Francis-Bacon

“Quien se propone ser caritativo después de muerto es, mirándolo bien, generoso con los bienes de los demás, no con los propios”.

“La historia hace a los hombres sabios; la poesía, ingeniosos; las matemáticas, sutiles; la filosofía natural, profundos; la moral, graves; la lógica y la retórica, hábiles para la lucha”.

“La causa final, como una virgen a Dios consagrada, nada alumbra”.

“Debemos mucho a Maquiavelo y a quienes nos han mostrado lo que los hombres hacen, y no lo que deberían hacer”.

“Sólo obedeciéndola se doblega a la naturaleza”.

“La venganza es una especie de justicia salvaje”.

“La prosperidad no existe sin temores ni disgustos, ni la adversidad sin consuelos y esperanzas”.

“Es un extraño propósito perseguir el poder y perder la libertad”.

“Un poco de filosofía inclina la mente del hombre al ateísmo; pero profundizar en la filosofía la conduce a la religión”.

“Escoger el momento es ahorrar tiempo”.

“Los franceses son más inteligentes de lo que parecen y los españoles parecen más de lo que son”.

“Las sospechas son entre los pensamientos como los murciélagos entre las aves, siempre echan a volar con el crepúsculo”.

“El conocimiento mismo es poder”.

“La esperanza es un buen desayuno, pero una mala cena”.

“La poesía le da a la humanidad lo que la historia le niega”.

“Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde”.

“Ningún pueblo abrumado de impuestos es apto para dominar”.

“Si empieza uno con certezas acabará con dudas; pero si se conforma en comenzar con dudas, conseguirá terminar con certezas”.

“Un joven en años puede ser viejo en horas, si no ha perdido el tiempo”.

“Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y digeridos”.

“Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él”.

“Nada se sabe bien sino por medio de la experiencia”.

“La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad”.

“Un hombre no es sino lo que sabe”.

“La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad”.

“Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral”.

“La historia es la ciencia de los hechos”.

“Pensamos según nuestra naturaleza, hablamos conforme a las reglas y obramos de acuerdo con la costumbre”.

“El argumento se semeja al disparo de una ballesta, es igual de efectivo dirigido a un gigante que a un enano”.

“Los filósofos hacen leyes imaginarias para sociedades imaginarias, y sus discursos son como las estrellas, que dan poca luz por la altura a la que se encuentran”.

“Un hombre sabio se procurará más oportunidades de las que se le presentan”.

“Pues el conocimiento, también, es en sí mismo un poder”.

“El malo, cuando se finge bueno, es pésimo”.

“Los metafísicos se parecen a las estrellas: dan poca luz por estar demasiado altos”.

“Los hombres elevados a los puestos prominentes son tres veces esclavos”.

“No leas para contradecir o refutar ni para creer o dar por bueno, ni para buscar materia de conversación o de discurso, sino para considerar y ponderar lo que lees”.

“La envidia es el gusano roedor del mérito y de la gloria”.

“Para poder dar órdenes a la naturaleza hay que saber obedecerla”.

“En materia de gobierno todo cambio es sospechoso, aunque sea para mejorar”.

“El tiempo es la medida de los negocios, como el dinero lo es de las mercancías”.

“No hay cosa que haga tanto daño a una nación como que la gente astuta pase por inteligente”.

“Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer”.

“El dinero es como el estiércol: no es bueno a no ser que se esparza”.

“El leer hace completo al hombre, el hablar lo hace expeditivo, el escribir exacto”.

“El respeto a sí mismo es, después de la religión, el freno principal de todos los vicios”.

“Las casas han sido construidas para habitarlas, no para contemplarlas”.

“El disimulo es una sabiduría abreviada”.

“Los viajes son en la juventud una parte de educación y, en la vejez, una parte de experiencia”.

“La felicidad de los grandes consiste no en sentirse felices, sino en comprender cuan felices piensan otros que han de ser ellos”.

“Es triste condición tener pocas cosas que desear y muchas cosas que temer, y, sin embargo, tal suele ser el caso de los reyes”.

“Los cocodrilos vierten lágrimas cuando devoran a su víctima. He aquí su sabiduría”.

“Soy de la opinión de aquel que dijo: «Mejor es vivir allí donde no hay ley de ninguna clase, que donde todo está reglamentado»“.

“Los hijos endulzan las penas, pero hacen más amargas las desgracias; aumentan los cuidados de la vida, pero atenúan el recuerdo de la muerte”.

“Los buenos modales equivalen a una traducción de la virtud en lengua vulgar”.

“Pide prudente consejo a los dos tiempos: al antiguo, sobre lo que es mejor; al moderno, sobre lo que es más oportuno”.

“Hay muchos medios de hacerse rico, pero muy pocos de hacerlo con honradez; la economía es uno de los más seguros, a pesar de que tampoco es del todo inocente, porque resta una parte a la caridad”.

“Los ensayos son meditaciones dispersas”.

“La discreción en las palabras vale más que la elocuencia”.

“Calumniad con audacia; siempre quedará algo”.

“Sin la amistad, el mundo es un desierto”.

“Quisiera vivir para estudiar, no estudiar para vivir”.

“Mientras admiramos y exaltamos las facultades de la inteligencia humana, nos olvidamos de buscar sus verdaderos colaboradores”.

“He preferido estudiar los libros que a los hombres”.

“La muerte es el menor de todos los males”.

“El requisito del éxito es la prontitud en las decisiones”.

“La discreción es una virtud, sin la cual dejan las otras de serlo”.

“Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas”.

“La bajeza más vergonzosa es la adulación”.