Felicidad

‘El secreto de tu evolución personal está en empezar a degustar cada elemento de tu vida como si fuera único e inusual: el regalo que realmente es.  Porque en ese acto de reconocimiento y agradecimiento se encuentra el secreto del bienestar, el amor, la salud y, en suma, la felicidad duradera’. El Efecto Gratitud.

‘¿Qué es la felicidad? La conciencia de que se acrecienta el poder; que queda superada una resistencia’.  El Anticristo. F. Nietzsche.

‘La felicidad no llega de forma automática, no es una gracia que un destino venturoso puede concedernos y un revés arrebatarnos; depende exclusivamente de nosotros. No se consigue ser feliz de la noche a la mañana, sino a costa de un trabajo paciente, realizado día tras día. La felicidad se construye, lo que exige esfuerzo y tiempo. Para ser feliz hay que saber cambiarse a uno mismo’. Luca y Francesco Cavalli-Sforza.

‘Todo hombre quiere ser feliz; pero, para llegar a serlo, habría que empezar por saber qué es la felicidad’. Jean Jacques Rousseau.

‘Llamamos felicidad a algo complejo y confuso, a uno de esos conceptos que la humanidad ha querido dejar en el terreno de la vaguedad para que cada cual lo precise a su manera’. Henri Bergson.

Los sociólogos definen la felicidad como ‘el grado según el cual una persona evalúa positivamente la calidad de su vida tomada en su conjunto”. En otras palabras, la felicidad expresa hasta qué punto le gusta a una persona la vida que lleva’. Matthieu Ricard.

‘… Buscamos la felicidad, ese estado en el que el ‘yo’, con todos sus conflictos, esté ausente, y lo encontramos transitoriamente en ese acto [el sexo].  O bien nos disciplinamos, luchamos, controlamos, incluso nos destruimos a nosotros mismos, mediante la represión, lo cual implica que buscamos liberarnos del conflicto, porque con la cesación del conflicto hay júbilo.  Si podemos liberarnos del conflicto, entonces la felicidad existe en todos los diferentes niveles de la existencia’.  J. Krishnamurti.

‘Vivimos en un cambio continuo y se nos llama felices o desgraciados según cambiemos a mejor o peor’. B. Spinoza.

‘En la profunda comprensión de uno mismo reside la felicidad que cada ser humano busca a tientas y se esfuerza por lograr’.  J. Krishnamurti.

‘Epicuro entendía la filosofía, fundamentalmente, como investigación de la felicidad humana, como reflexión acerca de los temores que atenazan a los hombres (el miedo a la muerte, el miedo a los dioses, el deseo desmesurado de placeres y el miedo al dolor), y como lucha contra los prejuicios y las ideas que, como las del platonismo, sitúan la felicidad en otra vida. Consecuentemente con estas ideas, y con su máxima: ‘vive retirado’, prefería la compañía de sus amigos antes que el aplauso público’.   Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu.

‘El budismo habla de la ‘antorcha del conocimiento’; sin sabiduría, la razón especulará sobre la felicidad humana sin alcanzarla nunca’.   Jean-François Revel y Matthieu Ricard.

‘Sólo aquel que sigue el camino de la luz puede convertirse en maestro. No es un camino fácil.  En él se puede encontrar el amor, pero eso no es suficiente. Se puede encontrar en él la fe, pero esto tampoco es suficiente.  Y también se puede encontrar en él la libertad…  La felicidad puede convertirse en un esclavo, pues vendrá el día en que te abandone. Y entonces, la desearás fervientemente, no la encontrarás y te ahogarás en tu aflicción. Sólo puedes ser feliz si renuncias a la felicidad’.  Chao-Hsiu-Chen.

‘Freud entendió la salud como ese estado de equilibrio entre lo impulsional inconsciente y la conciencia reguladora, entre el cuerpo deseante y la espiritualidad ascética.  También Aristóteles concibió la felicidad en el punto medio entre los extremos e insistió en la necesidad del comedimiento que impide la violenta irrupción de la hybris [el exceso], ésta causante siempre de desgracias para el hombre’.  Domingo Araya Alemparte.

‘Aristóteles creía que la felicidad es algo más que mero placer, diversión o entretenimiento. Escribió que tales cosas son pasajeras, no perdurables, y que vienen de fuera de uno mientras que la plenitud procede de dentro.  A esta felicidad la llamó excelencia de carácter porque la veía fruto de alcanzar las virtudes clásicas de la sabiduría, la templanza, la valentía y la justicia (las virtudes cristianas –fe, esperanza y caridad- surgieron siglos después).  Si la felicidad consiste en virtuosa actividad, debe ser la actividad de la más elevada virtud o, en otras palabras, de la mejor parte de nuestra naturaleza (…) Así, concluimos que la felicidad alcanza hasta donde llega la facultad de pensar [correcto], y cuanto mayor sea la facultad de pensar de una persona, mayor será su felicidad; no como algo accidental sino en virtud de su pensamiento, pues éste es noble por definición. Por ende, la felicidad tiene que ser una forma de contemplación’.  Lou Marinoff.

‘La felicidad no consiste en las muchas cosas poseídas, sino en el modo de gozarlas, aunque sean menor’. Francisco Suárez.

‘Enderézate a ti mismo por ti mismo, examínate a ti mismo por ti mismo; estando así, atento y protegido por ti mismo, vivirás feliz’. Dhammapada.

‘La espiritualidad: una encuesta realizada por un instituto de sondeos europeo entre 938 personas (49 por ciento hombres y 51 por ciento mujeres, entre los 18 y los 69 años) lo deja claro.  En un momento histórico en que todo parece incierto e inseguro, no es fácil aferrarse a bienes transitorios. Así, se perfila en nosotros un nuevo sentimiento de bienestar ‘hecho por uno mismo’ centrado en la atención del propio espíritu, la única ancla que parece inmutable. Para la mayor parte de los encuestados, el antídoto contra el miedo y la inestabilidad consiste en buscarle un sentido más profundo a la existencia.  ¿Cómo lo logran? La mayoría de los encuestados (37 por ciento) opina que para su crecimiento personal y espiritual es necesario acudir a cursos que guíen la búsqueda del equilibrio y la autoestima.  También tienen un alto grado de aceptación (20 por ciento) las técnicas antiestrés, heredadas del Lejano Oriente y asimiladas por Occidente a través de seminarios prácticos y lecturas’. Marta Muñiz.

‘Buscar la felicidad: un prestigioso economista pronunció una vez una frase tan ingeniosa como falsa: ‘hay gente que quiere dinero y hay gente que no sabe lo que quiere’.  Carl Gustav Jung, figura clave de la psicología del siglo XX, presumía de su existencia espiritual, despegada de lo material.  ¿Quién de los dos vivía mejor? Lo que para uno era una vida plena, para el otro era el infierno en la tierra.  Pero una cosa tenían en común: los dos sabían lo que querían y no querían, habían encontrado el sentido de su vida.  Además, luchar por las metas tiene el mismo valor que conseguirlas’. José A. Rodríguez.

‘Para vivir bien hay que pensar bien’. Emerson.

‘Cuando la mente está quieta y satisfecha la felicidad es automática’. Svami Vishnu Devananda.

‘Nuestro fin no es obtener el bien natural, sino que la prosecución de ese bien [el proceso, el camino para ello] es el fin de la obtención (estética estoica)’. Plazaola, Juan.

‘Búsqueda de la plenitud de sí: eso es la felicidad’. Zubiri.

‘Si estamos en un cuarto oscuro y decimos que no hay luz es porque alguna vez hemos visto la luz. Algo parecido sucede con la felicidad’.  Swami Tilak.

‘Cuando uno dice que sabe lo que es la felicidad, se puede suponer que la ha perdido’. Anónimo.

‘Con frecuencia, algunos buscan la felicidad como se buscan los lentes cuando se tienen sobre la nariz’. Gustavo Dorz.

‘La felicidad, como el arco iris, no se ve nunca sobre la casa propia, sino sólo sobre la ajena’.  Proverbio alemán.

‘La única manera de multiplicar la felicidad es compartirla’. Paul Scherrer.

‘La felicidad es una estación de parada entre lo poco y lo demasiado’. Channing Pollock.

‘Siempre la felicidad nos espera en algún sitio, pero a condición de que no vayamos a buscarla’. Voltaire.

‘Para desembarcar en la isla de la sabiduría, hay que navegar en un océano de aflicciones’. Sócrates.

“La salud y la felicidad se engendran entre si naturalmente”.  Joseph Addison.

‘Nada satisface al individuo que es incapaz de gozar’.  Alan Watts.

‘Conozco a esos excesivamente felices, hijos predilectos del cielo, que no sienten más que su alma. Si alguna vez algo les altera, pues muy fácilmente se alteran estos seres delicados, ya nunca más vuelven a aquietarse, la herida ardiente les impulsa, y hierve el pecho incurable’. F. Hölderlin.

‘Para él la perfección del individuo era un valor objetivo, independiente de la importancia que tuviera para otros o de su propia felicidad’. Simmel, Georg.

‘Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo’. Sigmund Freud.

‘La felicidad es amor, no otra cosa. El que sabe amar es feliz’. Hermann Hesse.

‘Para ser feliz hay que vivir en guerra con las propias pasiones y en paz con las de los demás’. Séneca.