Buda IIEl Budismo ha sido durante muchos siglos la tradición espiritual dominante en la mayor parte de Asia, incluyendo a los países de la Indochina, como también Sri Lanka, Nepal, Tíbet, China, Corea y Japón. A diferencia del Hinduismo, el Budismo se puede trazar hasta un único fundador, Siddharta Gautama, el llamado Buda “histórico”. Vivió en la India a mediados del siglo VI a. C.

Si el sabor del Hinduismo es mitológico y ritualista, el del Budismo es definitivamente psicológico. El Buda no estaba interesado en satisfacer la curiosidad humana sobre el origen del mundo, la naturaleza de lo divino o preguntas similares. Estaba interesado exclusivamente con la situación humana, con los sufrimientos y frustraciones de los seres humanos. Su doctrina es, por ello, no una de metafísica sino una de psicoterapia. Hizo notar el origen de las frustraciones humanas y la forma de sobreponerse a ellas, tomando para ello los conceptos tradicionales hindúes de maya, karma, nirvana, etc., dándoles una interpretación psicológica renovada, dinámica y directamente relevante.

Después de la muerte de Buda, el Budismo se desarrolló en dos escuelas distintas: la Hinayana y la Mahayana, la primera más ortodoxa y la segunda más flexible, en la India fue absorbido por el Hinduismo pasando Buda a ser una encarnación del multifacético dios Vishnu.

A medida que se extendió por Asia entró en contacto con una gran cantidad de culturas diferentes y mentalidades distintas que interpretaron la doctrina de Buda desde diferentes puntos de vista. Gracias a esto el Budismo se mantuvo vivo a través de los siglos y se desarrolló en filosofías altamente sofisticadas con profundos conocimientos psicológicos.

A pesar de su alto nivel intelectual filosófico, el Budismo Mahayana nunca se pierde en pensamientos abstractos especulativos. Como siempre en el misticismo oriental, el intelecto es visto sólo como una forma de despejar la vía para la directa experiencia mística, que los budistas llaman “despertar”. La esencia de esta experiencia es pasar más allá del mundo de distinciones intelectuales y opuestos, para alcanzar el mundo de “acintya”, lo impensable, donde la realidad aparece como una “entidad” no dividida e indeferenciada.

Esta fue la experiencia de Siddhartha Gautama una noche, después de siete años de disciplina extenuante en los bosques. Sentado en profunda meditación bajo el celebrado árbol Bodhi, el Árbol de la Iluminación, repentinamente obtuvo la clarificación final y definitiva en todas sus búsquedas y dudas, en el acto de “insuperable y completo despertar”, lo que lo transformó en Buda, esto es, “El Despertado”. Para el mundo oriental, la imagen de Buda en estado de meditación es tan significativo como la imagen de Cristo crucificado para el occidente.

 

SELECCIÓN DE FRASES:

‘Con mi cuerpo, mi palabra y mi espíritu en perfecta unidad, mi corazón acompaña el tañido de la campana. Que quienes la oigan despierten de su olvido y trasciendan toda angustia y todo pesar’.

‘El que despierta debe hacerlo con la mente del principiante: nueva, vacía, curiosa e interesada’.

‘No creas en algo simplemente porque ha sido transmitido por muchas generaciones. No creas en nada simplemente porque ha sido dicho y rumoreado por muchos. No creas en nada simplemente porque esta escrito en las Sagradas Escrituras. No creas en nada meramente por la autoridad de maestros, mayores u hombres sabios. Cree solamente después de cuidadosa observación y análisis, cuando encuentres que concuerda con la razón y que conduce a lo bueno y al beneficio de uno y todos. Entonces acéptalo y vive según ello’.

‘Pocos son entre los hombres los que llegan a la otra orilla; la mayor parte corren de arriba abajo en estas playas’.

‘En verdad que vivimos felices si no odiamos a aquellos que nos odian, si entre hombres que nos odian habitamos libres de rencor’.

‘Como una bella flor, llena de colorido pero sin perfume, así es estéril la palabra hermosa del que no actúa conforme a ello. Como una bella flor, llena de colorido y con perfume, así es fecunda la palabra hermosa del que actúa conforme a ella’.

‘Sabios son aquellos que dominan el cuerpo, la palabra y la mente. Ellos son los verdaderos Maestros’.

‘El hombre que tiene miedo, busca refugio en los montes, en los bosques sagrados o en los templos. Sin embargo tales refugios no sirven, pues allí donde vaya, sus pasiones y sus sufrimientos lo acompañarán’.

‘El pasado ya ha pasado y el futuro aún no ha llegado. Sólo en el momento presente podemos disponer de nuestra vida. Dejemos atrás nuestros lamentos por el ayer; despojémonos de nuestra preocupación por el futuro y regresemos a nosotros mismos para acariciar el momento presente’.

‘No hay incendio como la pasión: no hay ningún mal como el odio’.

‘El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional’.

‘Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo’.

‘Es difícil para el fuerte y rico observar el camino’.

‘Es difícil no anhelar lo que es agradable’.

‘Es difícil ser metódico en el aprendizaje y meticuloso en la investigación’.

‘Es difícil no expresar una opinión a los demás’.

‘Es a través de una oportunidad extraordinaria que a uno se le presenta un maestro verdaderamente espiritual’.

‘Es difícil alcanzar un discernimiento de la naturaleza del ser y practicar el Camino’.

‘Es difícil no sentir menosprecio hacia el analfabeto’.

‘Esos que son puros de corazón y determinados en su propósito son capaces de entender el Camino supremo’.

‘Bueno es practicar el camino y seguir la verdad. Grandioso es el corazón que está de acuerdo con el Camino’.

‘Lo más poderoso es la mansedumbre, porque no esconde /abriga pensamientos malévolos y además es calmada y está llena de fortaleza.

‘Mirar el Camino es como ir a una habitación obscura con una antorcha’.

‘Mi doctrina es pensar el pensamiento que es impensable, practicar la acción que es no-acción, expresar lo inexpresable, y entrenarse en la disciplina, que está más allá de ser disciplina’.

‘La mente es el señor. Cuando al señor mismo se le declara sirviente, los pensamientos mismos se pacifican’.

‘De las pasiones surge la preocupación. De la preocupación surge el temor.  Fuera de las pasiones no hay temor ni preocupación’.

‘Esos que siguen el Camino son como guerreros que pelean a manos limpias con una multitud de adversarios/oponentes’.

‘Oh monjes… cuando vuestro corazón está de acuerdo con el Camino no habrá necesidad de molestarse acerca de vuestra apariencia/conducta exterior’.

‘Avanzando estos tres pasos, llegarás más cerca de la sabiduría: Primero: Habla con verdad. Segundo: No te dejes dominar por la cólera. Tercero: Da, aunque no tengas más que muy poco que dar’.

‘El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional’.

‘El insensato que reconoce su insensatez es un sabio. Pero un insensato que se cree sabio es, en verdad, un insensato’.

‘El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor’.

‘Estamos en este mundo para convivir en armonía. Quienes lo saben no luchan entre sí’.

‘Más grande que la conquista en batalla de mil veces mil hombres es la conquista de uno mismo’.

‘La paz es el resultado de muchas actitudes, todas estas fundamentadas precisamente en la caridad, no entendida como limosna, sino como amor’.

‘La vigilancia y la lucidez son los senderos de la inmortalidad. Los que vigilan no mueren. La negligencia es el sendero de la muerte. Los negligentes son como si ya estuvieran muertos’.

‘Lo que hoy somos descansa en lo que ayer pensamos, y nuestros actuales pensamientos forjan nuestra vida futura’.

‘Más que mil palabras inútiles, vale una sola que otorgue paz’.

‘Nadie puede corromper ni purificar a otro, somos nosotros mismos responsables de nuestra propia purificación’.

‘Ni siquiera un Dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo’.

‘No busques la amistad, de quienes tienen el alma impura; no busques la compañía de hombres de alma perversa. Asóciate con quienes tienen el alma hermosa y buena’.

‘No creáis nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen; creedlo después de someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia’.

‘No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo’.

‘Nuestras buenas y nuestras malas acciones nos siguen como una sombra’.

‘Nunca he conocido a nadie tan ignorante del que no pudiera aprender algo’.

‘Para vivir una vida desprendida, no debemos considerar nada como de nuestra propiedad’.

‘Puede un mortal hacer mucho bien en esta vida’.

‘Si tiene solución, ¿por qué lloras? Si no tiene solución, ¿por qué lloras?’.

‘Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos’.

‘La riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión’.

‘El resentimiento no se calma con el resentimiento, solo con amor paciente deja de existir, ésta es una verdad constante’.

‘Hay quienes lamentan su necedad, éste ya no es necio; más necio es aquel que sin conocerse a si mismo, dice ser inteligente’.

‘No el que vence a miles de enemigos en la batalla, si no el que se vence a si mismo, es el máximo vencedor’.

‘Si cada día coges un puñado de arena, formarás una montaña’.

‘La verdad trae paz a la mente anhelante; conquista el error; apaga las llamas de los deseos’.

‘Por encima de todo está la bondad afectuosa. Así como la luz de la luna ilumina sesenta veces más que la de las estrellas, la bondad afectuosa libera alcorazón de una forma sesenta veces más efectiva que todos los demás logros religiosos juntos’.

‘Dando nuestra comida, nos hacemos más fuertes, ofreciendo a los demás nuestros vestidos, nos hacemos más bellos, prestando desinteresadamente las moradas de la pureza y la verdad, conseguimos grandes tesoros’.

‘Si algo tiene que hacerse […] ve a por ello enérgicamente’.

‘Los buenos pensamientos producirán buenos actos’.

‘Satisfaced las necesidades de la vida como la mariposa que liba la flor, sin destruir su fragancia ni su textura’.

Los proverbios de Buda.

Tres acciones malas que dependen del cuerpo:

  • Matar.
  • Robar.
  • Conductas impuras o corruptas.

Las cuatro que dependen de la boca:

  • Difamar.
  • Maldecir.
  • Mentir.
  • Adular.

Las tres que dependen de la mente:

  • Celos.
  • Odio.
  • Ignorancia.

Fragmentos de Siddharta, de Hermann Hesse:

  • ‘No, un auténtico buscador -alguien que realmente deseara encontrar-, no podía aceptar doctrina alguna. Pero, el que ha encontrado sí puede adoptar cualquier doctrina, todas, todos los caminos y objetivos’.
  • ‘La sabiduría que un sabio trata de comunicar a otros suena siempre a locura. El saber puede comunicarse, pero la sabiduría no’.
  • ‘Y he aquí una doctrina de la que vas a reírte: el amor, Govinda, me parece la cosa más importante que existe. Analizar el mundo, explicarlo o despreciarlo acaso sea la tarea principal de los grandes filósofos. Yo en cambio lo único que persigo es poder amar al mundo, no despreciarlo, no odiarlo a él ni odiarme a mí mismo, poder contemplarlo -y con él a mí mismo y a todos los seres- con amor, admiración y respeto’.

Duda de todo. Encuentra tu propia luz’. Últimas palabras de Buda, según la tradición antigua.