Autoridades y maestros

Autoridades y maestrosLa gente me pregunta a menudo: ‘¿no debemos tener autoridades?  ¿No debemos seguir a los Maestros?  ¿No necesitamos disciplina?’.  Otros dicen: ‘no nos hable acerca de la autoridad, porque ya la hemos superado’.  Mientras prosiga el proceso del ‘yo’ [la falsa idea que tenemos de nosotros], tienen que existir las muchas formas sutiles de autoridad, de deseo, con sus temores e ilusiones, con su compulsión.  La autoridad del ejemplo implica que hay temor, y en tanto no comprendamos el proceso del ‘yo’ [cómo surge y como desaparece], los meros ejemplos sólo se volverán obstáculos (14).

 Si el Maestro les dice que abandonen los caminos del mundo, que sean sencillos, que amen y sean compasivos, no acudirán a él.  Si les gratifica en lo que anhelan, caen a sus pies.  Este juego es para niños, para tontos, no para seres humanos adultos, maduros.  Además, si se sienten cómodos, si experimentan un estado de paz en presencia del Maestro, se convierten en sus devotos, esta devoción es corrupción, carece de valor para el hombre reflexivo, serio.  Pero si el Maestro les exige algo más allá de sus mezquinas comodidades y seguridades, pronto encuentran a otro (15).

Antes de buscar, antes de ir de maestro en maestro, de organización en organización, de creencia en creencia, es fundamental descubrir quién es la persona que está buscando y qué es lo que busca (16).

No siga a nadie y no acepte a nadie como maestro, excepto cuando usted mismo se convierta en su propio maestro y discípulo (39).

Es más una cuestión de compartir que de ser enseñado, de participar más que de dar o recibir (17).

Prasad: he estudiado una amplia gama de cosas, y he leído gran cantidad de libros pero la claridad sólo me ha llegado a través de usted.  Krishnamurti: sin embargo, el proceso está en usted.  Otros han leído los mismos autores que usted leyó y también han leído mis libros, ¿por qué no han notado la diferencia?  Si usted la ha notado es que el proceso está en usted.  Por lo tanto usted es el maestro y el discípulo, no yo (26).

Que los Maestros existan o no, que haya o no la distinción de Iniciados, discípulos, etc., no es importante, pero sí es importante comprenderse a sí mismo.  Sin conocimiento propio, vuestro pensamiento, vuestro raciocinio, carecen de base.  Sin antes conoceros a vosotros mismos, ¿cómo podéis saber qué es verdadero?  Sin conocimiento propio la ilusión es inevitable.  Es infantil que os digan y que aceptéis que sois esto o aquello (46).