Seneca 2‘No hay cosa que más presto aborrezcamos que lo que nos incomoda’.

‘No hay cosa que más pronto torne a sí, que el amor’.

‘No consiste la felicidad de nuestra vida en vivir, sino en vivir bien’.

‘No hay determinación tan general, que en parte no falle’.

‘Al desdichado no hacer nada es lo mejor’.

‘No hay felicidad tan perfecta, que carezca de todo sinsabor’.

‘Nunca falta al avariento razón para negar’.

‘No debes exigir lo que tú debías negar’.

‘El delito lleva consigo mismo el castigo’.

‘No hay camino que no tenga fin’.

‘No hay grande desgracia que dure mucho’.

‘Para el hombre ocupado no hay día largo’.

‘No es bueno el que es mejor que el malvado’.

‘La virtud no permanece oculta’.

‘Naturalmente nos alegra el fin de nuestras desgracias’.

‘No se debe imitar a uno solo, aunque sea el más sabio’.

‘No hay mayor causa para llorar que no poder llorar’.

‘Con dificultad se cree lo que después de creído ha de dar pena’.

‘El que sin fundamento empieza, nunca tiene, en lo que hace, asiento’.

‘Ama como que has de aborrecer, y aborrece como que has de amar’.

‘El verdadero amor no sufre dilaciones’.

‘No sabe ser rey el que teme mucho el odio ajeno’.

‘La obediencia del vasallo hace pacífico al señor’.

‘Contumaz es toda pasión, y mala de despedir‘.

‘Toda vida es tormento’.

‘Bien acaba la virtud, si acaba primero la vida’.

‘Toda virtud es difícil de seguir, y aún lo que se acerca a la virtud’.

‘El sabio en la virtud debe siempre hacer fundamento’.

‘La dificultad de los tiempos es ley de la naturaleza’.

‘Virtud es sufrir al ingrato hasta que sea agradecido’.

‘Todo lo vence el hombre, menos el hambre’.

‘Toda arte es imitación de la naturaleza’.

‘Todo lo puede esperar el hombre mientras vive’.

‘Ningún vicio hay que no tenga disculpa alguna’.

‘En toda reprensión debe entrar la blandura’.

‘Todo es incierto aun al dichoso’.

‘Parte es de beneficio negar con buena disculpa’.

‘Del tormento se libra el que fácilmente lo sufre’.

‘No sabe tornar a su dueño la vergüenza que se fue’.

‘Al que va de prisa se le hace grande un pequeño estorbo’.

‘Mejor parece a los mozos el peor consejo’.

‘Pierde su gracia lo que muchas veces se mira’.

‘No sirven de nada las desgracias a aquel que no aprenda en ellas’.

‘A leyes del pueblo, por la mayor parte contradicen sabios’.

‘El pobre contra su voluntad se harta’.

‘Acrecienta el valor de los mantenimientos la dificultad con que se alcanzan’.

‘Nada se logra con restituir al pródigo lo que perdió’.

‘Parte de inocencia es la ceguedad’.

‘Muy cerca está de negar el que duda responder’.

‘Vicio es grande en el deudor hacer de su acreedor ofensa’.

‘Por patria reputamos la tierra donde vivimos felizmente’.

‘No es pesada la pobreza sino para aquel que la tiene por pesada’.

‘Quítanos la vergüenza de pecar la multitud de los que pecan’.

‘Ahógase el principio cuando se sigue grandeza’.

‘El primer grado de las riquezas es tener lo preciso, y el segundo la que basta’.

‘Perdiéronse las buenas costumbres, después que a los vicios se les dio el nombre de virtud’.

‘En poca costa nos mete el hambre, y en mucha el hastío’.

‘Virtuosa cosa es haber acabado de vivir antes de acabar la vida’.

‘Natural es de pobres contar muchas veces el caudal’.

‘Antes de ofrecer debemos detenernos, pero después de haber ofrecido, cumplirlo’.

‘Engaño hay cuando se concede lo que primero se negó’.

‘Lo segundo, después de no errar, es vergüenza de haber errado’.

‘Más daño hace el enemigo al que huye’.

‘Las pasiones aguzan el ingenio’.

‘¿Qué no vence la virtud?’.

‘La verdadera virtud, natural ha de ser, y no fingida’.

‘Quien no tiene que esperar, de nada debe desesperarse’.

‘Al que la razón no pudo dar remedio, muchas veces se lo dio la paciencia’.

‘Da causa para negar el que pide con temor’.

‘Sufra trabajos aquel a quien la suerte los da’.

‘El afligido cree con más facilidad lo que desea’.

‘Cosa ajena alaba el que a su prosapia [linaje] alaba’.

‘La desgracia no llega al hombre valeroso’.

‘Alegre nos es el recuerdo de las desgracias que han pasado’.

‘Cada uno sufre o goza según sus obras’.

‘No se puede asegurar la existencia de un solo día’.

‘El príncipe que desee sostenerse en el trono, gobierne con clemencia’.

‘El que en sí reconoce algún vicio, presume que de él se habla cuando se nombra aquel vicio’.

‘Lo más perfecto que hay en el hombre está libre del poder de los hombres’.

‘El que tarde dio, por mucho tiempo no quiso dar’.

‘Si alguna cosa deseas de mucho valor, procura que haya pocas como ella’.

‘El que, pudiendo, no evita el delito, lo consiente’.

‘Todo es lícito al vencedor’.

‘Lo que nunca se hizo, se puede hacer’.

‘La mayor parte del tormento es el tiempo que precede al tormento’.

‘Vicios hay que como señales de felicidad deleitan’.

‘Lo que a lo más alto llega, cerca está de caer’.

‘Menos venganza quiere el padre, de la que quiere la ley’.

‘Pide el beneficio el que a la memoria lo trae’.

‘Muchos hay que amando matan’.

‘El que de buena voluntad recibió algún beneficio, pagó la primera parte de su obligación’.

‘Poco se estima lo que se tiene en casa’.

‘Cosas hay que para saberlas no basta haberlas aprendido’.

‘No guardes mezquinamente tus bienes, ni los derrames con prodigalidad’.

‘El que de nuevo no quiere recibir, de lo recibido le pesa’.

‘Si de alguna cosa tuvieras necesidad, a ti mismo pídela prestada’.

‘Cumple religiosamente tus obligaciones del modo mismo que las contrayeres’.

‘Hay casos tan feos, que aun al que los castiga ofenden’.

‘Mejor es precaver lo venidero que disputar sobre lo pasado’.

‘Ejercítese antes de la obra, el que en ella se quisiere ver expedito’.

‘No consiente que le reprendan el que no reconoce haber errado’.

‘Debemos considerar quiénes somos, y no la reputación en que estamos’.

‘Siempre es peor el día siguiente’.

‘Menos dolor produce la desgracia que de antemano se teme’.

‘Muchas sutilezas despojan de sus bríos a la razón’.

‘No tiene que subir el que a lo más alto Ilegó’.

‘Pocos hay viejos y dichosos’.

‘Grosero es el tirano que con muerte castiga’.

‘Siempre los descendientes tornan a la raíz’.

‘Rey se puede llamar el que nada teme’.

‘El amor natural, si una vez falta, luego vuelve’.

‘Guarda es de reinos el miedo’.

‘Cosas grandes no se pueden restituir’.

‘El precio de la virtud es ella misma’.

‘Desasosegada cosa es la prosperidad’.

‘Yerra el que por odio del malo pone su inocencia en peligro’.

‘El que pudiendo no favorece al que está en peligro, ayuda a matarlo’.

‘Vilmente vive el que conforme a las costumbres del vulgo vive’.

‘El bien se conoce más tarde que el mal’.

‘Buen juicio y mucha plática [conversación], pocas veces se juntan’.

‘Uso y memoria, engendraron sabiduría’.

‘Nunca es tarde para vivir bien’.

‘Algunas veces se encubre con una maldad, otra’.

‘Alegre cosa es llegar al logro de nuestros deseos’.

‘Muchas veces la pasión nos ata la lengua’.

‘No hay cosa que más abata los espíritus que la pobreza’.

‘A nuestra diligencia debemos lo que contra voluntad de otro alcanzamos’.

‘Las esperanzas se encadenan’.

‘Otra muerte es no poder llorar en la muerte’.

‘La parte de vuestro cuerpo más sana es la que más se ejercita’.

‘Los estudios, aunque no tengan efecto, son dignos de loor’.

‘Más virtud es favorecer al malo por razón del bueno, que por causa del malo no ayudar al bueno’.

‘Si no hay diferencia en las costumbres todos son iguales’.

‘Si deseas ser amado, ama’.

‘Poco remedio queda al que más tarde se pone en regla [al que empieza a aprender de viejo]’.

‘Esperanza es nombre de un bien dudoso’.

‘Más pena nos da la opinión de trabajo que el trabajo mismo’.

‘Muy severo es el verdadero contentamiento’.

‘Yerra el que se aflige porque en algún tiempo ha de tener aflicción’.

‘Simpleza es loar en los hombres cosas ajenas’.

‘Trata a tu inferior como deseas ser tratado de tu superior’.

‘La inexperiencia destruye e inutiliza muchas buenas ocasiones’.

‘El que no quiera vivir sino entre justos, viva en un desierto’.

‘Pierde su autoridad la gravedad continua’.

‘Yerra el que no principia a aprender por parecerle que ya es tarde’.

‘Muchas veces es poco lo que se da, y mucho lo que de darlo se sigue’.

‘Mejor es saber cosas excusadas que no saber ninguna’.

‘Sencillos son los cuidados del bueno, y doblados los del malo’.

‘Muchas veces lo que no se halla cuando se busca, sale al encuentro cuando no se busca’.

‘Más apocado queda el que es fríamente alabado que el que es ásperamente reprehendido’.

‘No se puede formar de los mozos un juicio exacto’.

‘El que más experiencia tiene, teme más los peligros’.

‘El tiempo hace llevaderas las desgracias’.

‘Llevadera sería la pobreza, si no trajese consigo deshonra’.

‘Tanto pierde la buena obra de valor, cuanto tuvo de tardanza’.

‘No quiere el que tarde quiere’.

‘Más seguro está contra fortuna aquel a quien después de la fortuna le queda alguna cosa’.

‘Trabajoso es deber a quien no querrías deber’.

‘Más se teme lo que más veces acontece’.

‘En tanto tiene la razón poder, en cuanto está libre de pasión’.

‘No se da como se debe dar, lo que sin ser pensado se da’.

‘Apocado es el que consiente ser en beneficios vencido’.

‘Torpe pérdida es la que por negligencia se hace’.

‘Vergüenza es en el viejo no saber más de lo que lee’.

‘El que callar no puede, hablar no sabe’.

‘Vencedora de leyes es la osadía’.

‘En tanto se debe aprender, en cuanto no se sabe y aun en cuanto se vive’.

‘Tierras fértiles, afortunados hombres producen’.

‘Uno y otro es cobardía, querer y no querer morir’.

‘Mucha parte de la verdad se encubre a los que vista no tienen’.

‘Vergüenza tenemos de ser con vergonzosa medicina curados’.

‘Furiosos son los primeros ímpetus del vencedor’.

‘Así es crueldad perdonar a todos como a ninguno’.

‘Amor de mujer casta, perpetuo es’.

‘Crédulos son todos los que temen’.

‘Refiérense las leves pasiones, y las muy grandes no se pueden referir’.

‘Si quieres no temer ni esperar, da por pasada la vida’.

‘Peor se sufre el menosprecio que el cautiverio’.

‘Pequeños son los deseos de nuestro cuerpo’.

‘Para nuestra avaricia, lo mucho es poco, y para nuestra necesidad, lo poco es mucho’.

‘Lo que a uno puede acontecer, puede acontecer a todos’.

‘Prueba es de buen espíritu tener firmeza’.

‘La aflicción de nuestros amigos nos induce a amarlos más’.

‘No son propios para reinar los ánimos humildes’.

‘Los últimos males en ninguna manera nos descansan’.

‘Algunas veces debemos desechar los grandes pensamientos, y seguir los que las circunstancias nos inspiran’.

‘En lo hondo, no solamente está lo poco, sino también lo peor’.

‘Por rico se puede tener el que con la pobreza bien se aviene’.

‘Nada ofende tanto a nuestra salud como la mudanza de remedios’.

‘El árbol que muchas veces se trasplanta no crece’.

‘Todo lo debemos consultar con el amigo, más primero debemos consultar si lo es’.

‘Tomado un amigo debe dársele crédito y antes de tomarle se le debe juzgar’.

‘No hay bien alguno que nos deleite, si no lo comunicamos’.

‘Largo es el camino de los preceptos para llegar a la sabiduría, y corto el de los ejemplos’.

‘Enseñando aprendemos’.

‘Debemos ponernos por modelo algún varón virtuoso, y pensar que asiste de continuo a nuestras obras’.

‘Todo lo honesto tiene por bajeza el que a su cuerpo demasiado ama’.

‘El sabio nunca provoca la ira del más poderoso, sino procura evitarla’.

‘En muchos conseguir no fue fin de trabajos, sino mudanza de ellos’.

‘Mejor es acabar una vez que ser atormentado muchas’.

‘Con más seguridad seríamos ricos, si conociésemos el poco trabajo que hay en ser pobres’.

‘Grande se puede llamar el que en las riquezas es pobre’.

‘Difícilmente se tiene templanza en lo que se presume ser bueno’.

‘El sabio no debe huir de la vida, sino apartarse de ella’.

‘Aun los muy cobardes hablan con osadía’.

‘El que aconseja que se piense en la muerte, la libertad aconseja’.

‘A unos basta mostrar el remedio, a otros es necesario buscarlo’.

‘En todo lugar se puede vivir virtuosamente’.

‘Ningún virtuoso puede aplacar al pueblo’.

‘Mucha parte de la verdad está por descubrir’.

‘Todo hombre se somete fácilmente a la doctrina de sus naturales’.

‘No podemos evitar las pasiones, pero sí vencerlas’.

‘De grande ánimo es menospreciar grandezas y querer antes la medianía que la sublimidad’.

‘Más seguro es el camino de que se duda’.

‘La buena conciencia entre muchos está segura, y la mala aun estando sola teme’.

‘De ningún testigo deberíamos hacer más caso que de nosotros mismos’.

‘Noble se puede llamar el que por naturaleza es inclinado a la virtud’.

‘No se debe menospreciar la fortuna de alguno cuando el que la menosprecia puede descender a ella’.

‘Más sutileza es dejar ciertas cuestiones que desatarlas’.

‘La virtud que por mucho tiempo se ejercita, persevera’.

‘Obliguemos a nuestra alma a que principie a vivir bien; que después pequeños remedios bastan’.

‘Débese elegir un buen domicilio, útil, no sólo para el cuerpo, sino también para las buenas costumbres’.

‘A los que con armas vencen, los vencen muchas veces los vicios’.

‘Ausentes están algunos, aunque presentes parezcan’.

‘No queda esperanza de remedio cuando los vicios se mudan en costumbres’.

‘No puede la fortuna quitar lo que no dio’.

‘No solamente nos inquieta el golpe, sino también el sonido’.

‘El rico que sin tener cuenta lo es, poco tiempo es rico’.

‘No quiere el enfermo médico elocuente, sino que le sane’.

‘No hay maldad tan grande, que carezca de ejemplos’.

‘La verdad, en todas sus partes lo es’.

‘Para pocos nació el que solamente es útil a las gentes de su tiempo’.

‘Quien de verdad quiere ser bueno, lo será’.

‘Imperar es oficio, y no reino’.

‘Muchos dejan de pecar más por vergüenza que por voluntad’.

‘Aun los deleites son penosos cuando sin consideración se gozan’.

‘Poco importa que seamos acreedores de la fortuna o de los hombres pues lo uno y lo otro es ajeno’.

‘Inútilmente se previene lo que no se puede evitar’.

‘Parte de intemperancia es querer saber más de lo necesario’.

‘Procura en tus estudios no saber más que los otros, mas saberlo mejor’.

‘No se alaban las riquezas porque se codician, sino que se codician porque se alaban’.

‘Por humilde se tiene ya el que con lo necesario se contenta’.

‘Mucha diferencia hay de no querer pecar a no saber’.

‘En menos tiempo se deshacen las cosas que se restauran’.

‘Aunque la edad de algunos fue imperfecta, su vida fue perfecta’.

‘Siempre podemos aprender del hombre eminente, aun cuando calla’.

‘El mayor espacio de la vida es vivir hasta saber’.

‘No conocerás cuando el sabio te es útil, y lo conocerás cuando te haya sido útil’.

‘Una parte de la virtud consiste en la teoría, y otra en la práctica’.

‘A vicios leves, pequeños remedios bastan’.

‘Nunca se tiene un vicio solo’.

‘Castigo es la maldad de sí misma’.

‘El que llamas muerto, no murió, mas partió primero’.

‘Cada día debemos juzgarlo una nueva vida’.

‘Menos nos duele la desgracia cuando testigos hay’.

‘En los hombres grandes no es menos provechosa la memoria que la presencia’.

‘Un perverso perjudica a otro perverso, y los útiles son buenos a los útiles’.

‘Con mayor tormento se conserva la hacienda que se adquiere [cuesta más mantenerla que ganarla]’.

‘Trabajos nos dan quien grandezas nos promete’.

‘En poco se tiene, después de alcanzado, lo que antes se estimaba mucho’.

‘Todo lo que por arte se hace, es más incierto y desigual que lo que naturaleza reparte’.

‘En ninguno puede haber vicio, sino en el que puede haber virtud’.

‘No hay hombre más desdichado que el que nunca probó la adversidad’.

‘Menos teme los peligros el que más veces los venció’.

‘Natural es en todo hombre la piedad, mas en el príncipe es más honrosa’.

‘Muy amable es la vida, cuando todos la desean’.

‘Más veces se comete lo que más veces se castiga’.

‘Así infaman al príncipe muchos castigos, como muchas muertes al médico’.

‘No va en más nuestro acertar, que en no imitar al pueblo’.

‘Igual es el número de los envidiosos al de los aduladores’.

‘La virtud ni causa hastío ni arrepentimiento’.

‘El deleite no es premio ni causa de virtud, sino accesorio provecho suyo’.

‘El sabio no tiene afición a las riquezas, mas querríalas antes de tener que dejar de tener’.

‘Si te sabes aprovechar de la vida, larga es’.

‘No hace solamente la guerra el que se halla en el campo’.

‘Nunca nos avergüence si la obra es buena’.

‘Solamente del tiempo es loable la avaricia’.

‘El buen capitán no ha de confiar tanto en la paz, que no se aperciba para la guerra’.

‘Antes nos faltarán lágrimas que causa para verterlas’.

‘Por venganza tiene el magnánimo, haber podido vengarse’.