Ignorancia y deseo

Ignorancia1

 Discernir que el deseo está presente donde hay ignorancia y que, de este modo, genera sufrimiento, y aun así no permitir que la mente se ejercite para no desear, es una tarea sumamente ardua y difícil.  Podemos discernir que el poseer, el adquirir, crea sufrimiento y perpetúa la ignorancia, que el movimiento del anhelo impide la claridad del discernimiento.  Si uno reflexiona al respecto, percibirá que es así (14).

 El deseo surge de la ignorancia.  No puede existir independientemente; tiene que alimentarse de un condicionamiento previo, que es la ignorancia (14).

Ser esclavo del deseo es ser ignorante [según Buda, el deseo enraizado en la ignorancia de la naturaleza verdadera de la existencia es la causa del sufrimiento.  Una vez comprendida esta verdad, está asegurada la completa eliminación del sufrimiento], y esto termina inevitablemente en dolor (14).