Antonio-Machado

Fue un poeta español, el más joven representante de la Generación del 98. Su obra inicial, de corte modernista, evolucionó hacia un intimismo simbolista con rasgos románticos, que maduró en una poesía de compromiso humano, de una parte, y de contemplación casi taoísta de la existencia, por otra; una síntesis que en la voz de Machado se hace eco de la sabiduría popular más ancestral. Dicho en palabras de Gerardo Diego, «hablaba en verso y vivía en poesía».[1] Fue uno de los distinguidos alumnos de la ILE, con cuyos idearios estuvo siempre comprometido. Murió en el exilio en la agonía de laSegunda República Española.

SELECCIÓN DE FRASES:

‘Aprende a dudar y acabarás dudando de tu propia duda; de este modo premia Dios al escéptico y al creyente’.

‘Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien’.

‘Converso con el hombre que siempre va conmigo. Quien habla solo, espera hablar con Dios un día’.

‘Cuando nos vimos por primera vez, no hicimos sino recordarnos. Aunque te parezca absurdo, yo he llorado cuando tuve conciencia de mi amor hacia ti, por no haberte querido toda la vida’.

‘Cuatro principios a tener en cuenta: Lo contrario es también frecuente. No basta mover para renovar. No basta renovar para mejorar. No hay nada que sea absolutamente empeorable’.

‘Desdeño las romanzas de los tenores huecos

y el coro de los grillos que cantan a la luna.

A distinguir me paro las voces de los ecos,

y escucho solamente, entre las voces, una’.

‘Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas’.

‘En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa’.

‘Nunca extrañéis que un necio se descuerne luchando por la idea’.

‘Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer’.

‘¿Dijiste media verdad? Dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad’.

‘El ojo que ves no es

ojo porque tú lo veas;

es ojo porque te ve’.

‘El poeta debe escuchar con respeto la crítica ajena, porque el libro lanzado a la publicidad ya no le pertenece. Él lo entregó al juicio de los hombres, sin que nadie le obligase a ello. Asístele, sin embargo, el derecho de no ser demasiado dócil a admoniciones y consejos, y le conviene, sobre todo, desconfiar aún de sus propias definiciones’.

‘En el corazón tenía la espina de una pasión. Logré arrancármela un día: ya no siento el corazón’.

‘En esta España de los pantalones

lleva la voz el macho;

mas si un negocio importa

lo resuelven las faldas a escobazos’.

‘En política solo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela’.

‘Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza’.

‘Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas’.

‘Juzgarnos o corregirnos supone aplicar la medida ajena al paño propio’.

‘La alegría consiste en tener salud y la mollera vacía’.

‘La carencia de vicios añade muy poco a la virtud’.

‘La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos’. (Paráfrasis de Epicuro).

‘La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.

Agamenón. – Conforme.

El porquero. – No me convence’. (Juan de Mairena, I).

‘La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés’.

‘La zona más rica de nuestras almas, desde luego la más extensa, es aquella que suele estar vedada al conocimiento por nuestro amor propio’.

Los ojos porque suspiras,

sábelo bien,

los ojos en que te miras

son ojos porque te ven’.

‘Mas busca en tu espejo al otro,

al otro que va contigo.

Hoy es siempre todavía’.

‘Nuestras horas son minutos

cuando esperamos saber,

y siglos cuando sabemos

lo que se puede aprender’.

‘Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura’.

‘-Nuestro español bosteza.

¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?

Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?

-El vacío es más bien en la cabeza’.

‘Para dialogar, preguntad primero; después… escuchad’.

‘Peor que ver la realidad negra, es el no verla’.

‘Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre’.

Soy en el buen sentido de la palabra bueno.

‘Siempre que trato con hombres del campo pienso en lo mucho que ellos saben y nosotros ignoramos, y en lo poco que a ellos importa conocer cuanto nosotros sabemos’.

‘Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar’.

‘También es el filósofo, digámoslo de pasada, el hombre que no quisiera dar nunca en el blanco sobre el cual dispara y para ello lo pone más allá del alcance de toda escopeta’.

‘Tengo a mis amigos, en mi soledad, cuando estoy con ellos, qué lejos están.

‘Todo necio confunde valor y precio.

‘Uno de los signos que más acusan cambio de clima espiritual es la constante degradación de lo cómico y su concomitante embrutecimiento de la risa. Nunca ha habido (…) tantas gentes que parezcan rebuznar cuando ríen’.

‘Y cuando vino la muerte, el viejo a su corazón preguntaba: ¿Tú eres sueño? ¡Quién sabe si despertó!’.

‘Y en todas partes he visto gentes que danzan o juegan, cuando pueden, y laboran sus cuatro palmos de tierra. Nunca, si llegan a un sitio, preguntan adónde llegan. Cuando caminan, cabalgan a lomos de mula vieja, y no conocen la prisa ni aún en los días de fiesta. Donde hay vino, beben vino; donde no hay vino, agua fresca. Son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos descansan bajo la tierra’.

‘¿Dices que nada se pierde? Si esta copa de cristal se me rompe, nunca en ella beberé, nunca jamás’.

‘Enseña el Cristo: a tu prójimo amarás como a ti mismo, pero no olvides nunca que es otro’.

‘Algunos desesperados sólo se curan con una soga; otros, con siete palabras: la fe se ha puesto de moda’.

‘No os empeñéis en corregirlo todo. Tened un poco el valor de vuestros defectos. Porque hay defectos que son olvidos, negligencias, pequeños errores fáciles de enmendar y deben enmendarse; otros son limitaciones, imposibilidades de ir más allá y que la vanidad os llevará a ocultarlos. Y eso es peor que jactarse de ellos’.

‘En la gran ruleta de los hechos es difícil acertar, y quién juega suele salir desplumado. En la rueda más pequeñita de las razones, con unas cuantas preguntas se hace saltar la banca de las respuestas. Por eso –añadía mi maestro.- damos nosotros tanta importancia a las preguntas. En verdad, ésa es la moneda que vuelve siempre a nuestra mano. Nuestro problema es averiguar si esa moneda puede a última hora servirnos para algo’.

‘Antonio Machado era un hombre bondadoso, persona de sentimientos nobles y capaz de sostener una actitud difícil. El otro hermano, Manuel, era un señorito de poco fiar’. Pío Baroja.