Autoconocimiento en la relación

Autoconocimiento 11El conocimiento propio surge sólo cuando investigamos y experimentamos los modos de obrar de nuestros pensamientos, sentimientos y actos, lo cual implica percibir, de instante en instante, el proceso total de uno mismo en la relación (16).

La acción verdadera surge cuando comprendemos la relación, la cual revela el proceso de uno mismo (16).

En el conocimiento propio no hay fin; es un constante proceso de comprensión que sólo adviene cuando uno empieza objetivamente y penetra siempre más hondo en todo el problema del diario vivir, que es el ‘tú’ y el ‘yo’ en la convivencia (63).

Las modalidades del ‘yo’ pueden ser descubiertas tan sólo en relación con las cosas, las personas y las ideas; y en el espejo de esa relación empezamos a vernos tal cual somos.  Para comprender el proceso de uno mismo, empero, no tiene que haber condenación ni justificación de las propias reacciones.  Nuestra dificultad estriba en que la mayoría de nosotros busca continuamente sutiles formas de aislamiento.  Como tenemos conflictos en nuestra vida de relación, gradualmente nos apartamos y nos aislamos, tanto en nuestro fuero interno como exteriormente; y sin comprender las interrelaciones en todos los niveles -no sólo la relación con las personas sino también con las ideas y las cosas- es imposible penetrar hondamente en el problema de la realidad (63).

En el espejo de la relación vemos lo que somos, si es que nos permitimos ver lo que somos (23).

La misma idea de que el conocimiento propio es difícil de alcanzar es un obstáculo para el conocimiento propio.  No suponga que será difícil, o que tomará tiempo; no prejuzgue lo que es y lo que no es.  Empiece.  El conocimiento propio debe ser descubierto en la acción de la convivencia; y toda acción es convivencia (46).