Expresión2

La autoexpresión comprende las actividades libres, naturales y espontáneas del cuerpo.  El individuo se expresa a sí mismo en todas las acciones que realiza y en todos los movimientos de su cuerpo.

Las acciones y los movimientos corporales no son las únicas modalidades de la autoexpresión. La forma y  contorno del cuerpo, sus matices de color, el cabello, los ojos y los sonidos, los olores, identifican a la especie y al individuo.

La espontaneidad debe definirse en términos negativos, como ausencia de artificiosidad, de amaneramiento o de interferencia.  La espontaneidad surge cuando se eliminan las barreras o bloqueos que se oponen a la autoexpresión.   Por lo tanto es necesario conocer estos bloqueos.

La conducta reactiva tiene un aspecto espontáneo engañador, puesto que está condicionada y determinada por una experiencia previa. Los individuos que montan en cólera cuando se sienten frustrados pueden parecer espontáneos en sus demostraciones, pero la cualidad explosiva de la reacción condiciona esa espontaneidad.   La explosión brota del bloqueo de los impulsos y de la acumulación de la energía tras el obstáculo del que se libera merced a una pequeña provocación.   El comportamiento reactivo deriva de una ‘interferencia en la circulación de los impulsos’, y es expresión de un estado bloqueado del organismo.

Muchos niños fueron duramente castigados. Su reacción inmediata y auténticamente espontánea es de violencia.  Cuando esta reacción se sofoca o inhibe por miedo a las represalias, se pone la condición interior de la conducta reactiva. Y este bloqueo no se disolverá con palabras tranquilizadoras ni gestos de amor, sino únicamente cuando la reacción sea un peldaño en el proceso de la reeducación.

El placer es la clave de la autoexpresión.  Cuando estamos verdaderamente expresándonos, experimentamos un placer que puede ser de carácter suave y dulce o de exaltación extática, como en el sexo.  El placer de la autoexpresión no depende de la reacción del medio ambiente: expresarse constituye un placer de por sí.   Pensar en la satisfacción que se siente mientras bailamos.  Esto no quiere decir que carezca de valor una reacción positiva a la propia autoexpresión.

El talento del artista consiste en ofrecer una actuación de alta calidad sin perder el sentido de espontaneidad en su manera de comportarse ante el público, que es la que imprime la vida y place a la actividad, es decir, que compone las características primordiales de la expresión artística.

En la mayor parte de nuestras acciones hay una mezcla de espontaneidad y control, y este control sirve para realizarlas mejor y producir un mayor efecto.   Cuando se armonizan control y espontaneidad de forma que se suplementen en lugar de entorpecerse, el placer alcanza el grado máximo y si se aúnan en conductas estéticas aparece la belleza.

La movilidad del cuerpo está directamente relacionada con su nivel de energía.  Se necesita energía para moverse.  Cuando la autoexpresión de un individuo está obstaculizada, se reduce su espontaneidad, y a esa reducción sigue una baja en el tono del sentimiento, la cual a su vez disminuye la movilidad del cuerpo y rebaja el nivel de energía.

Cuando está bloqueada o limitada la autoexpresión, el individuo puede compensarlo proyectando una imagen falsa de sí mismo.  Lo más corriente es que para ello se utilice el poder (ejemplo Napoleón. Se le llamaba el ‘pequeño cabo’ o el ‘cabito’). Otro ejemplo de compensación puede verse en el individuo que necesita tener una casa grande, un automóvil caro o una lancha de grandes proporciones para imponerse a su sentido interior de pequeñez.

La terapia requiere un doble enfoque: sobre el pasado y sobre el presente. El estudio del pasado esclarece el por qué de la conducta, acciones y movimientos del sujeto. El estudio del presente hace hincapié en el cómo de los mismos, o sea, en cómo actúa y se mueve el sujeto de determinada manera.  En la mayor parte de los animales, la coordinación y eficiencia de las acciones y movimientos son cualidades aprendidas durante sus juegos infantiles.  Pero cuando un niño tiene problemas emocionales, el aprendizaje no se desarrolla plenamente ni con naturalidad.  Por lo tanto, todo tratamiento terapéutico requiere más o menos un programa de reaprendizaje y readiestramiento.

Frases:

‘Lo que has de decir, antes de decirlo a otro, dítelo a ti mismo’. Séneca.

‘Qué difícil es hallar las palabras cuando quieres expresar sentimientos profundos’. Jane Austen.

‘Se quien eres y di lo que sientes, porque aquellos a quienes les importa no importan y los que sí importan no les importa’. Jane Austen.

‘Yo no puedo callar cuando el corazón me da gritos’. Dostoievski.

‘Hay que escuchar a la cabeza, pero dejar hablar al corazón’. Marguerite Yourcenar.

‘Faltan palabras a la lengua para los sentimientos del alma’. Fray Luis de León.

‘Revélame tus penas, sácalas del fondo de tu ser.  Se exasperan en la oscuridad, pero la luz las mata’.  Nikos Kazantzakis.

‘Decir algo que se tiene en el alma no enerva, tranquiliza’. Theodor Fontane.

‘Todos sufrimos, pero hablar de ello nos consuela’. François-Marie Arouet, Voltaire.