Autoengaño

 

AutoengañoUna persona que ha establecido alrededor de sí misma diversos métodos de identificación, está viviendo engañada.  Una persona que cree a causa de una sensación, de una idea a la que se adhiere, es inevitable que viva en la ilusión, en el autoengaño.  Cuando estoy furioso, eso es un hecho; no hay problema de autoengaño.  Cuando soy lascivo, codicioso, cuando estoy irritado, eso es un hecho; sólo cuando empiezo a justificarlo, a encontrarle explicaciones, a traducirlo, según mi prejuicio, a mi favor, o a eludirlo, sólo entonces, tengo que preguntar: ‘¿cuál es la verdad?’.  O sea, tan pronto abordamos un hecho emocionalmente, sentimentalmente, con ideaciones, penetramos en el mundo de las ideas y del autoengaño.  Mirar un hecho y estar libre de todo esto, requiere un extraordinario estado de vigilancia.  Por lo tanto, es más importante descubrir por nosotros mismos no si vivimos en la ilusión o el autoengaño, sino si estamos libres del deseo de identificarnos, del deseo de tener una sensación, a la que llamamos experiencia, del deseo de repetir una experiencia, de poseerla o de volver sobre ella.  Para mirarse uno a sí mismo en el espejo y ver que es feo o que es hermoso, para verlo de hecho, no románticamente, no se requiere conocer la verdad.  Pero la dificultad en la mayoría de nosotros es que, cuando vemos la imagen, la expresión, queremos hacer algo al respecto; si nos agrada, nos identificamos con ella; si nos apena, queremos cambiarla, la eludimos.  En este proceso radica, sin duda, el autoengaño (16).

 Usted desea ser algo, y este deseo de ser algo debe ser comprendido para que se comprenda el proceso de la ilusión, del autoengaño (66).

Si nos engañamos a nosotros mismos y no afrontamos los hechos, se vuelve imposible vernos tal como somos.  Pero nos gustan las ilusiones, todas las formas de autoengaño, porque tenemos miedo de mirarnos a nosotros mismos.  Mirarnos muy claramente, con precisión, con exactitud, sólo es posible en el espejo de la relación (23).

El autoengaño es una forma de escapar de la oquedad [contradicciones y exigencias] del ‘yo’ (42).