio, como la vida entera, es algo terriblemente difícil que hay que volver a empezar desde el principio todos los días, y todos los días de nuestra vida. El esfuerzo es constante, e inclusive agotador muchas veces, pero vale la pena. Un personaje de alguna novela mía lo dice de un modo más crudo: también el amor se aprende.

En realidad, el único momento de la vida en que me siento ser yo mismo es cuando estoy con mis amigos.

El éxito no se lo deseo a nadie. Le sucede a uno lo que los alpinistas, que se matan por llegar a la cumbre y cuando llegan, ¿qué hacen? Bajar, o tratar de bajar discretamente, con la mayor dignidad posible.

Neruda, lo he dicho otras veces, era una especie de rey Midas, todo lo que tocaba lo convertía en poesía.

Yo diría que el machismo, tanto en los hombres como en las mujeres, no es más que la usurpación del derecho ajeno. Así de simple.

Yo me considero el mejor amigo de mis amigos, y creo que ninguno de ellos me quiere tanto como yo quiero al amigo que quiero menos.

Hay que ser infiel, pero nunca desleal.

La diabetes es demasiado lenta para acabar con los ricos.

La ilusión no se come -dijo ella-. No se come, pero alimenta -replicó el coronel.

La ingratitud humana no tiene límites.

La sabiduría nos llega cuando ya no nos sirve de nada.

La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir.

Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no.

Lo peor de la mala situación es que lo obliga a uno a decir mentiras.

La pobreza es el mejor remedio para la diabetes.

Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.

Lo único que llega con seguridad es la muerte.

Nada en este mundo debe ser más tremendo que los escombros de un hombre.

Ningún lugar en la vida es más triste que una cama vacía.

La vida es la cosa mejor que se ha inventado.

No sea ingenuo coronel -dijo el médico-. Ya nosotros estamos muy grandes para esperar al Mesías.

El amor es un sentimiento contranatural que une a dos desconocidos en una relación mezquina e insalubre, cuanto más intensa, tanto más efímera.

Ella le preguntó por esos días si era verdad, como decían las canciones, que el amor lo podía todo. Es verdad, le contestó él, pero harás bien en no creerlo.

Siempre habrá gente que te lastime, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando, y solo ser más cuidadoso en quién confías dos veces.

Tratándose de un presidente, las peores ignominias pueden ser las dos cosas al mismo tiempo: verdad y mentira.

Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra.

Yo sí creo que Dios existe —dijo el presidente—, pero que no tiene nada que ver con los seres humanos. Anda en cosas mucho más grandes.

Lo que pasa es que en este país no hay una sola fortuna que no tenga a la espalda un burro muerto.

Desde entonces quedaron vinculados por un afecto serio, pero sin el desorden del amor.

Una pobre mujer consagrada al culto de sus defectos.

Dadme un prejuicio y moveré al mundo.

ALBERT CAMUS: 

¿Qué podré yo llamar eternidad, sino a todo aquello que forzosamente habrá de continuar después de mi muerte?

Convertirse en dios es solamente ser libre en esta tierra, no servir a un ser inmortal. Es sobre todo, por supuesto, sacar todas las consecuencias de esta dolorosa independencia. Si Dios existe, todo depende de él y contra su voluntad nada podemos. Si no existe, todo depende de nosotros.

Sigo creyendo que este mundo no tiene un sentido superior. Pero sé que en él algo tiene sentido.

Todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro.

Si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo.

¿Quién podría afirmar que una eternidad de dicha puede compensar un instante de dolor humano?

No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo.

Lo que sé, lo que es seguro, lo que no puedo negar, lo que no puedo rechazar, eso es lo que importa.

Los hombres lloran porque las cosas no son lo que deberían ser.

Vivir es lo contrario de amar.

Los artistas piensan según las palabras. Los filósofos, según las ideas.

La política y la suerte de la raza humana son formadas por hombres sin ideas y sin grandeza. Aquellos que tienen grandeza dentro de sí mismos no hacen la política.

La libertad no es nada más que una oportunidad para ser mejor.

La capacidad de atención del hombre es limitada y debe ser constantemente espoleada por la provocación.

He visto a personas obrar mal con mucha moral y compruebo todos los días que la honradez no necesita reglas.

El hombre tiene dos caras: no puede amar sin amarse.

El buen gusto consiste en no insistir, todo el mundo lo sabe

De los resistentes es la última palabra.

Califico de estúpido a quien teme gozar.

 

 

 

 

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